Diseñan un bioplástico antimicrobiano a partir de gluten de trigo
27 de mayo de 2013
“Las proteínas vegetales son materias primas baratas, renovables y abundantes, por lo que nos encontramos ante materiales respetuosos con el medio ambiente en su producción y de fácil degradación”, asegura Inmaculada Martínez, investigadora y profesora titular de ingeniería química, química física y química orgánica en la Universidad de Huelva.
Los bioplásticos se han convertido en una alternativa industrial de interés no solo por su capacidad de degradación sin impacto ambiental, sino además porque en su fabricación se emplean residuos vegetales, que sustituyen a los procesados de hidrocarburos.
Estos nuevos materiales, diseñados básicamente a partir de proteínas, polisacáridos o lípidos, cuentan con unas características que los convierten en únicos al ser considerados como verdaderas lanzaderas naturales para aditivos, antioxidantes, vitaminas o sabores, lo que supone un paso al frente en aplicaciones para sectores industriales como el agroalimentario y el farmacéutico.
Para comprobar las propiedades de estos dos materiales inteligentes, el grupo de ingenieros realizó ensayos mediante técnicas termoplásticas con la albúmina y el gluten y los dos biocidas para cepas de Aspergillus niger (hongo), Candida kefir (levadura), Bacillus cereus (bacteria gram-positiva) y Escherichia coli (bacteria gram-negativa).
“La incorporación de los agentes antimicrobianos se realiza en la mezcla directa de las proteínas con el plastificante. Realizamos pruebas de absorción y difusión para estudiar la influencia del procesado físico-químico y sobre la liberación controlada del aceite de orégano”, subraya Martínez. Y en este sentido, “los bioplásticos basados en proteínas de gluten de trigo que contenían los biocidas estudiados demostraron de forma óptima su actividad antimicrobiana”.
Comprobaron que la liberación del biocida está asegurada, al menos, “durante una semana, incluso si el material no está en contacto directo con el sustrato”. La investigadora asegura que “una potencial aplicación de estos bioplásticos podría ser el tratamiento de aguas con desinfectantes naturales como ácidos orgánicos o aceites esenciales”.
Europa genera cada año unos 192 millones de toneladas de residuos agrícolas, de los que 90 millones corresponden a España, lo que da buena cuenta del potencial real de estos nuevos materiales. El mercado europeo de bioplásticos quintuplicará su tamaño en cinco años al pasar de 1,2 millones de toneladas en 2011 a 6 millones en 2016, según European Bioplastics.