RAEE Andalucía sostiene que una gestión adecuada de los residuos electrónicos es crucial para frenar el Cambio Climático
La generación mundial de residuos electrónicos ha crecido un 21% en los últimos cinco años, batiendo su propio récord en 2019 con 53,6 millones de toneladas métricas, según el último informe de Global E-waste Monitor 2020, fruto de la colaboración entre la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), la Universidad de las Naciones Unidas (UNU), el Instituto de las Naciones Unidas para la Formación y la Investigación (UNITAR) y la Asociación Internacional de Residuos Sólidos (ISWA).
Con motivo del Día Mundial contra el Cambio Climático y teniendo en cuenta que, según las previsiones del estudio, estos residuos sumarán 74 millones de toneladas en 2030, desde RAEE Andalucía -impulsada por la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía, la Federación Andaluza de Municipios y Provincias (FAMP) y con el apoyo de los Sistemas Colectivos de Responsabilidad Ampliada del Productor (SCRAP) que operan en la región (Ambilamp, Ecoasimelec, Ecofimática, Ecolec, Ecolum, Eco-Raee’s, Ecotic y European Recycling Platform)- se quiere hacer hincapié en la necesidad de reciclar correctamente este tipo de residuos para frenar esta amenaza para el Medio Ambiente.
Cabe señalar que una gestión inadecuada de estos residuos supone un peligro medioambiental y sanitario, pues contienen aditivos y sustancias tóxicas como cadmio, plomo o níquel, que si no se tratan correctamente pueden propagarse a través de tres vías: suelo, aire y agua. Por otro lado, la propia fabricación de los aparatos eléctricos y electrónicos se precisa materiales preciosos como plata, oro y paladio que tienen un precio muy elevado y su extracción desde cero es altamente contaminante.
Por estos motivos, RAEE Andalucía recalca que un tratamiento correcto de los aparatos eléctricos y electrónicos mediante la puesta en valor del reciclaje, la reutilización de los dispositivos, la prevención de residuos o la implantación del ecodiseño, son factores clave para disminuir la contaminación, reducir el consumo de energía con el objetivo de frenar las emisiones y, por supuesto, luchar contra el Cambio Climático.