Cuatro aspectos del reciclado del vidrio que se pueden aprender jugando
Friends of Glass, la plataforma de consumidores a favor de la elección y el reciclado de envases de vidrio, propone cuatro actividades divertidas y sostenibles para disfrutar de mayo y aprender jugando y concienciando a los más pequeños acerca de las cualidades ecológicas del vidrio.
1. El vidrio se recicla infinitas veces
Una de las características principales del vidrio es que puede reciclarse infinitas veces sin perder ni cantidad ni calidad en el proceso. Es decir, de un envase de vidrio reciclado nace otro con la misma calidad. De hecho, sería teóricamente imposible distinguir un vidrio fabricado con materia prima virgen de uno creado a partir de vidrio reciclado. Además, la importancia de volver a convertirse en lo que era hace que pueda repetirse el ciclo una y otra vez, el mejor ejemplo de economía circular.
Una forma de ilustrar esto para los más pequeños es compararlo con la plastilina. El vidrio al reciclarse se funde, y al igual que la plastilina, simplemente se moldea para crear un nuevo envase de vidrio.
2. Reciclar es un acierto… con premio
Hay que tener claro qué va en cada contenedor para reciclar correctamente. En el caso del vidrio, este material tiene su propio contenedor, el de color verde. En él, se deben depositar únicamente envases de vidrio, es decir, botellas, tarros y frascos; sin tapa ni tapones. Y no debe confundirse con otro tipo de objetos de cristal u otros materiales, que deben llevarse al punto limpio: vasos, copas, platos de cerámica, bombillas, espejos…
Haciendo partícipes a los niños en la labor del reciclado en casa, incrementará su curiosidad por el tipo de material con el que se fabrican las cosas y fomentará el hábito de reciclar cada cosa adecuadamente en el futuro. Crear un marcador de puntos y preguntar primero a los niños en qué contenedor debe ir el objeto que se quiere quiere reciclar, puede motivarles a querer adivinar la respuesta correcta. Si ganan muchos puntos, merecen un premio.
3. Reciclando… ganamos todos
Los ciudadanos son un eslabón imprescindible para que la cadena de reciclado del vidrio no se rompa. Un pequeño gesto, entre todos, significa un cambio importante, un esfuerzo conjunto por cuidar del planeta. Y es que, con tan solo reciclar 10 botellas de vidrio, se ahorra la energía equivalente para ver la televisión durante 4 días, y se evitan las emisiones de un trayecto en coche de 15 km.
Para que los niños puedan entender esto mejor, se puede comparar este hecho con el deporte en equipo. Los ganadores se llevan la copa, que no es más que un símbolo para celebrar que unidos fueron capaces de vencer al contrario. Lo mismo ocurre con la misión global de cuidar el planeta en el que vivimos, entre todos podemos lograr un mundo más sostenible.
4. La naturaleza es increíble, cuídala
El vidrio es un material natural y sostenible, que apuesta por el cuidado y protección del medio ambiente. Es necesario inspirar a las nuevas generaciones a preservar su entorno, y la mejor manera de lograrlo es, por supuesto, predicando con el ejemplo, pero también favoreciendo su contacto con la naturaleza.
Por ello, otra gran actividad para realizar con ellos es germinar semillas en tarros de vidrio, creando un pequeño huerto urbano en casa. Pueden elegir tarros de diferente tamaño o diseño para cada tipo de planta aromática, por ejemplo. La transparencia del vidrio les permitirá observar cómo crecen, a la vez que entienden los cuidados que requiere el poder disfrutar de la cosecha.
Como explica Abel Domínguez, psicólogo Infantil - Juvenil y director de Domínguez Psicólogos, “cuando aprendemos las cosas desde niños como algo normal, realmente lo incorporamos a nuestro sistema de valores, pasa a ser nuestra normalidad y nos llama la atención cuando vemos en otros sitios que se descuidan ciertas cosas que para nosotros pueden ser fundamentales”. Además, subraya la importancia de aprender mediante el juego, ya que, “solo por el hecho de encuadrarlo como un juego, una tarea que tenga que ver con el reciclaje y el aprovechamiento de los recursos, va a tener delante a unos niños mucho más motivados a aprender y a incorporar en su día a día todo lo que les queramos enseñar”.
Y es que para que las generaciones del futuro puedan construir un mundo más sostenible es imprescindible que sean conscientes desde pequeños que los buenos hábitos y las decisiones diarias son la mejor manera de cuidar del planeta.