“La lucha contra la pandemia desde la perspectiva de la industria farmacéutica es una historia de éxito, en el ámbito global y en nuestro país”
“La lucha contra esta pandemia, desde nuestra perspectiva como industria farmacéutica, es una historia de éxito. Y lo es tanto en el ámbito global como en nuestro país”. Así lo destacó este lunes Juan López-Belmonte, presidente de Farmaindustria, en su intervención en la Comisión de investigación relativa a la gestión de las vacunas y el Plan de Vacunación en España que se está llevando a cabo en el Congreso de los Diputados. “Como es natural, las cosas siempre pueden hacerse mejor, pero creo que la respuesta de la industria farmacéutica ante esta crisis ha sido muy positiva. Quizá nuestro trabajo ha pasado más inadvertido que el de otros sectores y profesionales. Pero ha sido un trabajo eficaz, necesario y generoso”, añadió.
En el ámbito global -destacó- la industria farmacéutica se sumó desde el inicio de la pandemia a la Alianza Mundial liderada por la Organización Mundial de la Salud, con dos compromisos primordiales: uno, compartir conocimiento y colaborar para desarrollar con la mayor rapidez posible medicamentos y vacunas contra la COVID-19, y dos, proporcionar esos tratamientos a precios asequibles para contribuir a un acceso equitativo en todo el mundo. “Tales compromisos se han cumplido. Hoy tenemos dosis para el 80% de la población mundial, y los precios, como se previó, no están siendo un problema. El reto ahora está en la voluntad política y la cooperación internacional para movilizar las dosis disponibles en los países desarrollados hacia los menos desarrollados y articular ayudas y recursos sanitarios para administrar correctamente esas vacunas en los países con menos medios”.
También en España la respuesta de la industria farmacéutica ha sido exitosa, resaltó el presidente de Farmaindustria. El primer desafío, dijo, fue garantizar en los momentos más complicados de la crisis que no faltaran medicamentos necesarios. El reto era complejo, puesto que se multiplicó repentinamente la demanda de ciertos medicamentos en medio de una situación de emergencia sin precedentes, con muchos países haciendo acopio y con medidas que afectaban a la producción y circulación de mercancías en todo el mundo. Sin embargo, gracias a la rapidez de las compañías y a la colaboración estrecha con la Agencia Española de Medicamentos, se logró que no faltaran los medicamentos con los que se trataba a los pacientes de COVID, especialmente a aquellos que estaban ingresados en las UCI y también que no hubiera desabastecimientos del resto.
“Las compañías -explicó- se movieron con agilidad en los mercados internacionales para mantener la llegada de fármacos y materias primas, y las 82 plantas de producción de medicamentos de uso humano radicadas en España aplicaron planes de contingencia para asegurar la producción y abrieron líneas de producción de determinados medicamentos y productos sanitarios de urgencia”.
Lecciones aprendidas y oportunidad para España
Tras explicar la respuesta del sector a la crisis sanitaria, el presidente de Farmaindustria transmitió a los diputados presentes las dos conclusiones que ha extraído el sector de esta terrible experiencia. Una es la estrecha vinculación entre salud, economía y bienestar, y la segunda es la condición estratégica de la industria farmacéutica desde una triple perspectiva: sanitaria, económica y social. “A partir de esas bases, estamos convencidos de que en España tenemos una gran oportunidad con nuestro sector. Una oportunidad en el corto y medio plazo, contribuyendo a la reactivación económica y social, y en el largo, tomando más peso en un modelo productivo de futuro para nuestro país basado en la innovación y el conocimiento”.
Lo que necesita el sector para desarrollar estas capacidades -afirmó- es definir con la Administración un marco estratégico. “El Plan Estratégico para la Industria Farmacéutica que el Gobierno ha anunciado para el primer semestre del año próximo, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, puede ser el instrumento adecuado”, apuntó.
“En resumen -dijo López-Belmonte-, España necesita apoyarse en sectores estratégicos que contribuyan a la reactivación económica y social y a configurar un modelo productivo de futuro en el que pesen el conocimiento, la innovación, el empleo de calidad y la proyección internacional. La industria biofarmacéutica es uno de ellos, y las compañías estamos comprometidas con apostar por nuestro país”.