La producción de papel crece el 2,6% y el consumo el 5,6% en 2015
El ejercicio 2015 es el del inicio de la recuperación del sector, que ve por fin crecer la producción papelera, aunque lejos todavía de poder aprovechar el tirón de la demanda interna. El 2,6% de incremento en la producción de papel está aún muy por debajo del 5,6% de crecimiento del mercado interior, que se ha cubierto en buena parte con la importación, que registra un aumento del 2,3%. Las exportaciones de papel retroceden por la pérdida de competitividad derivada de la reforma energética y disminuyeron en 2015 el 4,1%, según datos de ASPAPEL, que ha presentado esta mañana el Informe Estadístico Anual del Sector Papelero y la Actualización 2016 de la Memoria de Sostenibilidad del Papel.
“El reto fundamental ahora —explicó el presidente de ASPAPEL, Enrique Isidro— es la consolidación de esta incipiente y aún frágil recuperación. Para ello es necesario mejorar las condiciones de competitividad, crear un caldo de cultivo en el que pueda desarrollarse la actividad industrial. Y eso pasa por un precio competitivo de la energía para la industria, el desarrollo de infraestructuras y una regulación que permita mejorar la logística y el transporte, la defensa de los intereses de la industria española y europea en el marco de la política comercial de la UE y el estímulo a la I+D+i”.
“Buena prueba de esa fragilidad de la recuperación —añadió Isidro— es que, si bien los datos del primer trimestre de este año señalaban en la misma dirección de recuperación, en el segundo trimestre se está detectando una clara desaceleración”. El crecimiento acumulado de la producción de papel en el primer trimestre de 2016 es del 4,7%. Pero el dato enero-mayo es del 2,6%, debido a que la producción en abril crece solo el 0,6% y en mayo baja el 1%.
Entre los seis grandes productores de papel de la UE, España es quien más crece. Alemania, el primer fabricante europeo, se mantiene en un volumen similar al de 2014. Los grandes productores nórdicos —Suecia y Finlandia— ven disminuir su producción, al igual que Francia. Y solo Italia, con un incremento de la producción de papel del 2,2%, se acerca al dato español de 2015.
Los papeles especiales (15,3%) y los higiénicos y sanitarios (9,2%) han sido los de mayor crecimiento en 2015. Los papeles para usos gráficos (prensa e impresión y escritura) iniciaron la recuperación en el segundo trimestre de 2015 y en el cómputo global del año registran todavía números rojos con un descenso de la producción del 1,6%.
Finalmente, los papeles para envases y embalajes están encontrando en el auge del comercio electrónico una importante palanca de crecimiento. Más de la mitad de la producción de papel en España se concentra en papeles de embalajes.
Con respecto a la celulosa, se ha producido un severo ajuste de capacidad con el cierre de una planta a finales del año anterior, que supuso el descenso de la producción en 2015 de casi un 12%. Sin embargo, la producción de celulosa integrada, la producida para autoconsumo, se incrementó el 0,8%.
En el ejercicio 2015 se consolida la recuperación del consumo de papel iniciada ya el año anterior. Las 6.607.300 toneladas consumidas suponen un crecimiento del 5,6%, que dobla el crecimiento del año anterior y se sitúa muy por encima del incremento del PIB. Pese a este buen ritmo de recuperación, estamos lejos todavía del récord histórico de 7,9 millones de toneladas que se registró en 2006.
La recuperación es asimétrica para los distintos tipos de papeles. Los mayores crecimientos los encontramos en los papeles para embalajes, con un incremento del 8,2% en los papeles para cartón ondulado, del 6,8% en cartón estucado y del 9,3% en otros papeles para embalaje (papel kraft sacos, papel para bolsas, papel/cartón para tubos, productos de celulosa moldeada como las cajas de huevos, etc.). El consumo de papeles para usos higiénicos y sanitarios crece también a buen ritmo (5,3%). Por el contrario, los papeles gráficos (papel prensa y papel de impresión y escritura) registran todavía un leve descenso del 0,1%.
Los papeles para embalajes representan el 62% del consumo total de papel en nuestro país, seguidos de los papeles gráficos (22%), los higiénicos y sanitarios (10%) y los papeles especiales (6%).
España es el quinto consumidor de papel de la UE, por detrás de Alemania, Italia, Reino Unido y Francia. El consumo per cápita fue de 142 kilos, frente a los 135 kilos del año anterior.
La pérdida de competitividad, causada en el sector por los sobrecostes derivados de la reforma energética —competitividad recuperada solo parcialmente—, está en la raíz del comportamiento del mercado exterior de papel y celulosa en 2015. Así, en el caso del papel, las exportaciones caen el 4,1%.
Pese a ello, el sector sigue mostrando su fortaleza exportadora: España exporta el 45% del papel y el 44% de la celulosa que produce y las exportaciones suponen el 57% de la facturación del sector.
Las inversiones del sector en 2015 ascendieron a 177 millones de euros y se mantienen en línea con las del año anterior, que habían marcado el inicio del nuevo ciclo inversor con un crecimiento del 23%.
La inversión de 228 millones prevista para 2016 ratifica esa tendencia inversora con un nuevo incremento del 29%.
En los últimos diez años, pese a la crisis, el sector invirtió casi 2.800 millones de euros. Se trata de inversiones destinadas fundamentalmente a aumento de la capacidad de producción, reducción de costes y renovación tecnológica e innovación, así como calidad y medioambiente.
El sector papelero cuenta en España con 10 plantas de fabricación de celulosa y 71 fábricas de papel y actúa como vertebrador social de numerosas comunidades en todo el país, en algunas de las cuales tiene una importancia clave en la creación de riqueza y empleo.
El sector da empleo directo a 16.320 personas, a las que hay que añadir 85.000 empleos indirectos. La plantilla se mantuvo prácticamente estable en 2015.