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Se suman los robots al Estudio de Mercado de Máquinas de Inyección organizado por Plásticos Universales – Interempresas

Parón en la venta de máquinas de inyección

Ibon Linacisoro25/02/2013

El pasado 12 de febrero Plásticos Universales - Interempresas reunió a todos los proveedores de inyectoras en una nueva edición de su reunión anual para realizar el Estudio de Mercado de Máquinas de Inyección. Como novedad, este año se sumaron a la cita los suministradores de robots cartesianos, quienes acudieron a las instalaciones de Fira de Barcelona, organizadora de Equiplast para sumarse a la iniciativa de la revista, secundada por todos los comercializadores de máquinas para el moldeo por inyección. Participaron todos los suministradores de máquinas de inyección, 24 proveedores que vendieron el 99% de las inyectoras en 2012, y la mayor parte de los proveedores de robots cartesianos, hasta un total de 19 empresas. La suma de las ventas de estas empresas ascendió en 2012 al 98% del total. La principal conclusión en lo que a inyectoras se refiere es que, tras dos años de tímido incremento, vuelve el parón, incluso un leve descenso en las ventas. Desde el punto de vista de los robots, a falta de datos comparativos, los asistentes no se vieron sorprendidos por el resultado del estudio.

Fue como un “déjà vu”, mismas caras, mismas marcas, misma problemática y pocas sorpresas en los resultados de este Estudio de Mercado que Plásticos Universales – Interempresas viene organizando desde hace aproximadamente 15 años para cubrir esa carencia del sector tan típica de tantos sectores en nuestro país: la falta de datos. Claro que, a la vista de los resultados de los últimos años, y más si se comparan con años buenos como el 2000, alguno podría opinar que vive uno más tranquilo en la ignorancia, en el desconocimiento, que con las cifras de ventas en las manos. La verdad, el sector de la inyección de plásticos en España se contrajo de manera espectacular en el 2008 y desde entonces las ventas oscilan en unas pocas arriba y abajo. Tras dos años, 2010 y 2011, en los que la tendencia era ligeramente alcista, en 2012 la gráfica de ventas volvió al sendero del descenso.

La subsistencia también está pasando factura a los comercializadores de máquinas, con menos ganas de debatir que en el pasado, tal vez no queriendo nadie desenmascarar alguna operación o tal vez, simplemente, mascullando para sus adentros cada uno las dificultades que estamos atravesando todos. El silencio como síntoma claro de la preocupación.

Pero el valor de la reunión no se encuentra solo en su funcionalidad, en lo tangible, en el estudio que cada uno se lleva a su casa, a su oficina, para analizar en detalle. Otro de sus valores es la coincidencia en un mismo foro con colegas de profesión, muchas veces ex compañeros, competidores. Nada como ver la cara al enemigo para comprender que, al fin y al cabo, estamos todos unidos por una profesión y por una industria, la de los plásticos, cuya debilidad nos hace a todos más humanos. En esta ocasión además, se sumaron a la reunión los proveedores de robots cartesianos, toda una experiencia nueva que completa aún más el estudio y eleva su valor.

El optimismo de los dos últimos años, la esperanza de que los tímidos incrementos se confirmaran y elevaran las esperanzas, quedaron lamentablemente apagados por la crudeza de los datos. Ninguna sorpresa in embargo, para los implicados. Nadie como ellos sabe lo que cuesta hoy en día vender una inyectora o un robot. El año pasado, por estas mismas fechas, decíamos: “Si la tendencia se confirma en los próximos años, nos encontraremos en un sector en fase de recuperación que difícilmente alcanzará a corto plazo las cifras del año 2000, pero que, una vez resituados todos y aprendida la lección, seguirá dando de comer a muchas familias”. Bien, no nos ha durado mucho esa esperanza, si bien es cierto que todos nos hemos ajustado a los nuevos tiempos y que, por qué no decirlo, parece que los proyectos en el sector del automóvil están empezando a generar más actividad. Los problemas siguen siendo los mismos, una falta de demanda agravada por la falta de financiación, aunque hay factores peores que hace un año, como la falta de confianza de los ciudadanos y empresas en las instituciones, la crisis de valores o el escepticismo absoluto en relación con las formas y los plazos para salir de la crisis.