SIGRE apela al cuidado del medioambiente en el Día Mundial de la Salud
Cada 7 de abril, la Organización Mundial de la Salud (OMS) celebra el Día Mundial de la Salud. El lema escogido para 2024 ha sido ‘Mi salud, mi derecho’, “con el objetivo de poner en valor el derecho a la salud de millones de personas que cada vez se encuentra más amenazada, tanto por las enfermedades y los desastres naturales, como por los conflictos armados y la triple crisis planetaria: cambio climático, pérdida de biodiversidad y contaminación”.
En una nota de prensa fuentes de Sigre explican que el concepto ‘One Health’ (Una sola salud) “establece la estrecha vinculación entre salud humana, salud animal y conservación del medio ambiente y aboga por desarrollar nuevos enfoques integrales para garantizar la salud global en un futuro más saludable y sostenible para todos”.
Por este motivo que Sigre apela “a la necesidad de restablecer el equilibrio de nuestra relación con la naturaleza, recordando que los pequeños actos de cada uno de nosotros, como depositar los residuos de medicamentos y sus envases en el Punto SIGRE de la farmacia, son imprescindibles para cuidar de nuestro entorno y de nuestra propia salud”.
“El sector farmacéutico, en la medida en que trabaja para mejorar la salud y la calidad de vida de las personas, se ha unido en torno a Sigre para avanzar hacia una economía circular y sostenible, minimizando el impacto ambiental a lo largo de todo el ciclo de vida del medicamento”, destaca el presidente de Sigre, Humberto Arnés.
Así puede el ciudadano cuidar de su salud y de la del planeta
“Existen sencillos gestos individuales que todos podemos realizar en nuestra vida diaria y que contribuyen a combatir la triple crisis planetaria. Uno de estos gestos es la correcta separación en origen de los residuos que generamos en nuestros hogares. Cada seis o doce meses es recomendable realizar una revisión del botiquín doméstico. Si encontramos medicamentos caducados o en desuso será el momento de llevarlos al Punto SIGRE, junto con sus envases y prospectos, para cerrar adecuadamente su ciclo de vida y cuidar el medio ambiente”, añaden las mismas fuentes.
Al contenedor blanco de las farmacias hay que llevar los envases vacíos de medicamentos (cajas de cartón, blísteres de plástico o aluminio, frascos de vidrio, sobres, inhaladores, viales, tubos de pastillas, pomadas, etc.) y sus prospectos, además de los restos de medicamentos caducados o en mal estado de conservación y la medicación sobrante de tratamientos ya finalizados, recuerdan desde Sigre.
Además, desde el colectivo se remarca que “los envases vacíos de medicamentos no deben depositarse en otros contenedores de reciclaje, debido a que han estado en contacto con sustancias farmacéuticas y necesitan un tratamiento específico para proteger nuestra salud y el medioambiente”.