Un estudio realizado en Euskadi sobre contaminantes emergentes en el ámbito sanitario, finalista de los Premios Europeos de Prevención de Residuos
El proyecto ‘Contaminantes emergentes, ¿y si no esperamos a que estén aquí?’, de la Clínica IMQ Zorrotzaurre, en colaboración con el Basque Health Cluster y Aclima, apoyado por el programa Elkarlanean de la Diputación Foral de Bizkaia y con la participación de la Consultora Cimas, ha sido elegido como finalista de los premios de la Semana Europea de Prevención de Residuos o EWWR (siglas en inglés de European week for waste reduction). Asimismo, esta iniciativa ha sido ya reconocida como mejor práctica del mes de abril de 2019 por esta entidad. El veredicto del jurado se hará público en una ceremonia de entrega de premios en Bruselas el día 15 de mayo en la sede del Comité de Regiones de Europa.
La iniciativa del hospital vasco ha analizado 34 productos químicos empleados en los servicios de endoscopias, esterilización, mantenimiento y limpieza, identificando un total de seis sustancias químicas que, por sus características, tienen una mayor probabilidad de ser objeto de regulación en los próximos años. El informe establece que las seis sustancias identificadas no cuentan con sustitutos que, actualmente, permitan obtener el mismo resultado y que son sustancias de uso habitual en los hospitales europeos.
Tal y como indica Isabel Urrutia, responsable de Calidad y Seguridad del Paciente de Grupo IMQ, “se trata de una iniciativa innovadora cuyo objetivo ha sido adelantarse a la aprobación de la nueva normativa regulatoria en el ámbito europeo, sobre la, producción y utilización de las diferentes sustancias químicas empleadas en el sector de la sanidad”.
Según explica, “los contaminantes emergentes son aquellas sustancias cuyo uso no está claramente reglamentado y sobre las que no existe una evidencia científica validada sobre su seguridad”.
Así, “este análisis nos ha permitido identificar riesgos potenciales y alternativas viables para la minimización y eliminación de las sustancias con potencial impacto en el medio ambiente y en la salud de los trabajadores”.
Sensibilización
El proyecto también incluye una importante labor de información y sensibilización en diferentes niveles y a distintos colectivos: profesionales sanitarios y empleados, sus familiares, y pacientes, con un alcance estimado de más de 12.000 personas.
Además, los responsables de cada servicio (limpieza, mantenimiento, endoscopia y esterilización) “han interiorizado, gracias a la labor de información y sensibilización, la importancia de conocer los productos que se utilizan actualmente en la Clínica y han mostrado una actitud proactiva para evitar la llegada de contaminantes emergentes a través del uso correcto, almacenamiento o reemplazo de productos. Y no solo en la clínica, sino también en sus hogares”.
Entre el personal de la Clínica IMQ Zorrotzaurre que ha estado más directamente implicado en el proyecto se pueden citar a Pedro Mari Elgarresta (mantenimiento), Mari Luz Tobías (limpieza), Iratxe García (endoscopia), Argiñe Martín y Jessica Ríos (esterilización), Leire Olazabal (prevención de riesgos laborales), Consuelo Pantoja (calidad) y Nicolás Guerra (dirección-gerencia).
Compromiso con el medio ambiente
Tal y como certifica desde 2011 la norma ISO 14001 y, desde 2016, la norma ISO 50001, la Clínica IMQ Zorrotzaurre dispone de un sistema de gestión ambiental plenamente operativo y orientado a un uso eficiente de los recursos y la reducción del riesgo de accidentes medioambientales. En concreto, y dentro de su compromiso con la preservación y cuidado del entorno, la clínica trabaja en acciones reales para favorecer la sostenibilidad medioambiental, con diferentes iniciativas orientadas al ahorro energético, el uso racional y eficiente de los recursos naturales, el reciclaje y la prevención del cambio climático, además de distintas actividades de información y sensibilización.