Las XXIV Jornadas Técnicas de Anepma analizan los pros y contras del Sistema de Retorno de Envases
Las XXIV Jornadas Técnicas de Anepma, celebradas del 15 al 17 de noviembre en Mérida, incluyeron en su programa una mesa redonda centrada en el Sistema de Depósito, Devolución y Retorno (SDDR) para envases, en la que estuvieron representados los principales agentes implicados: los consumidores, las pymes, las empresas prestatarias de servicios medioambientales, los ecologistas y los mayores defensores de este sistema, la iniciativa Retorna.
Como se define desde Retorna, “el Sistema de Retorno es un sistema de gestión de residuos, de envases en este caso, que asocia un valor a cada envase para que éste sea devuelto por el consumidor para su reciclaje. Es un sistema paralelo a los SIG y sólo destinado a los envases de bebidas. Los sistemas integrados de gestión que funcionan actualmente deberán seguir existiendo para multitud de envases que no están incluidos en el SDDR (latas de conservas, envases de productos lácteos, licores y vinos, bandejas de plásticos….)”.
Desde Retorna se está trabajando para implantar este Sistema en España “tras el éxito que ha alcanzado en cerca de 40 países, donde se han logrado tasas de recogida selectiva para este tipo de residuos superiores al 95%”, señalaba Víctor Mitjan, director de Estudios de esta institución.
Retorna señala además otras ventajas inherentes a este sistema, como lo fácil que resulta explicarle al consumidor este método, por la simplicidad del mismo, así como la contribución positiva de este sistema a la limpieza de las calles, parques, jardines y playas, ya que estos envases tienen un ingreso económico para aquellos que lo devuelven.
No se tiene una visión tan positiva de este sistema desde otros ámbitos, como por ejemplo en la Unión de Consumidores, cuya representante para Extremadura (Ucex), María Eulalia Bermejo, avisaba sobre la falta de información acerca de la cuantía de esa “fianza” y las consecuencias que podría tener implantarla a la hora de encarecer los productos. Además, señalaba, “que esto implicaría pasar de un sistema voluntario de reciclaje a una obligación”, que el consumidor disponga de una sexta bolsa para la separación de residuos, y que podría acarrear problemas al ciudadano cuando tenga que devolver un envase que esté defectuoso.
Por su parte, en representación de los ecologistas, Jesús Valiente, de la Asociación para la Defensa de la Naturaleza y los Recursos de Extremadura (Adenex), indicaba que no se dispone de estudios independientes que permitan conocer con objetividad las ventajas e inconvenientes que supondría el uso del SDDR. Además, añadía, que sigue sin tratarse un tema clave en esta materia como es la educación ambiental para lograr una mayor reducción en la generación de residuos.
En cuanto al ámbito empresarial, Francisco Javier Peinado, secretario general de la Confederación regional de empresas de Extremadura (CREEX), alertaba sobre el nuevo rol que tendrían que asumir los comercios en caso de aplicarse este sistema y de los retos que esto supondría. En primer lugar logísticos ya que no todos los locales comerciales disponen de espacio suficiente para acoger estos envases retornados. Y en segundo lugar, financieros ya que un comercio tendría que hacer frente en algunos casos a la devolución de importantes cantidades económicas (ante grandes volúmenes de retorno), incluyendo incluso las correspondientes a envases que no ha salido de sus tiendas (no disponen, por tanto, de ese depósito económico).
Por último, desde las empresas públicas de servicios medioambientales, Rafael Arjona, presidente saliente de Anepma, apuntaba a la necesidad de aumentar la transparencia de los diferentes sistemas, añadiendo que no tienen por qué ser incompatibles entre sí. Además, apelaba a la responsabilidad de los ciudadanos como un agente crucial en el proceso de reciclaje de los residuos.