El fabricante de modelismo ferroviario Märklin apuesta por la fabricación de raíles a partir de un plástico especial a prueba de roturas y que ofrece la posibilidad de adoptar una multitud de formas y en el mejor de los casos, aguantar una eternidad. En manos de los niños los ferrocarriles en miniatura están sometidos a duras pruebas. Es por ello que la empresa Märklin, fabricante líder mundial de modelismo ferroviario, ha comenzado a emplear recientemente raíles fabricados a partir de Luran S de Basf para su kit de principiantes. Es un plástico elaborado a base de ASA (copolímero de éster acrílico, estireno y acrilonitrilo). “La gran ventaja de este material consiste en su resistencia a las sustancias químicas”, declara Ulf Meissner, jefe de producción de Märklin, y es que gracias a esta característica del material la empresa se ahorra una fase entera de trabajo durante la fabricación de los carriles: para la fabricación de vías de metal resulta necesario emplear un aceite que puede ocasionar daños a las traviesas fabricadas con materiales plásticos, razón por la cual el aceite ha de ser eliminado por completo antes del montaje. Sin embargo, cuando los carriles han sido fabricados con Luran S se puede prescindir de dicho proceso de desengrase, ya que el copolímero ASA es un material resistente a los aceites, evitando así la formación de grietas y fracturas provocadas por la tensión en los soportes y monturas para la sujeción de las vías.
Además, al contrario de lo que ocurre con las vías metálicas, las vías fabricadas con el material plástico resultan más fáciles de montar y empalmar, una propiedad a la que se concede una enorme prioridad en los 140.000 sets de principiante para niños que se comercializan anualmente.