Los envases verdes, los más consumidos
Para vidrios, colores. Y múltiples reencarnaciones
11 de febrero de 2011
Dime de qué color eres y te diré qué consumes. Según datos de la Agrupación Nacional de Reciclado de Vidrio (Anarevi), la mayoría de envases que consumimos son verdes (60%). Pertenecen a botellas de vino, cava, licores y cerveza -aunque en este último caso, predomina el envase marrón, el conocido en el sector como color topacio o ámbar-. Le siguen los envases de vidrio blanco, que copan una cuarta parte del total. Se emplea en bebidas gaseosas, zumos y alimentación en general. En la cola se encuentra el vidrio extraclaro (10%), el del agua mineral, las botellas de decoración y los tarros; y el opaco -o topacio-, que se utiliza en laboratorios y mayoritariamente en las botellas de cerveza.
Según el color del vidrio para envase, los límites técnicos para el aporte de material recuperado en la fabricación del vidrio, pueden alcanzar los siguientes valores: color blanco 20%; color ámbar 60%; y color verde 80%.
Separación cromática
En el norte de Europa, países como Suiza, Alemania u Holanda, reciclan por colores. Esto quiere decir que existen contenedores para el vidrio blanco, verde y topacio, y que los envases ya llegan separados por colores a la planta de tratamiento. Actualmente en España los ciudadanos no realizan una tría previa y se prefiere que ésa se haga en las plantas de tratamiento donde, gracias a las nuevas tecnologías, se puede seleccionar el vidrio según su color una vez triturado. Esa separación se hace gracias a una cámara programada para diferenciar el rango cromático de cada trozo de vidrio.
Según Anarevi, en su mayoría el vidrio que se recupera en España es de procedencia doméstica, de los iglúes instalados por la asociación/Sistema Integrado de Gestión (SIG) Ecovidrio en las calles. Le sigue el vidrio de procedencia industrial, aquél cuyos residuos se originan en cristalerías, desguaces de automóviles o derribos de la construcción y, en general, se trata de vidrio plano.
Los intrusos en el reciclaje de vidrio
“Si son vidrios que contienen plomo, no tienen que ir al contenedor del vidrio”, explica Vicente Díaz, responsable de Recuperadora de Vidrio de Barcelona, S.A. (Revibasa), a propósito de algunas copas de vidrio que no deberían estar en el contenedor verde, sino en los puntos limpios/verdes. Su empresa cuenta con dos plantas en Catalunya, una para tratar el vidrio plano y otra para los envases de vidrio de color.”Si brillan mucho –continua con las copas- es que llevan plomo”. Aunque según explica Díaz, el plomo se está progresivamente sustituyendo por otros materiales.
Los espejos, que hoy en día son tratados con el mismo proceso que el vidrio plano, se sometían antes a un tratamiento especial. “Todos los vidrios se han tenido que ir adaptando a las normas de calidad que va exigiendo la legislación europea. Antes había vidrios de un cierto grosor y componentes integrados. En el caso de los espejos, se utilizaba una capa de plata y detrás una de pintura de minio (óxido de plomo en forma de polvo que se utiliza como antioxidante). Los componentes de plomos y metales pesados no pueden ir con los vidrios de envase. Se ha eliminado ese producto y los vidrios que se producen hoy en día pueden ir eficientemente reciclados para lo que es el consumo industrial de vidrio plano”, aclara.
Porcelana
Hay otros materiales intrusos mucho más fáciles de detectar que se ‘cuelan’ en los iglúes del vidrio y que dificultan sobremanera su reciclaje, hasta el punto de que, en esta planta catalana, si un camión llega con una carga altamente contaminada por ellos acaba rechazándose porque su procesado no es rentable. Se trata de la porcelana, la cerámica, la piedra y la tierra. “Los platos de los bares y las tazas son de porcelana. Como no saben dónde echarlo, lo echan al vidrio. A nosotros nos llega un camión y lo primero que se hace es ver la calidad del vidrio. Si viene contaminado por esos materiales, se rechaza”. Vicente Díaz explica el porqué de lo anterior: “El vidrio es un material muy barato. En el momento en que se le pone mano de obra o que se le tiene que hacer un tratamiento especial, se encarece y entonces no merece la pena tratarlo”. Por esa razón económica, las plantas recuperadoras de vidrio acostumbran a tener un radio de acción de 300 kilómetros o, por el contrario, el coste del transporte absorbe el beneficio del procesado del vidrio.
Y después
“Todo el vidrio se recicla. El que no sirve para vidrio de envase puede servir para hacer la raya blanca de la carretera, o para hacer pavimento continuo, hormigones especiales, microesferas, o para hacer polvo de vidrio o fibra de vidrio”, explica Díaz.
El vidrio que llega a las plantas y que es reciclado y convertido en calcín mediante su trituración es comprado luego por las fundiciones, que lo reconvierten en envase en la inmensa mayoría de los casos. El de las ventanas, el vidrio plano, no proviene de vidrio reciclado, ya que se utiliza materia prima, sin contaminación alguna, para que su calidad sea uniforme. Tampoco se utiliza el vidrio reciclado en perfumería o laboratorios, aunque el vidrio que se genera en estos sectores, sí se recicla.
Y aunque todo el vidrio que llega a las plantas recuperadoras se transforma, no todo el vidrio que se consume llega hasta ellas. “Actualmente, el porcentaje de reciclado puede estar en un 40 o 50%. El resto se va al vertedero”, dice Díaz. La concienciación ciudadana o el simple hecho de tener el contenedor de recogida selectiva unos metros más cerca del dominicilio, determinan que el vidrio pueda tener infinitas reencarnaciones.
Más de 350.000 toneladas recogidas
Los últimos datos publicados por Ecovidrio sobre material recuperado dicen que durante la primera mitad de 2010 se recogieron 353.739 toneladas de envases de vidrio depositados en los contenedores en toda España. La cifra supera en 4.020 toneladas –un 1,2%- a la del año anterior durante el mismo periodo de tiempo. Por otro lado, el último estudio de mercado realizado por la empresa Quor para Ecovidrio pone de relieve que el 70% de los españoles afirma que recicla vidrio, y el 45,4% de los encuestados considera el reciclado como una tarea integrada en el hogar. También se destacan los errores ciudadanos en el reciclado: un 61% de los encuestados afirma depositar vasos de cristal junto con el resto de envases de vidrio; un 40%, platos, cerámica, loza y otras piezas de vajilla; y el 33,6% afirma arrojar al iglú frascos de medicamentos. Estos elementos nunca deben depositarse el contenedor de vidrio, el cual está destinado únicamente a envases de vidrio: botellas, tarros y frascos.