El ayuntamiento de esta capital gallega ha decidido implantar en su EDAR el proceso Bioactiflo desarrollado por Veolia Water Technologies
Santiago de Compostela, ciudad pionera en el tratamiento de los excedentes de aguas residuales
En la actualidad, los excedentes de agua se gestionan mayoritariamente a través de tanques de tormenta, una alternativa que presenta limitaciones, como es el caso de los reboses o el hecho de que el agua excedente almacenada, en el mejor de los casos, se somete a filtrados con pretratamientos físico-químicos con decantación antes de su vertido. Esta solución, en opinión de muchos expertos, es insuficiente ya que es necesario complementarla con otro tipo de tecnología con el fin de lograr una adecuada calidad de las aguas que regresan al entorno hídrico.
Por ello, y debido a las importantes limitaciones que presenta (tanto en su capacidad de tratamiento como en el espacio físico disponible), el ayuntamiento de esta capital gallega ha decidido implantar en su EDAR el proceso Bioactiflo, una de las respuestas más avanzadas en este terreno. Desarrollado por Veolia Water Technologies, se trata de una solución pionera que se implanta por primera vez en Europa en una EDAR. Este proceso permitirá la eliminación de materia orgánica particulada y materia orgánica soluble de gran parte del excedente de las aguas de esta EDAR, con lo que no solo incrementará la capacidad de tratamiento de esta instalación, sino que supondrá una importante mejora en lo que a protección del medio ambiente se refiere.
El nuevo proceso permitirá una capacidad de reacción muy rápida, capaz de gestionar hasta un máximo de unos 1.000 metros cúbicos a la hora. Con ello, se garantiza no solo la eliminación de residuos sólidos sino también la eliminación de la materia orgánica. Esta mejora de tratamiento supone incrementar hasta en un 40% la capacidad de tratamiento de la actual EDAR.
Diseñado para una capacidad de tratamiento 20.065 metros cúbicos al día y una población equivalente de 33.700 habitantes, el proceso Bioactiflo en la EDAR de Silvouta permitirá obtener un efluente de gran calidad, con una DBO5 inferior a 25 ppm y unos sólidos en suspensión menores de 35 ppm.
Esta actuación se incluye dentro del proyecto de ‘Ejecución de las obras del proyecto de adecuación del vertido de la EDAR de Silvouta’, promovido por ACUAES y cuyas obras están cofinanciadas por el MAGRAMA, a través del Fondo FEDER; por la Xunta de Galicia, a través de Augas de Galicia; y por el propio Concello de Santiago.
Los trabajos, con un plazo de ejecución de ocho meses más dos de prueba, han consistido en la implantación de este proceso de tratamiento (Bioactiflo) para los caudales que en la actualidad se alivian por falta de capacidad de la EDAR. La solución adoptada ha permitido además que los trabajos no provoquen interferencias en el funcionamiento de la planta actual, ya que una de las características de esta tecnología es que permite su instalación en el escaso espacio disponible en los terrenos de la actual EDAR.
Un paso adelante en el tratamiento de agua de tormentas
Este esfuerzo tecnológico se enmarca dentro de los importantes avances que, en materia de depuración de aguas residuales urbanas ha realizado nuestro país en las últimas décadas. De esta forma, en la actualidad, el 83% de la población depura adecuadamente sus aguas, gracias a los esfuerzos de planificación e inversión realizados por la administración, en línea con las directrices marcadas por la Directiva Marco del Agua de la Unión Europea.
Sin embargo, los recientes procedimientos de infracción abiertos por la Comisión Europea a España en materia de depuración han demostrado, más allá de los casos puntuales a los que afecta, que aún queda mucho trabajo por realizar en este terreno. En este sentido, es necesario no solo seguir ampliando la red de infraestructuras de saneamiento y depuración, sino también buscar alternativas tecnológicas innovadoras que permitan tratar adecuadamente y en su integridad todas las aguas. Sobre todo, teniendo en cuenta que muchos de estos caudales pueden ser imprevistos, fruto de episodios de lluvias intensas.
Para Juan Carlos Rodrigo, director de ingeniería de la filial española de Veolia Water Technologies, “hay mucho camino por recorrer en el tratamiento de aguas de tormentas. Hay que dar un paso adelante en esta materia y crear concienciación de la importancia medioambiental de someter las aguas pluviales a un tratamiento más severo antes de ser devueltas al entorno. Dentro de algunos años, (esperemos que no muchos), no tratar mejor las aguas de tormenta nos parecerá tan insostenible desde una perspectiva medioambiental, como lo era hace años no depurar las aguas residuales”.
El proceso Bioactiflo es, por tanto, un avance clave que contribuye a garantizar el bienestar de los ciudadanos y vital para el mantenimiento de los ecosistemas. En este sentido, Juan Carlos Rodrigo, se ha mostrado “enormemente satisfecho y orgulloso de que la tecnología de Veolia permita contribuir en una gestión más avanzada de las aguas residuales en nuestro país. Además, esta actuación demuestra el compromiso de ACUAES con el medio ambiente, que ha sido una de las primeras instituciones en dar ese paso adelante”.
Imagen aérea de la EDAR de Silvouta.
Proceso Bioactiflo
Bioactiflo es un proceso robusto y fiable que gracias a sus características únicas de operación y rendimiento garantiza la calidad del agua tratada incluso en episodios de alta variabilidad del afluente, ya sea en caudal o carga. Está formado por un reactor de contacto donde se produce la adsorción/absorción de la materia orgánica gracias a los microorganismos procedentes del fango activo de la EDAR. A continuación, el agua pasa a una etapa físico-química de decantación, que se realiza con la ayuda de microarena, donde se separan los sólidos en suspensión y la materia orgánica particulada asociada a los mismos.
Su tasa de rendimiento es de hasta un 85% de la DBO5 total y consigue reducir los sólidos en suspensión hasta valores en el efluente de menos de 15 ppm. Bioactiflo trabaja a velocidades de decantación elevadas (aprox. 100 m/h), lo que le convierte en un proceso muy compacto que requiere reducido espacio de implantación.
El proceso consta de dos etapas de tratamiento: una primera etapa compuesta por un reactor de contacto que emplea el fango activo procedente de la planta existente de fangos activos hasta conseguir una concentración variable que puede llegar a alcanzar valores del orden de 800-1.000 mg/l de MLSS, con el objeto de absorber/adsorber materia orgánica (soluble y coloidal respectivamente). La segunda etapa es la físico-química de decantación con microarena para la eliminación de los sólidos en suspensión. Por último, el agua tratada se mezcla con el efluente de la decantación secundaria de la planta, mientras que el fango separado se devuelve al reactor biológico de fangos activos.