"Los fabricantes tenemos una gran responsabilidad no solo en poner a disposición de los agricultores herramientas de optimización, sino también en ayudarles a adoptarlas"

La innovación vinculada a la nutrición vegetal y las herramientas de agricultura digital que ayudan a alcanzar una mayor eficiencia en esta tarea, es el núcleo del trabajo que desarrolla Clara Campuzano en la compañía noruega y que detalla en la siguiente entrevista concedida en exclusiva a Interempresas Media.

Clara Campuzano.

El concepto 'agricultura digital' debe entenderse como una herramienta para convertir la agricultura tradicional en un sector más eficiente, sostenible y rentable.

Las capacidades que desarrollamos en nuestro portfolio de agricultura digital ayudan a los agricultores durante toda la campaña. Los agricultores toman decisiones sobre la nutrición de sus cultivos permanentemente y las herramientas que ponemos a su disposición les ayudan a que cada una de esas decisiones sea más consciente, precisa y eficiente.

Los fabricantes tenemos una gran responsabilidad no solo en poner a disposición de los agricultores herramientas de optimización, sino también en ayudarles a adoptarlas. La adopción de tecnología y herramientas digitales supone un reto para los agricultores. Habitualmente sienten desconfianza a la hora de implementar herramientas digitales en su día a día y este escepticismo es lógico teniendo en cuenta todos los factores impredecibles e incontrolables que les afectan.

Es por ello que las soluciones que desarrollamos basadas en datos deben tener en cuenta el contexto: conocimiento sobre el rendimiento de los cultivos, las mejores prácticas agronómicas, fluctuaciones en el mercado… La combinación de los datos con la interpretación de lo que realmente sucede en el campo hace que podamos proporcionar a los agricultores conocimiento para tomar decisiones precisas y efectivas en las que confíen a lo largo de la campaña.

Desarrollamos tecnología para que sea utilizada, es por ello, que en Yara dedicamos mucho esfuerzo a crear soluciones adaptadas al usuario y que les inviten a usarlas, tratando de no alejarles aun más de la tecnología. Creamos herramientas accesibles y con esta premisa ayudamos a democratizar el uso de soluciones de agricultura digital, haciendo que cualquier agricultor pueda beneficiarse de ello independientemente del tamaño de su explotación. Esta accesibilidad también propicia la optimización de sus flujos de trabajo, reducción de costes, mejora de la cosecha… Bajo una experiencia personalizada con recomendaciones hechas a medida.

Desarrollar herramientas que los agricultores utilicen en su día a día requiere dedicar muchísimo esfuerzo a escucharles. Recoger su opinión, entenderla e implementar cambios adaptados a esas situaciones y problemas que nos trasladan es lo que finalmente hace que las soluciones digitales se conviertan en una parte esencial de su día a día.

Acabamos de lanzar al mercado español gran parte de las funcionalidades que forman parte de nuestra propuesta de valor con Atfarm.

Atfarm nace con la vocación de ayudar a los agricultores con sus grandes retos y sus preocupaciones diarias. Atfarm proporciona soluciones a esos grandes retos y podríamos resumir sus funciones en 4 categorías:

• Planificación: para ayudarles a planificar de forma anticipada y a preparar su plan de nutrición con recomendaciones totalmente personalizadas a las necesidades de sus campos que tienen en cuenta incluso el análisis de suelo.
• Ajustar: de manera que puedan adaptar esos planes a las necesidades reales de los cultivos durante la campaña. Gracias a nuestras funcionalidades de fotoanálisis, N-tester y N-uptake aseguramos que la aplicación de nitrógeno es eficiente y ajustada a las necesidades reales.
• Aplicar: La manera más directa de ayudar a los agricultores con sus objetivos de sostenibilidad es ayudarles a utilizar los recursos de la manera más eficiente posible. Con Atfarm, los agricultores son capaces de crear mapas de aplicación variable para conseguir cultivos más homogéneos, mejorar la calidad de las cosechas por cada kilo de nitrógeno y evitar la aplicación excesiva de nitrógeno.
• Controlar: la tecnología satelital permite a los usuarios de Atfarm observar y controlar el estado de sus cultivos y el desarrollo de la biomasa desde cualquier lugar en cuestión de segundos. Además, las recomendaciones meterológicas ayudan a nuestros usuarios a planificar las tareas de abonado y pulverización en base a los momentos óptimos del día en función de todas las variables climáticas. Contamos con tecnología única en el mercado, en concreto nuestro índice N-sensor que muestra el desarrollo incluso en etapas de crecimiento muy avanzadas.

