Ekorrepara, centro para la reutilización de electrodomésticos

La cooperativa tiene como objetivo la inserción socio-laboral de colectivos en situación o riesgo de exclusión (los siete puestos de trabajo generados, cuatro de ellos los ocupan personas en estas circunstancias), mediante la recuperación de electrodomésticos que han sido inicialmente desechados del circuito. Después de una revisión meticulosa y consiguiente reparación, los electrodomésticos son sometidos a controles de calidad, siguiendo protocolos exhaustivos que permite ofrecer un producto óptimo para su uso. Así, se ofrecen aparatos con garantía y a precios muy asequibles.

Los electrodomésticos aportan soluciones a problemas de la vida cotidiana y facilitan la comunicación y el desarrollo tecnológico. Una vez desechados o cambiados por otros de mayores prestaciones, se convierten en Raee. Sólo una pequeña parte de estos Raee que hay actualmente en el mercado se gestiona de una forma ambientalmente correcta, ya que la mayoría se trata sin un proceso de descontaminación previa o se envían directamente a vertederos, provocando un uso indiscriminado del suelo.

Los datos de generación de Raee son altos si tenemos en cuenta el desarrollo tecnológico de la sociedad, ya que es la fracción de residuos de origen municipal con una tasa de crecimiento más elevada, en torno al 3-5% anual. La cantidad estimada de generación de Raee por persona y año es de 16 kilogramos. Esta cantidad equivale a una pantalla de ordenador, la mitad de una pantalla de una televisión, una cuarta parte de una lavadora y de un frigorífico.

Los aparatos eléctricos y electrodomésticos se clasifican en varios grupos, siendo diferentes los procesos de recuperación. Por ejemplo, las televisiones, aparatos de vídeo, o los sistemas de audio se incluyen en la ‘Línea marrón’, mientras que la ‘Línea blanca’ se reserva para frigoríficos, hornos, lavadoras y vitrocerámicas, entre otros. En la ‘Línea gris’ van los ordenadores y otros aparatos afines; en ‘Paes’, aquellos pequeños aparatos eléctricos; y en ‘Ferretería’, herramientas.

Los aparatos eléctricos y electrónicos gozan de una vida media diversa. Los aparatos frigoríficos y los de lavado son más duraderos, mientras que los de audio, video y ordenadores se convierten en residuo más rápidamente. Así, de media, un frigorífico dura de 10 a 16 años, las televisiones se sitúan entre los ocho y los doce, un período parecido al de las lavadoras. Los portátiles y los DVD, por su lado, duran de dos a cinco años.

Los aparatos eléctricos y electrodomésticos generan un consumo energético que hay que controlar. A la hora de adquirir un aparato es fundamental apostar por los de eficiencia energética.

Existen 7 clases energéticas, que van desde la letra A (la más eficiente) hasta la letra G (la menos eficiente), en función de los consumos eléctricos de los aparatos. Si bien, los aparatos eléctricos nuevos cada vez son más eficientes en su consumo energético, despreciar aparatos que se puedan alargar su vida útil sería un mayor despilfarro.

Los aparatos que no funcionan o que son reemplazados por uno nuevo, pueden depositarse en garbigunes (puntos limpios) o pueden cambiarse en el punto de venta al comprar un aparato nuevo equivalente. Una vez los electrodomésticos llegan a estos lugares son trasladados a un Centro de Almacenamiento Temporal (CAT), o directamente a los Centros para la Reutilización.

El proceso de recuperación de los Raee precisa de unos protocolos y procedimientos, que den como resultado un funcionamiento óptimo y seguro; un aparato limpio y dispuesto para un funcionamiento de calidad. Es preciso una profesionalización y una formación técnica para desarrollar los distintos pasos.

El recorrido del aparato en sus distintos momentos esta pautado por distintos controles de calidad, que establecen su paso a la siguiente fase. Todo el proceso (comprobación, prueba, reparación, comprobación) esta establecido por un protocolo por escrito de cada aparato, que a su vez es descargado en una base de datos.

