Aqua España: una visión sectorial 2022 y 2023
Agustí Ferrer, director general de Aqua España
01/03/2023España debe incrementar los esfuerzos en asegurar la debida sostenibilidad hídrica del país mediante mecanismo legales y económicos que favorezcan un mejor uso y reúso del recurso agua con mayor optimización energética.
Hoy, todos los expertos en agua comparten la idea de que España es un país con estrés hídrico y en proceso de desertización que requiere de una pensada estrategia de sostenibilidad hídrica, pensada para garantizar la suficiente disponibilidad de agua para sus diferentes usos y con la debida calidad.
La mayoría de los profesionales del sector comparten que hay una voluntad general de trabajar en esta línea, aunque haya importantes flancos todavía por cubrir, especialmente en depuración y reutilización, y evidentes discrepancias entre políticos y con el sector empresarial; especialmente, en asunto de caudales. Y la mayoría también tiene la confianza de que disponemos de las tecnologías para ello. Y la convicción que todo ello solo será realmente efectivo si la ciudadanía toma plena consciencia de la importancia del agua para la economía y la vida en nuestro planeta, y que esta es un recurso escaso y limitado que debemos cuidar con atención en nuestros actos diarios.
Lo anterior implica varias cuestiones, lógicamente relacionadas entre ellas, que comentamos sintéticamente a continuación.
La gestión del agua empieza por la planificación, por lo que debemos disponer de buenas herramientas en esta tarea. La aprobación reciente de los Planes Hidrológicos de III Ciclo, para 2022-2027, y otros planes relacionados con la gestión del agua, como los de gestión del riesgo de inundación y los de sequía, son buenas noticias. La inversión de miles de millones vinculada a esos planes debe ayudar a la buena gestión del agua mediante tecnologías eficientes. En otras palabras, se trata de gestionar mejor el recurso agua con un uso más eficiente de los recursos energéticos.
Sistemas de previsión y planificación avanzados
Entre otras cosas, esto significa disponer de sistemas de previsión y planificación avanzados. Los planes anteriormente mencionados ayudarán seguro a ello. También significa diversificar las fuentes de obtención de agua. La desalación tiene aquí una importancia notable. Un ámbito en el que las empresas españolas tiene un gran ‘know how’ y experiencia, habiendo liderado proyectos de referencia mundial en diferentes países de distintos continentes.
Y en diversificación de fuentes, la reutilización tiene una relevancia primordial. Debemos avanzar más decididamente en un marco legal que favorezca verdaderamente la reutilización con garantías en todos los ámbitos. En este punto, cabe destacar el aprovechamiento de las aguas pluviales y el reciclaje de las aguas grises en viviendas; soluciones importantes para liberar agua de boca y sobre todo cercanas a los ciudadanos, lo que ayuda a familiarizarles y concienciarles sobre el uso eficiente del agua, viendo sus beneficios, y así contribuyendo a aumentar el número de prescriptores de estas soluciones, con el beneficio colectivo que esto tiene. Y es que, probablemente el mayor reto es concienciar a la ciudadanía de la necesidad de usar agua regenerada con total confianza para los usos indicados. Debemos dar pasos más decididos en esta línea. Y para ello debemos avanzar en una comunicación conjunta de los actores públicos y privados, de gran alcance mediático y reiterada, sobre ejemplos de éxito ya existentes. La tecnología existe y sabemos aplicarla. La legislación debe hacerla económicamente viable y deseable.
Soluciones económica y medioambientalmente más eficientes
Tenemos las empresas y la tecnología para todo ello, pero debemos avanzar en soluciones técnicamente más eficientes económica y medioambientalmente. Para ello, también debemos movilizar más recursos en innovación. Cada vez somos mejores en esta línea y debemos seguir avanzado. Se ha demostrado que España ha sido el país con mayor retorno en la temática de agua en el ámbito del Reto Social 5 del programa H2020 para el periodo 2014-2020, con más de 52 M€. No podemos parar lo que ha empezado y que debe traer resultados de alto impacto en un futuro cercano.
Y al hablar de innovación, parte del sector hoy piensa especialmente en digitalización. Cabe decir que la digitalización en el sector del agua lleva mucho tiempo implementándose, pero la revolución tecnológica de los últimos años ha provocado un abaratamiento de los costes de estas herramientas con un aumento de su potencia de cálculo. Esto ha provocado que muchas aplicaciones que antes no eran asequibles ahora se puedan implementar, avanzado más intensamente hacia un entorno más digital. En este punto, el PERTE de digitalización del ciclo del agua tendrá seguro un efecto incentivador al disminuir el riesgo económico de los proyectos de digitalización gracias a la subvención, y debería permitir —tanto a las administraciones como a los operadores públicos o privados— realizar inversiones en temas de digitalización que hasta ahora no se habían ejecutado o ni siquiera planteado. Esto es una excelente oportunidad para los grandes operadores, pero también para empresas ‘start-ups’ tecnológicas, Pymes relacionadas y otros operadores de menor tamaño.
