En busca de la eficiencia energética
En este sentido, resulta necesario y oportuno definir esta estrategia de ahorro y eficiencia energética en España, especialmente, por tres motivos básicos:
- La elevada dependencia energética exterior. España importa el 75 por ciento de la energía primaria que utiliza frente al 50 por ciento de media en la UE, cifra considerada ya elevada por las instituciones comunitarias. Además, esa dependencia va en aumento, con las implicaciones no sólo económicas y comerciales que ello supone, sino también con unos efectos medioambientales significativos al tratarse mayormente de productos fósiles con un elevado nivel de emisiones de efecto invernadero.
- La economía española viene evolucionando durante los últimos años a tasas de crecimiento anual superiores a la media europea, lo que está permitiendo un avance significativo en convergencia real. No obstante, esta evolución también se ha visto acompañada por crecimientos de la demanda energética importantes, con tasas de incremento anual superiores algunos años a las de la economía. De ahí que el indicador de Intensidad Energética (relación entre el consumo de energía y PIB) muestre tendencias de ligero crecimiento durante los últimos años, hecho que puede estar justificado dado el actual estadio de desarrollo económico español y no representa mayor consumo por unidad de PIB que en otros países.
- La ejecución de la estrategia promueve una reducción significativa de emisiones de contaminantes atmosféricos, en concordancia con las Directivas europeas y orientaciones internacionales.
Reducción de consumo
A su vez, persigue hacer compatible este crecimiento económico con un desarrollo energético sostenible, reduciendo las emisiones de CO2, potenciando las energías limpias e impulsando la diversificación de las fuentes energéticas. Otros instrumentos para conseguir estos objetivos son el Plan de Fomento de las Energías Renovables y la apuesta por los ciclos combinados de gas en la propia planificación de redes.
La estrategia analiza los sectores de la industria (desagregado en once subsectores), transporte, edificación, equipamiento residencial y ofimática, servicios públicos, transformación de la energía y agricultura y pesca. Para cada uno de estos sectores se plantean objetivos, se describen las medidas propuestas y se definen los instrumentos que es preciso aplicar, cuantificando costes y ahorros energéticos derivados.
Medidas diversas
El mayor potencial de ahorro de energía lo ofrece el subsector de la industria química tanto por la mayor potencialidad para la incorporación de tecnologías eficientes, como por las opciones de optimización de determinados procesos productivos (catálisis, producción de benceno, etc.).
Se estima un coste global de inversión asociada a las medidas previstas de unos 26.108 millones de euros para el conjunto del período. De este coste, unos 2.010 millones de euros corresponderían a apoyos públicos de las distintas administraciones y el resto, 24.098 millones, a la inversión privada asociada a las medidas previstas.