Reducción de las emisiones de metano: Una nueva oportunidad para la valorización energética
Las instalaciones de valorización energética contribuyen a mitigar el cambio climático, ayudando a desviar los residuos de los vertederos y produciendo energía parcialmente renovable, sustituyendo así a los combustibles fósiles. En este sentido, un mayor número de estas instalaciones de valorización energética puede ayudar a cumplir con los objetivos europeos de reducir al 10% en peso la cantidad de los residuos depositados en vertedero para 2035.
Rafael Guinea, presidente de Aeversu (Asociación de Empresas de Valorización Energética de Residuos Urbanos)
Uno de los acuerdos más relevantes de la reciente cumbre del clima COP 26 que se clausuró el pasado 12 de noviembre en Glasgow (Escocia) ha sido el compromiso firmado por más de 100 países para reducir las emisiones de metano en un 30% para 2030.
El acuerdo, que también ha sido firmado por España, incluye a países que representan casi la mitad de las emisiones globales de metano entre los que se encuentran seis de los 10 mayores emisores de este gas de efecto invernadero del mundo: Estados Unidos, Indonesia, Nigeria, Pakistán, México y Brasil.
Aunque para la mayoría de los ciudadanos el enemigo más conocido del clima es sin duda el dióxido de carbono (CO2), lo cierto es que el metano (CH4) es un absorbente de calor más potente que éste y puede calentar la atmósfera 80 veces más rápido que el dióxido de carbono durante los primeros 20 años después de su liberación a la atmósfera.
Los expertos consideran que al menos una cuarta parte del calentamiento global inducido por el hombre se debe a este gas, y también que es uno de los gases de efecto invernadero que se podrían reducir más rápidamente y con efectos más positivos para el clima. Por esta razón, cualquier actuación que permita reducir sus emisiones podría tener importantes beneficios en la lucha contra el cambio climático en las próximas décadas.
El principal origen de las emisiones de metano causadas por el hombre es la industria del petróleo y el gas, responsable de entre el 35 y el 40% de las emisiones anuales, así como la minería del carbón.
Otra de sus principales fuentes son los residuos arrojados a los vertederos, ya que cuando las bacterias descomponen la materia orgánica se liberan una serie de gases en los que se estima que puede haber entre un 40% y un 60% de metano, además de dióxido de carbono y una pequeña cantidad de compuestos orgánicos diferentes del metano.
Sin ir más lejos, recientemente la Agencia Espacial Europea (ESA), a través de la misión Copernicus Sentinel-5P combinados con imágenes comerciales de alta resolución de GHGSat, detectaron cantidades sustanciales de metano que se escapan de los vertederos adyacentes cerca del centro de Madrid. La acción de los vertederos es una realidad que conlleva graves daños medioambientales colaterales.
Artículo publicado en el Nº84 Octubre – Noviembre 2021