La puerta de casa, tu tarjeta de presentación
24 de mayo de 2012
En este sentido, Ruiz López Puertas Acorazadas va más allá que otros fabricantes del mercado, ofreciendo a sus clientes un nivel de calidad que se apoya en un centro de I+D propio, refrendado por 60 años de existencia en el mercado y que convierte a la propia marca en una garantía. Ruiz López fabrica y ensambla todas las piezas metálicas de la puerta (algo muy poco común en nuestro país). Para sus puertas domóticas, utilizan los mejores elementos que existen en el mercado, contando con componentes para sus puertas de marcas como Maxon Motor, empresa que fabrica sus productos con las máximas calidades (sus motores son utilizados por los clientes más exigentes, como por ejemplo, NASA). Sin embargo, una puerta no es sólo un bastidor de acero recubierto de madera o una suma de elementos de seguridad; no es “algo” que simplemente separa nuestro hogar del resto del mundo. Es un elemento que habla de nosotros, que tiene un diseño, que nos brinda un confort, que aísla acústicamente y de cuyas prestaciones va a depender en cierta medida y durante muchos años nuestra calidad de vida.
“Nosotros diseñamos al gusto del cliente, añadiendo a las más robustas estructuras metálicas del mercado acabados de madera y lacados, así como paneles especiales para exterior”, afirma Javier Ruiz, director general de Ruiz López. “No obstante, vamos más allá, adecuándonos a las necesidades de cada cliente. Si hay algo realmente importante es que la puerta sea como tú quieras que sea, porque es la tarjeta de presentación de tu hogar.”
Ruiz López se adapta en reformas a modelos de comunidad y fabrica puertas fuera de lo común como las de apertura hacia el exterior (muy habituales en el mercado ruso). Anchos especiales, cristales decorativos especiales (antirrobo) de seguridad o los últimos adelantos de la domótica (apertura por huella dactilar, por tarjeta o a través de un Smartphone) son elementos con los que la compañía trabaja habitualmente para ofrecer la máxima comodidad a sus clientes.
“Una puerta acorazada aporta seguridad pero también personalidad. Es indudablemente un elemento de protección, pero igualmente se trata de la tarjeta de visita de nuestro domicilio. Si me preguntan a mí, yo ni pintaría mi casa de un color chillón ni le pondría una puerta cualquiera”, concluye Javier Ruiz.