Mewa ahorra un 50% de agua en 2013 gracias a la reutilización
Mewa, empresa del sector de gestión textil, ahorró durante 2013 el 50% del consumo de agua empleada gracias a su técnica de recuperación de agua para aclarado y lavado. En comparación con los procedimientos convencionales, la técnica en cascada permite ahorrar la mitad de este bien preciado. El agua todavía útil de los últimos ciclos de aclarado se filtra, se trata y se reutiliza para otros ciclos.
Tras el tratamiento de estas aguas mezcladas con aceites, tintas y otros residuos generados en talleres, imprentas y en la industria metalúrgica, el grado de limpieza que se obtiene del agua es del 99,8%.
El agua empleada en el lavado no puede verterse al alcantarillado público. Autor: Mewa.
Fiel a su máxima de protección ambiental, durante este proceso se genera una energía que permite ahorrar hasta 7 millones de litros de combustible al año, y que cubre hasta un 80% de las necesidades energéticas de sus túneles de lavado y secado.
Técnica en cascada
El agua empleada en el lavado no puede verterse al alcantarillado público, por ello en las plantas de Mewa se lleva a cabo un tratamiento previo químico y físico.
El proceso consiste en tratar el agua mezclada con aceites, tintas y otros residuos. Autor: Mewa.
En primer lugar el agua atraviesa un tamiz de arco que retiene las sustancias más grandes. A su paso por el desarenador, las partículas de suciedad menores se quedan en el fondo del receptáculo. Una vez superados estos dos niveles de pre-tratamiento se añade ácido clorhídrico al agua, para poder separar la suciedad restante.
Los aceites pasan a la superficie y se procesan para la recuperación energética y el agua será neutralizada de nuevo porque todavía contiene suciedad. Para ello se añade un floculante, al que quedan adheridas las sustancias residuales restantes, que quedan como un lodo en el fondo que puede retirarse.
En las plantas de Mewa se lleva a cabo un tratamiento químico y físico del agua. Autor: Mewa.
En este punto el agua alcanza una temperatura de unos 65º, una energía que Mewa no desaprovecha, y con la que calienta el agua limpia de las instalaciones gracias a unos intercambiadores de temperatura. Es ahora cuando termina el tratamiento químico y físico de las aguas residuales conforme a la legislación ambiental. Pero Mewa, superando este estándar exigido, procede a un siguiente nivel de tratamiento: el biológico. El agua termina de depurarse gracias a unos microorganismos que se comen el resto de sustancias y que, al ser después más pesados, quedan en el fondo.