Editorial
En clave de opinión: Él no vio lo del bío
27/04/2007
Se olviden ya las explotaciones agrícolas o bovinas de un campo como base del alimento de los animales. Abandonen flotas de transporte, de construcción o incluso taxis el combustible procedente del petróleo. Ahora, como se ha visto en el Encuentro Europeo de Biodiesel en Madrid celebrado en abril, ya es posible la producción “casera” de biodiesel en plantas compactas y móviles, no más grandes que un camión.
Lo lógico es que nadie quiera estar, en un futuro próximo, en una triste lista en la que sólo se incluye al que no vio lo del bío. Si personajes famosos ya venían anunciando las bondades del bío en los yogures, esto no podía quedar ahí. Ahora, con un poco de terreno y un poco de visión, lo que mola mazo es el cultivo dirigido al biocombustible. Léalo en este mismo ejemplar, unas páginas más adelante. Una cooperativa agrícola que use anualmente entre 300 y 5000 hectáreas para producir soja, colza, girasol o jatrofa puede convertir esta materia prima directamente en biodiesel. Una cooperativa necesitaría tan solo una planta de extracción de aceite a partir de semillas y la planta de producción de biodiesel. La jatrofa no la vamos a encontrar en el supermercado entre los productos bío, por mucho que busquemos. Por un lado, porque con tanto bío por los estantes uno ya se pierde, física y conceptualmente. ¿Qué será un alimento bío? ¿Qué tendrá de verdad, qué de mentira? Y, sobre todo, tras comer un yogur bío uno se queda igual que si degusta uno estándar. Tan sólo, al menos aparentemente, mejora su conciencia.
Sea como fuere, si la jatrofa, con este nombre que da para todo tipo de especulaciones, no se come, pues usémosla para algo. Y, por qué no, para alimentar a nuestros ávidos vehículos sobre los cuales reposan nuestros magníficos cuerpos bío. Dicen los organizadores del encuentro de Madrid, que si se trata de producir materia prima para el Biodiesel, la jatrofa es una alternativa interesante a la soja, el girasol o la colza. En primer lugar porque no es comestible, de modo que no compite con el sector alimentario. En segundo lugar, su cultivo tiene un elevado rendimiento por hectárea y exige pocos cuidados, lo que lo hace adecuado para suelos no apropiados para otras actividades agrícolas. Vamos a darle a la jatrofa, a ver si nos colocamos... si nos colocamos, decíamos, en los primeros puestos en el consumo y producción de la bíoalternativa.
Pensamos en Química Universal que es hora ya de ver lo del bío, vaya a ser que en el futuro los dedos índices nos señalen: “¡Él no lo vio!”