La recogida y reciclaje de pilas y baterías avanza por buen camino
El problema es que las pilas y baterías que se fabrican actualmente requieren en su composición el uso de metales pesados altamente tóxicos, muy nocivos tanto para la salud de las personas como para el medio ambiente cuando con el paso de tiempo y por la descomposición de sus elementos se oxidan y derraman su interior en suelo, agua y aire. El mercurio, el plomo, el cadmio... son elementos presentes en pilas y baterías que en contacto directo con el cuerpo en elevadas dosis puede provocar una larga lista de dolencias muy graves, algunas de ellas crónicas, e incluso la muerte. Por eso no deben perforarse nunca las pilas, ni quemarlas, ni dejarlas durante un tiempo excesivo en los aparatos o abandonadas por la casa ya que pueden oxidarse y soltar su contenido. Su exposición al ecosistema no es menos dañina. Una pila normal se calcula que puede contaminar 3.000 litros de agua, mientras que una alcalina de larga duración puede llegar a afectar a hasta 175.000 litros si no es debidamente tratada.
Reciclar es una necesidad
Ante el grave problema que puede significar una acumulación descontrolada de los residuos tóxicos generados por pilas y baterías, las Administraciones Públicas ya hace tiempo que establecieron mecanismos, que periódicamente se van actualizando, para regular su recogida y reciclaje.
En España, el Real Decreto 106/2008, que entró en vigor a finales de septiembre de 2008 basándose en la Directiva europea 2006/66/CE y que fue modificado posteriormente en algunos aspectos con el Real Decreto 943/2010, junto a la Ley de Residuos, son las normativas que regulan la recogida y reciclaje de pilas y baterías. Dicha normativa marca varias prioridades.
Por una lado facilita al consumidor la identificación y selección de las pilas y baterías más adecuadas a sus necesidades y las menos contaminantes, al imponer la obligatoriedad de un etiquetado claro, legible e indeleble que describa su capacidad energética, el símbolo químico del metal pesado que contengan y el símbolo de recogida selectiva. También prohíbe la comercialización de pilas y acumuladores con más de 0,0005% de mercurio en peso y 0,002% de cadmio en peso, con excepción de los dispositivos de emergencia, de alarma y los equipos médicos. Y finalmente establece que son los fabricantes quienes deben hacerse cargo de la gestión de las unidades usadas, sin que para el consumidor suponga coste alguno.
El Real Decreto 106/2008 también se marcaba unos objetivos finales que indicaban que para el 2011 debería haberse alcanzado un porcentaje del 25% de recogida sobre el total de pilas consumidas y del 45% en 2016. Felizmente, el porcentaje de recogida marcado para 2011 se ha cumplido y superado sobradamente.
Responsabilidades repartidas
De acuerdo con el principio de “quién contamina paga”, la normativa hace recaer el peso principal de la responsabilidad en el proceso de recogida, tratamiento y reciclaje de pilas y baterías en los fabricantes. No obstante, la ley marca una serie de obligaciones a otros agentes involucrados en el ciclo de vida de estos residuos, como son las Administraciones y los propios consumidores.
Los fabricantes “se han puesto las pilas” en esta tarea para cumplir las condiciones establecidas por la administración. La Fundación para la Gestión Medioambiental de Pilas, Ecopilas, reúne a los fabricantes de más del 70% de las pilas que se consumen en nuestro país, varias de ellas marcas muy conocidas por los usuarios. Esta asociación busca facilitar al máximo a los consumidores la tarea de devolver las pilas gastadas y para ello ha organizado una red de 25.000 contenedores de recogida repartidos por todo el país. Se trata de unos depósitos distinguibles por la mascota dibujada en su exterior, llamada “El recopilador”, que busca acercar a la ciudadanía la necesidad del reciclaje, ya que hasta ahora solo el 18% de estos productos es reciclado.
Por su parte, los órganos competentes de las CC AA y Entidades Locales deben adoptar las medidas necesarias para que las pilas y acumuladores portátiles de origen doméstico se recojan por separado para su posterior eliminación o valorización. En este sentido, los Ayuntamientos organizan las recogidas y el transporte de estos residuos a través de los sistemas públicos de gestión (SPG) financiados por los productores o por medio de los servicios puestos en funcionamiento por los Sistemas Integrados de Gestión (SIG), entre otros.
Finalmente, los consumidores o usuarios finales debemos contribuir al tratamiento y reciclaje de los residuos de pilas y acumuladores (RPA) participando en su recogida selectiva, es decir, depositando los RPA en los contenedores habilitados para ello, asegurando de este modo que entren en el circuito del reciclaje y reciban un tratamiento adecuado, que permita reutilizar entre un 50% y un 75% del total del producto. Como consumidores también tenemos la opción de utilizar pilas recargables. Es bueno saber que cada pila recargable puede llegar a evitar el uso de unas 300 pilas desechables.
Se bate el récord de recogida de pilas usadas con 3.031 toneladas en 2011
Recyclia, la plataforma de gestión de los SIG Ecopilas, Ecofimática, Ecoasimelec y Tragamóvil, presentó recientemente los datos auditados de la recogida y el reciclaje de pilas usadas y residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) durante 2011. Por categorías de residuos, los que han alcanzado mayores incrementos han sido las pilas, con un ratio de recogida que equivale al 34% de las puestas a la venta en 2011, muy por encima del objetivo del 25% que estableció la ley para ese año.
Así, la fundación Ecopilas batió en 2011 un nuevo récord de recogida de pilas y baterías usadas al retirar 3.031 toneladas de estos residuos en toda España, un 21% más que en 2010, que equivalen a más del 34% de las pilas y baterías que los fabricantes pusieron a la venta en España el año pasado –frente al 29% registrado en 2010–.
Con este balance, este SIG supera de largo las expectativas del Real Decreto 106/2008 de pilas y acumuladores y la gestión ambiental de sus residuos, que fijó como objetivo para 2011 recoger de forma selectiva el equivalente al 25% de las pilas y baterías que se ponen a la venta cada año.
A esto se suma el hecho de que, por primera vez desde que se pusiera en marcha la fundación y la obligatoriedad legal de la recogida selectiva de pilas y baterías, prácticamente todas las comunidades autónomas españolas han superado el objetivo legal del 25%. Algunas sobrepasando incluso el 50%, como Navarra y Aragón, y varias por encima del 40% como Galicia, País Vasco, Castilla-La Mancha, Extremadura y Asturias.
Ecopilas, que cuenta con 526 empresas adheridas, representa el 75% del mercado de pilas portátiles y más del 25% de las pilas industriales que se comercializan en España, según datos del Registro Nacional de Productores de Pilas y Acumuladores gestionado por el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio.