El reciclaje, elemento clave para avanzar hacia una sociedad circular
Llevamos cerca de un siglo abusando de los recursos que la Tierra nos ofrece, hasta llegar a la situación actual, que nos obliga a cambiar nuestros hábitos o a despedirnos de la vida tal y como la entendemos ahora. Las cifras así nos lo dicen: cada día generamos 3,5 millones de toneladas de basura a nivel mundial, desaparecen 200 especies al día y nos encaminamos a un mundo donde 25 millones de sus habitantes serán migrantes climáticos. Tenemos razones suficientes para terminar con el sistema de producir, consumir y tirar y empezar a impulsar la Economía Circular, un modelo que se inspira, precisamente, en la naturaleza, donde todo se aprovecha. Que deje de ser un concepto y se convierta en una realidad es, en mayor o menor grado, responsabilidad de todos.
Así nos lo están trasladando desde Europa, que ha aprobado recientemente unas Directivas, fruto del Plan de Acción para la Economía Circular, con el objetivo de realizar una transición real hacia la Economía Circular, donde el reciclaje y la prevención se convierten en piezas claves. Uno de los objetivos que fija el Plan de Acción es reciclar el 55% del total nuestros residuos urbanos en 2025, a lo que se suma que, en 2035, el máximo de residuos que lleguen al vertedero no podrá superar el 10%, lanzando así un mensaje claro de que debemos ver los residuos como recursos. Unos porcentajes que se traducen en una cantidad enorme de trabajo por hacer, teniendo en cuenta que, en la actualidad, España se sitúa en un 29,7% y en un 56,7%, respectivamente.
En el caso de los envases domésticos, los gestionados por Ecoembes, la cifra del reciclaje llegó al 77,1% en 2017, un 3,5% más que el año anterior, siendo el residuo que más se recicla, el que tira del reciclaje en nuestro país. Sin embargo, a pesar de estos buenos datos, los envases que van a los contenedores amarillos y azul solo suponen un 8% del total de residuos. Es decir, que para conseguir que la cifra de reciclado total siga creciendo es necesario que otros tipos de residuos, como es el caso del textil o los biorresiduos (que representan el 10 % y el 37% de los residuos urbanos), se incorporen a la senda del reciclaje.
Sin embargo, en Ecoembes no nos conformamos con ser el residuo más reciclado, queremos alcanzar un modelo verdaderamente circular trabajando desde la colaboración, la innovación y la educación, pero solos no podemos. Los desafíos a los que tenemos que hacer frente requieren de grandes políticas y de la acción individual. En este sentido, necesitamos que desde la agenda política se incentiven aquellos aspectos que nos ayuden a impulsar la Economía Circular y a promocionar los hábitos de consumo sostenibles para que, de este modo, el medio ambiente, continúe en la agenda legislativa internacional.
La prevención, un concepto que aúna colaboración e innovación
El 80% del impacto ambiental de un producto se determina en la fase de diseño. Teniendo esta cifra en mente, se hace imprescindible apostar por el ecodiseño como herramienta fundamental para minimizar el impacto medioambiental de los envases a lo largo de todo su ciclo de vida.
En línea con esto, y en un ejercicio de colaboración, en Ecoembes trabajamos mano a mano con las empresas para facilitarles el desarrollo de medidas de prevención y ecodiseño tanto en la fabricación de envases como en su transporte, distribución, comercialización y reciclaje. Así, hace casi 20 años se lanzaron los Planes de Prevención, que inciden en aspectos como la eficiencia, el peso, el diseño, el volumen de ocupación, la desmaterialización, la reciclabilidad, la reutilización o reciclaje de los envases, teniendo como objetivo reducir su impacto ambiental.
En estas prácticamente dos décadas, las empresas han implementado más de 45.000 medidas de prevención, logrando que los envases sean hoy un 18% más ligeros que hace 18 años, lo que ha permitido dejar de usar más de 500.000 toneladas de materias primas, con los consiguientes beneficios para el medio ambiente. La mayoría de las medidas de ecodiseño van enfocadas a aligerar el peso de los envases, lo que incide directamente en reducir el impacto ambiental de los mismos a lo largo de todo su ciclo de vida. La eliminación de tintas o barnices, la utilización de un solo tipo de material (envases monomateriales) y la incorporación de materiales reciclados a los envases a la hora de fabricarlos, son otros tipos de medidas en este ámbito. No obstante, cabe señalar que este concepto, el ecodiseño, no solo tiene en cuenta el proceso de fabricación del envase, sino también el almacenamiento, la logística y la distribución, así como el proceso de reciclaje una vez que se convierte en residuo.
Medidas de prevención todas ellas que han estado y estarán muy ligadas a la innovación, concepto en el que hacemos un especial hincapié como uno de los pilares en los que se basa la Economía Circular. Fruto de ello es TheCircularLab, el primer centro de innovación sobre Economía Circular de Europa, donde trabajamos conjuntamente con universidades, científicos y emprendedores para avanzar, entre otros proyectos, hacia lo que llamamos el ‘envase del futuro’, que muy poco tendrá que ver con muchos de los envases actuales y que será pensado desde el origen con criterios circulares y sostenibles, por ejemplo utilizando nuevos materiales o garantizando una reciclabilidad del 100%. En definitiva, en TheCircularLab pensamos y diseñamos para dar respuestas al gran desafío de los envases en el siglo XXI.
Sin duda, alcanzar una sociedad circular es un reto que depende de todos nosotros y al que todos, desde lo individual, podemos dar respuesta. En Ecoembes seguiremos aportando todo lo que, desde nuestra actividad, esté en nuestras manos para alcanzar una verdadera circularidad de la economía y de la sociedad.