El uso de cubiertas vegetales en viñedos, apuesta de futuro para frenar la erosión de los suelos frente a los efectos del cambio climático
Según un estudio realizado por NEIKER en las Bodegas Maisulan de Elvillar (Álava), el uso de cubiertas vegetales reduce hasta 8 veces la erosión de los suelos en viñedos ubicados en pendiente
El uso de cubiertas vegetales espontáneas, que crecen de manera natural, reduce hasta 8 veces más la erosión de los suelos frente al laboreo tradicional en viñedos de Rioja Alavesa. Así lo ha demostrado el centro tecnológico NEIKER, miembro de Basque Research and Technology Alliance (BRTA) a través de un estudio realizado en colaboración con las Bodegas Maisulan de Elvillar (Álava).
Los resultados de esta investigación se presentaron en Bilbao durante el cuarto seminario transnacional “Estrategias para la protección del suelo frente a los impactos del cambio climático: riesgo de erosión y secuestro de carbono”. Este encuentro, con clara vocación internacional, ha sido organizado por NEIKER en el marco del proyecto europeo MONTCLIMA, que se encarga de buscar prácticas de manejo sostenibles para hacer frente a los efectos del cambio climático en zonas de montaña. Este proyecto de cooperación, financiado por la Unión Europea a través del programa Interreg SUDOE, está integrado por 9 socios procedentes de España, Francia, Andorra y Portugal que trabajan en distintas estrategias -como la realizada por el centro tecnológico en Rioja Alavesa- para proteger los suelos frente a los impactos del cambio climático.
Así, durante el evento, además de presentarse los resultados obtenidos fruto de la investigación de NEIKER, se pusieron en común los resultados de las investigaciones desarrolladas por los socios franceses en medidas para evitar la erosión tras un incendio, o los efectos de revegetación para limitar la movilización de materiales sólidos a cargo de los partners de Andorra, entre otras.
¿Por qué los viñedos?
La zona de Rioja Alavesa tiene una climatología más cercana a la mediterránea y aunque su acumulación de precipitaciones es mucho menor que en la cornisa cantábrica (400-600 milímetros por metro cuadrado al año en Rioja Alavesa, frente a la horquilla de 1.000-1.600 en la zona de txakoli), la gestión habitual de laboreo del terreno del viñedo de dejar el suelo desnudo favorece los procesos de erosión.
En esta región del sur de Álava, el viñedo representa el 80% de la superficie agrícola útil, de la que más de un 40% tiene una pendiente media superior al 10%, límite a partir del cual aumenta sensiblemente la erosión. Por lo tanto, más de 5.000 hectáreas de la superficie de viñedo de Rioja Alavesa está en riesgo de erosión, y más aún si se suman los fenómenos meteorológicos extremos (tormentas, granizo, calor extremo y frío, etc.) que previsiblemente traerá consigo el cambio climático.
Para llevar a cabo el estudio, hemos contado con el apoyo de Bodegas Maisulan, situada en Elvillar (Álava), que gestiona sus viñedos en producción ecológica. El ensayo se ha realizado durante dos años en un viñedo de variedad Graciano y con una pendiente entre el 10%-20%. En esta parcela piloto hemos comparado los manejos de laboreo convencional en la zona frente a un manejo mediante cubierta vegetal espontánea en el viñedo.
El suelo, recurso fundamental para la vida
No es casualidad que la protección del suelo se esté convirtiendo en los últimos años en un elemento central en la agenda mundial sobre medio ambiente. Se trata de un recurso fundamental para la vida en el planeta que, sin embargo, no es fácilmente renovable ya que un centímetro de suelo puede tardar cientos de años en formarse, pero puede perderse en una sola tormenta.
Se estima que para 2050, entre 500 y 700 millones de personas en el mundo serán obligadas a migrar por la combinación de la degradación de la tierra y los efectos del cambio climático. Trabajar en estrategias para frenar los efectos del cambio climático en los suelos y garantizar su protección es hoy en día una prioridad para la Unión Europea, como lo demuestran los proyectos como MONTCLIMA.
El proyecto MONTCLIMA para la protección de suelos frente al cambio climático tiene una duración prevista de 42 meses y está integrado por 9 socios. Dotado con 1.401.811 euros, ha sido cofinanciado al 75% por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) a través del Programa Interreg SUDOE, que tiene como objetivo apoyar el desarrollo regional en el sudoeste de Europa, financiando proyectos transnacionales a través del Fondo FEDER.