Cribas y colmatación de la malla
13 de marzo de 2009
En general hay dos clases de colmatación. La primera es la que se produce cuando la medida (muy cercanas a la luz de malla) y la forma de las partículas (lascas o similares) hacen que algunas de ellas se queden atrapadas en una abertura de malla. Si no se dispone de una vibración adecuada o un sistema de limpieza automático, con el transcurso del tiempo más y más aberturas quedan ocupadas por las mencionadas partículas, llegándose a una colmatación total de la malla.

La segunda colmatación es por la agregación de material fino y húmedo en los alambres que forman la tela. El material fino va “creciendo” lentamente hasta ocupar toda la abertura de malla y, con tiempo, ocupando toda la superficie de esta. En este segundo caso, la solución es más problemática, debiéndose secar previamente el material para evitar la colmatación de la malla. Naturalmente el proceso de secado puede ser costoso en términos de energía. Una solución intermedia son las Cribas de Agitación Directa de la mallas. La vibración de 3000 rpm con una amplitud entre 3 y 4 milímetros consigue en gran mesura mantener la limpieza de las mallas y la eficiencia del cribado.