Mejoras en el rendimiento de las instalaciones
La aplicación de estas soluciones, cada vez más digitales, requiere energía. Y este es otro de los grandes retos sectoriales, en los que muchas empresas ya están trabajando y en el que continuarán dedicando esfuerzos el próximo año. Veremos iniciativas interesantes en mejorar el rendimiento de las instalaciones de tratamiento de agua, sean municipales, privadas o industriales, tales como generar energía a partir de biomasa buscando la neutralidad energética y el uso de medios naturales para sustituir químicos en los tratamientos.
Digitalización, reutilización, eficiencia energética…son vectores cada vez más importantes dentro del ciclo del agua, que hacen que cada vez haya más perfiles diferentes en este sector. Profesionales de la eficiencia energética, matemáticos, ingenieros, informáticos…profesionales que cuando estudiaron probablemente no pensaron en aplicar sus conocimientos y habilidades al sector del agua, pero que hoy son imprescindibles en estos nuevos retos. La coordinación de estos perfiles de manera eficaz y eficiente es un reto importante para las empresas del sector, que tendrán que lidiar con una intensa lucha de talento, dentro y fuera del propio sector.
Y todo lo anterior, evidentemente cuesta dinero. Y este es otro de los grandes retos sectoriales a atender. Especialmente en lo que atañe a la importante infraestructura de abastecimiento y saneamiento del agua urbana. Pero también respecto a las soluciones para depurar las aguas de pequeñas poblaciones y garantizar el debido tratamiento de las aguas industriales y de las instalaciones comerciales colectivas. Todas ellas de enorme importancia para nuestra economía y empleo, que no olvidemos depende en gran medida del turismo. Los poderes públicos deben facilitar la inversión pública y privada en el sector. Las demandas relacionadas con la inversión en la infraestructura pública hace años que es reclamada, en línea con las directrices europeas sobre requisitos de saneamiento y calidad del agua, y la tan reclamada recuperación de costes asociada. El nuevo Real Decreto de agua de consumo publicado en enero 2023 es un paso adelante en esta línea que Aqua España aplaude. Ahora se debe favorecer la inversión que comentábamos, que cada vez será más mediante mecanismos de colaboración público-privada. Y en este punto resulta esencial aplicar mecanismos de gobernanza colaborativos, transparentes y de redención de cuentas. Por responsabilidad pública, pero porqué es imperativo si queremos que las nuevas generaciones confíen y apoyen las inversiones en el sector agua y sus infraestructuras y servicios relacionados.
En Aqua España sabemos que el sector empresarial privado que representamos está preparado y tiene ganas de aprovechar las oportunidades que se pueden brindar en estas líneas de actuación comentadas y en otras complementarias relacionadas con la calidad del agua. En este último punto cabe destacar la nueva legislación 2023 en prevención y tratamiento de la Legionela; frecuentemente un subsector con una visibilidad menor a la que debería tener considerando su importancia para la salud pública. En Aqua España lo sabemos bien porqué hemos tenido una participación destacada como representante empresarial de las empresas que ofrecen estos servicios, y que ha situado España en un país referente en este asunto.
Todas estas oportunidades deben verse también en términos de prosperidad empresarial y de empleo. Para dar muestra de ello, compartimos algunos datos al respecto que conocemos bien, y que afectan, además de a grandes empresas, especialmente a micro pymes y Pymes, que son la inmensa mayoría de empresas en España. Según el Barómetro Sectorial Aqua España 2022, publicado a principios de 2023, en 2022, tres de cada cuatro empresas de Aqua España aumentaron su facturación, y más de la mitad también su rentabilidad. Igualmente, aumentaron sus plantillas, y una de cada dos prevé continuar aumentándola en 2023, por lo que estamos hablando de empresas creadoras de riqueza y empleo. La mayoría, además, de calidad.
Y si miramos la confianza empresarial del sector, las empresas de Aqua España presentan una confianza empresarial 2023 de 70,5 puntos, un dato claramente superior a la media de los sectores económicos de España, que en general eran negativos en ese momento.
Y todos estos datos lo reflejan empresas que comparten directa o indirectamente los retos sectoriales comentados anteriormente. En otras palabras, empresas de éxito conectadas con el presente y el futuro del sector. En Aqua España cumplimos cuarenta años este 2023 y nos enorgullece ver empresas con larga trayectorias empresariales que han sido resilientes durante décadas. Y lo más importante: estamos seguros de que seguirán siéndolo. Y esto es tremendamente importante porque el desafío del sector del agua no es sólo prestar servicios hoy, sino garantizar seguridad hídrica a medio y largo plazo en un contexto de ineludible adaptación al cambio climático. Y esto pasa por hacer un buen uso del recurso para y garantizar su disponibilidad en la calidad debida.