Diálogos en circular

Desde la primera revolución industrial nuestra economía ha sido esencialmente lineal: un camino sólo de ida, en el que extraemos los recursos de la naturaleza, los transformamos, los consumimos y acaban convertidos en residuos. Hoy, asistimos a la ‘cuarta revolución industrial’, impulsada por la digitalización y la innovación, pero también por el gran potencial de los nuevos modelos circulares, donde los residuos se convierten en materias primas listas para ser utilizadas en nuevos procesos productivos. Es, sin duda, el momento de la Economía Circular y de la Industria 4.0, que traerán consigo nuevas formas de producir que permitan conservar y recuperar el valor económico de los recursos antes de que acaben en los vertederos o sean eliminados de otra forma.

Precisamente para hablar del futuro en el sector industrial, Sigaus invita a expertos de estos ámbitos con el objetivo de analizar las posibilidades de las tecnologías emergentes, los nuevos nichos de mercado y la oportunidad que esto supone para el sector en términos de eficiencia, ahorro de costes y reducción de sus impactos ambientales. En este caso, Sigaus habla con Maider García de Cortazar, responsable de Metales en Tecnalia.

La pandemia mundial nos ha traído consecuencias humanas y económicas desastrosas y, sobre todo, nos ha descubierto la debilidad de nuestro sistema actual. Aunque la prioridad es abordar con urgencia los temas relacionados con la salud pública, también es cierto que este escenario nos reta a repensar y replantear los sistemas que sustentan la economía actual, huyendo de la tentación de volver rápidamente al modelo anterior.

Se trata de una reflexión que, aunque ya había empezado antes de la COVID-19 en ciertos países, la pandemia ha acelerado. En Europa se ha apostado decididamente por una estrategia de crecimiento, el Green Deal, en el que se incluyen medidas destinadas a conseguir neutralizar las emisiones e impulsar el crecimiento económico con un uso más sostenible de los recursos naturales, haciéndolo de forma justa. En este sentido, podemos decir que la crisis derivada de la pandemia, lejos de ser un obstáculo, está siendo un catalizador de esta recuperación verde.

Esta pandemia también ha acelerado la transformación digital de la sociedad en general, que hubiera tenido una evolución más lenta si no fuera por la COVID-19. En el plano industrial, mientras algunas compañías consiguieron mantener las operaciones en funcionamiento a pesar de la falta de operarios o materias primas, otras tuvieron dificultades para mantenerse al día. La crisis fortaleció a aquellas que tenían implantadas tecnologías digitales, resultando críticas para dar respuesta a la crisis, mientras que el impacto de la crisis fue mayor en las compañías que no estaban digitalizadas.

Después de la pandemia podemos decir que las prioridades han cambiado, y que hemos pasado de un escenario donde se priorizaba la productividad y el coste, a otro escenario donde los retos son la agilidad y flexibilidad de las operaciones, el aseguramiento de las cadenas de suministro, o la conectividad y la seguridad, entre otros aspectos.

La industria 4.0, con sus tecnologías alrededor de la conectividad, analítica predictiva, automatización, robótica, visión artificial, fabricación avanzada, etc, se presenta como parte de la solución para poder afrontar estos nuevos retos, siempre que vaya acompañada de talento capaz de liderar la transformación y defina nuevos modelos de negocio basados en este tipo de herramientas tecnológicas. No se trata de una acción puntual de implantación de ciertas tecnologías, sino de un proceso continuo que implica una evolución tecnológica.

La nueva Ley de Residuos revisa la actual normativa para cumplir con los nuevos objetivos establecidos en las directivas de la Unión Europea que conforman el Paquete de Economía Circular. Una ley totalmente alineada con la Estrategia Española de Economía Circular, ya que establece medidas para proteger el medio ambiente y la salud, reducir el impacto global del uso de los recursos e impulsar una economía baja en carbono en España.

De las medidas recogidas en la nueva Ley destacan dos nuevos impuestos, sobre los plásticos no reutilizables y sobre el depósito en vertedero. En general son medidas dirigidas a reducir la generación de residuos y promover su reciclaje, buscando que la última de las opciones para un residuo sea precisamente ese, el de convertirse en residuo, y facilitando el uso de los recursos el máximo tiempo posible y con el mayor valor posible en circulación, acabando, de una vez por todas, con el modelo lineal de usar y tirar.

Para ello la norma otorga un papel protagonista a la prevención, mediante la inclusión de objetivos concretos y cuantificables. Además de reforzar la jerarquía de residuos, es decir el orden de prioridad en las opciones de gestión de éstos: prevención, preparación para la reutilización, reciclado u otro tipo de valorización, y como última opción, la eliminación. Y lo hace incluyendo el impuesto mencionado a la incineración y eliminación de residuos en vertedero.

En este sentido, el papel de los sistemas de gestión de residuos como SIGAUS sigue siendo fundamental, e incluso, me atrevería a decir que se les podría pedir que fueran un poco más ambiciosos, aportando soluciones y modelos innovadores de gestión, de forma que lideren esa transición hacia el modelo circular desde una visión no limitada a la sostenibilidad y a la economía circular, sino también hacia la competitividad de la industria.

El Programa Next Generation es una oportunidad que, si no sabemos gestionar de una forma inteligente, puede convertirse en un dardo envenenado que nos puede abocar a la precariedad.

En mi opinión, el gran reto está en cómo gestionar dicha oportunidad y en establecer las bases de la estrategia, que pasa por definir una economía innovadora basada en la I+D, potenciar el talento e invertir en una industria estratégica. Junto con la tecnología y la economía, no podemos permitirnos el lujo de no ser capaces de gestionar este presupuesto sin priorizar aspectos relacionados con el medio ambiente y con decisiones que aceleren la transición hacia un modelo circular, ya que esto es, en definitiva, lo que nos va a asegurar que avanzamos hacia un futuro resiliente.

Sobre Maider García de Cortazar

Ingeniera Industrial por la Universidad de Navarra, Doctora en Ciencia de los Materiales, actualmente es responsable de la KET, (Key Enabling Technology – Tecnología Facilitadora Esencial) de Metales de la Corporación Tecnalia, Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico referente en Europa centrado en la transformación digital, la fabricación avanzada, la transición energética, la movilidad sostenible, la salud y el ecosistema urbano como principales ámbitos de actuación. Anteriormente ejerció como Proyect Manager en la División de Industria y Transporte en esta Corporación y ha sido investigadora en el Departamento de Materiales Metálicos de Inasmet (International Science and Technology Center).