El Reciclaje Made in Europe supone “una restricción al libre comercio bajo falsos argumentos ambientales”
En los últimos años, la protección del medio ambiente está siendo utilizada para justificar medidas comerciales proteccionistas que tienen un alto grado de legitimidad a los ojos del ciudadano. De esta forma, sostiene la Asociación Española de Recuperadores de Papel y Cartón (Repacar), se utilizan medidas de respuesta al cambio climático para instaurar barreras a los bienes y servicios de un país, limitando las operaciones de comercio internacional de estos bienes y servicios.
Según explica la asociación Repacar, en España tenemos en la actualidad un claro ejemplo de aplicación de estas medidas como instrumentos de protección de un sector productivo local. La Disposición adicional decimosexta de la nueva Ley de Residuos, está sirviendo, para que sectores económicos de la cadena del reciclaje, con argumentos tan débiles como discutibles y sin bases contrastadas, estén intentando modificar las reglas del juego en su propio beneficio, utilizando el medio ambiente como un mecanismo para mejorar su saldo comercial, promoviendo que las Mancomunidades y Municipios españoles velen porque todo el papel y cartón recogido selectivamente en su ámbito territorial sea reciclado en cercanía, en España y en Europa, frente al reciclaje fuera de Europa, incluyendo para ello una cláusula en los contratos de recogida que obliga a las empresas adjudicatarias a entregar el papel recuperado a una fábrica de papel cuyas instalaciones estén ubicadas en España o en algún país de la Unión Europea.
Para Repacar, el argumento económico que subyace detrás de la implantación de estas medidas proteccionistas está relacionado con el objetivo de determinados sectores de mantener su competitividad frente a las industrias de otros países, sin tener en cuenta las afecciones negativas que pueden generar dichas medidas en otros sectores económicos del mismo país, ni las consecuencias finales que estas medidas pueden tener para con el medio ambiente.
“Si analizamos el problema de forma global, modo en la cual se debe estudiar el medio ambiente, existen evidencias de que el daño medioambiental, junto con el económico a medio plazo, sería mayor si limitamos el destino del papel recuperado que se comercializa a nivel mundial, fijando un destino común y preferente para una fuente de recogida local”, sostiene la asociación.