“La tendencia de los últimos años nos indica que se aproxima un modelo de agricultura en el que es necesario hacer un uso más sostenible de todos los recursos empleados, ya sea en materia de fertilización, fitosanitarios o el uso del agua”.

Quizás hablar de un punto de no retorno es un poco drástico. Pero es cierto que si queremos seguir mejorando nuestras explotaciones y aumentar la producción de alimentos para conseguir alimentar a toda la población mundial, es necesario optimizar ciertos procesos y la tecnología nos ayuda enormemente.

“Si queremos seguir mejorando nuestras explotaciones y aumentar la producción de alimentos para conseguir alimentar a toda la población mundial, es necesario optimizar ciertos procesos y la tecnología nos ayuda enormemente”

El cumplimiento de la nueva legislación, en paralelo a una mayor demanda por parte del consumidor por conocer cómo se producen sus alimentos, van a servir de catalizadores para que la modernización del sector se acelere respecto a si el cambio se produjera de manera orgánica.

La clave para afrontar esta transformación será proveer de las herramientas necesarias al agricultor y acompañarle en este viaje para que no se vean comprometidos los rendimientos de las cosechas ni la rentabilidad de su actividad.

De ningún modo los bioestimulantes pueden sustituir un plan de abonado convencional, con base mineral u orgánica, debido a los altos requerimientos nutricionales de los cultivos para alcanzar las altas producciones a las que estamos acostumbrados.

Sin embargo, los bioestimulantes son el complemento ideal para un plan nutricional, ya que nos permiten mejorar el aprovechamiento del mismo y además, elevar el rendimiento neto de las cosechas. Es decir, con los bioestimulantes de Yara ayudamos a reducir la brecha existente entre el rendimiento potencial genético de un cultivo y el rendimiento actual, al ir un paso más allá en la nutrición de los cultivos. Especialmente en momentos de alta necesidad metabólica de la planta o condiciones externas adversas como frío o sequías pueden ser un gran aliado para todo tipo de cultivos, también cereal y maíz.

Son muchas las iniciativas en las que estamos inmersos ahora mismo, pero ya que hablábamos de sostenibilidad, me gustaría destacar una línea de trabajo muy relacionada con la estrategia 'Farm to Fork', que permitirá ayudar tanto al agricultor como a la industria agroalimentaria a descarbonizar la cadena, mejorando la sostenibilidad de los cultivos. Para alcanzarlo, ponemos sobre la mesa un ambicioso abanico de soluciones: desde aplicaciones digitales y bioestimulantes para hacer un uso más eficiente de la fertilización, hasta herramientas para una mejor trazabilidad e innovación en el desarrollo de nuevos productos, como pueden ser los fertilizantes verdes.

En el apartado digital, el horizonte es trabajar para conseguir una mayor conectividad con el agricultor y, en definitiva, dotarles de herramientas que les permitan una mayor optimización de los recursos, facilidad en el manejo de sus explotaciones y una mayor rentabilidad de sus negocios.

No obstante, todos estos proyectos verán la luz en el corto plazo y las novedades se irán sucediendo próximamente, por lo que os invitamos a estar atentos a nuestra web y redes sociales.

La tendencia de los últimos años nos indica que se aproxima un modelo de agricultura en el que es necesario hacer un uso más sostenible de todos los recursos empleados, ya sea en materia de fertilización, fitosanitarios o el uso del agua. Y lo que es más, no sólo habrá que acometerlos, si no ser capaces de dar esa trazabilidad a lo largo del proceso. Conceptos como huella de carbono, huella hídrica o huella medioambiental serán cada vez más relevantes.