Cada aparato es limpiado minuciosamente, y etiquetado con un código de barras, que identifica a cada aparato con un número exclusivo, su fecha de recuperación, marca, modelo y características; además del logotipo de Ekorrepara y su teléfono. A la vez, a cada aparato le acompaña una garantía con su correspondiente etiqueta, que establece el compromiso de Ekorrepara con el comprador, de responder en el tiempo establecido por la misma, según marca la legislación vigente.

La recuperación de aparatos depende, en gran medida, de una buena recogida y un buen trato en el transporte, y el estado original en que se entregan los aparatos. Por tanto los datos que podemos ofrecer son relativos para hacer una generalización.

Todo aparato que es rechazado para su preparación para la reutilización es devuelto al CAT o Gestor autorizado para Raee, donde se le procede a su preparación para el reciclaje. El proceso de descontaminación de Raee se aplica a aquellos aparatos que en la fase de recogida ó reparación han sido clasificados como no reutilizables.

Se trata de extraer los componentes peligrosos para evitar su vertido. De los aparatos frigoríficos, congeladores y lavadoras se extraen los aceites del motor para evitar que sean vertidos. De los aparatos frigoríficos y congeladores se extraen también los gases CFC porque son perjudiciales para la capa de ozono. De las impresoras se extraen los cartuchos y tóners porque contaminan las aguas y el suelo. De los aparatos audiovisuales se extraen las pilas porque contiene metales, cadmio y mercurio.

Entre los beneficios que genera el proceso se pueden destacar, en primer lugar, la mejora del uso de los recursos, posibilitando que se alargue el ciclo de vida de los aparatos eléctricos y electrodomésticos. En segundo lugar, se evita la contaminación atmosférica al prevenir las emisiones de más CO₂ a la atmósfera, de este modo se colabora en la prevención del efecto invernadero que influye en el cambio climáticos. En tercer lugar, se pone de nuevo en el mercado aparatos a un coste asequible, llegando a todos los poderes adquisitivos. En cuarto, se posibilita a la ciudadanía el ejercicio de un consumo sostenible. Por último, se crea empleo para personas que se encuentran en situación o riesgo de exclusión social.

Como medida para insistir en los efectos positivos de este proceso, Ekorrepara gestiona su punto de venta en Koopera Merkatua, desde el que lleva a cabo la comercialización de los aparatos recuperados en su planta de reutilización. Se ofrece a la ciudadanía la posibilidad de realizar un Consumo Sostenible Integral. En el punto de venta Ekorrepara se han realizado, en su primer año de andadura, 2.800 compras sostenibles de aparatos recuperados. Los trabajadores de Ekorrepara sensibilizan, a todas las personas que se acercan a estos puntos de venta sostenibles, la mochila ecológica de los aparatos eléctricos y electrodomésticos que aquí se comercializan.

La mochila ecológica de un producto es la cantidad de residuos generados para fabricar uno nuevo que de la misma utilidad. Por ejemplo, para fabricar un teléfono móvil se generan 75 kilogramos de residuos, que alcanzan los 1.500 y los 400 en el caso de los ordenadores y portátiles, respectivamente. De esta forma, posibilitando a través de la reutilización que los aparatos sigan su ciclo de vida se evita que toda esa cantidad de residuos sea generada.

La evolución de las personas de inserción social que han participado en el proyecto desde el principio ha notado un desarrollo profesional y técnico considerable. Se los ha capacitado laboralmente, se han establecido formas y métodos de trabajo eficaces, ofreciendo una formación técnica y cursos que complementan su oferta de trabajo para el futuro.

En este desarrollo ha ayudado el acompañamiento que se ha hecho desde la profesionalidad de los psicólogos y educadores sociales, y los cursos de formación (técnicos, medio ambientales, …) continuada que se ha desarrollado desde Ekorrepara.

La capacidad demostrada para enfrentarse a cualquier aparato o avería del mismo, no sólo es notoria sino admirable, consiguiendo una profesionalización. Esto confirma que se ha cumplido con unos de los objetivos principales de la cooperativa: la inserción social y el propiciar un puesto de trabajo. En resumen, la solidaridad.