Las principales soluciones para controlar los accesos en la actualidad

Si nos referimos a instalaciones críticas como pueden ser las centrales nucleares, donde un sabotaje o un acto terrorista puede ser fatal y poner en peligro miles de vidas, controlar quién entra al recinto, quién sale y en qué momento, es una prioridad absoluta para los equipos de seguridad. Se da la circunstancia, además, de que en este tipo de instalaciones los empleados han de llevar la cara tapada en muchos casos, por lo que a veces los sistemas convencionales de control de accesos son insuficientes.

Las empresas de seguridad como Hikvision, ante las amenazas actuales y las que están por venir, intentan anticiparse a las necesidades futuras de sus clientes ofreciendo los más sofisticados sistemas de control de accesos que se ajustan a todo tipo de necesidades, pues evidentemente no es lo mismo un centro sanitario que una central hidroeléctrica, de la misma manera que no es lo mismo un edificio de oficinas convencional que un recinto deportivo o que un intercambiador de transporte público.

Precisamente, en estos dos últimos ejemplos siguen siendo imprescindibles los sistemas de tornos clásicos: en los estadios, donde al pasar la entrada se activa el trípode que permite la entrada de un espectador y que, pese a su sencillo funcionamiento, ha de ser 100 % fiable, pues si cientos de personas acceden sin entrada a un recinto con tal cantidad de gente, se puede originar un serio problema de seguridad ante cualquier emergencia, como puede ser una estampida.

Por su parte, en el transporte público como el metro, que millones de personas utilizan cada día en ciudades de todo el mundo, son necesarios los pasillos motorizados, abatibles o de solapa, que permiten y facilitan la movilidad de los viajeros y el normal funcionamiento de la red de transporte. En su escala más alta, nos encontramos con los tornos de altura completa, que se utilizan también en zonas de construcciones, aunque se pueden encontrar en toda clase de escenarios dada su versatilidad y su garantía de seguridad.

Son cada vez más las empresas que demandan un sistema de control de accesos más preciso que el simple lector de tarjetas, que por supuesto sigue formando parte de la mayoría de edificios de oficinas. Actualmente, el mercado ya cubre esta necesidad con terminales que incluyen la autentificación biométrica de la huella dactilar o el reconocimiento facial, una tecnología completamente implantada, como demuestran los teléfonos móviles que utilizamos cada día con absoluta normalidad. Sin embargo, tienen sus limitaciones: en determinadas circunstancias pueden no ser todo lo precisos que debieran y además, requieren de un tiempo determinado hasta que el terminal hace el pertinente reconocimiento. En el caso de la huella dactilar, obliga a hacer un contacto físico con el propio terminal, lo que resulta poco higiénico ante virus o bacterias.

Por este motivo, la autentificación biométrica ha dado un salto cualitativo hasta ofrecer la tecnología de reconocimiento del iris, la más precisa, fiable y segura del mercado. Permite verificar a un mayor número de personas en menos tiempo y con mayor precisión, pues el iris de los ojos, salvo casos excepcionales, permanece inalterable con el paso de los años y puede ser reconocido incluso si la persona lleva gafas o lentillas. Esta tecnología es perfecta para lugares en los que el personal ha de ir con la cara tapada como pueden ser las anteriormente citadas centrales nucleares, donde por la propia naturaleza de la instalación una parte del personal debe cubrir su rostro por motivos de seguridad. En los hospitales, donde el tiempo es crucial y pate de los trabajadores llevan mascarilla, por ejemplo, para acceder a un quirófano, el reconocimiento de iris agiliza el acceso a determinadas zonas.

Para hacernos una idea de lo que supone la tecnología de reconocimiento del iris, los terminales de Hikvision que la incorporan son capaces de reconocer un iris a una distancia de entre 40 y 70 centímetros en menos de un segundo y de registrarlo en menos de cinco. Además, para obtener las máximas garantías de seguridad, estos terminales se complementan con lector de tarjetas, de huella dactilar y reconocimiento facial para una protección completa.

El control de accesos es una parte imprescindible para preservar la seguridad de un edificio, pero no es la única. A este hay que sumar la videovigilancia por CCTV, los diferentes sistemas de alarma, de intrusión o los intercomunicadores. A menudo, las empresas se encuentran con el problema de que, al querer tener un sistema de seguridad completo para sus instalaciones, cada dispositivo y solución son de fabricantes distintos y surgen incompatibilidades. Hikvision, como total solution provider, elimina este problema ya que todos sus productos y soluciones hablan entre sí, es decir, están conectados y se integran perfectamente los unos con los otros de forma nativa sin necesidad de hacer integraciones ni procesos complejos de comunicación entre diferentes fabricantes.

Esta solución convergente ahorra esfuerzos a instaladores y hace que el personal de seguridad de una instalación tenga la certeza de que cada dispositivo va a cumplir su función de forma efectiva: pongamos por caso un intento violento de acceso a través de un torno, en el que inmediatamente este avisa al sistema de grabación de vídeo CCTV para que se active y registre al intruso, haga saltar la alarma y avise al personal ante la amenaza.

La convergencia ofrece también múltiples ventajas para el día a día de una empresa. Puede hacer que, cuando una persona o grupo de personas accedan a una determinada área, tras ser verificadas por reconocimiento facial, se active el filtro de privacidad del sistema CCTV para que no grabe a esas personas en concreto —uno de los logros de la Inteligencia Artificial, que Hikvision incorpora en muchas de sus cámaras de videovigilancia—. También se puede programar el desarmado automático del sistema de seguridad una vez que la persona ha sido verificada ya sea por lector de tarjetas, huella dactilar, reconocimiento facial o de iris: se puede ejecutar de forma automática, sin necesidad de hacerlo manualmente; o que, en caso de emergencia, los tornos se abran de forma automática permitiendo la evacuación ágil y ordenada de las personas.

En un edificio de oficinas, además de los trabajadores que entran y salen, hay que tener en cuenta a las personas que visitan puntualmente las instalaciones en un determinado espacio de tiempo, ya sea para mantener una reunión o para realizar cualquier servicio de reparación o mantenimiento. Para ello, los terminales de reconocimiento facial de última generación que ofrece Hikvision cuentan con un módulo de control de visitas. Este módulo permite registrar previamente a la persona que van a acceder al recinto. El visitante recibe en su móvil un código QR mediante correo electrónico. Ese QR se escanea en el terminal de la entrada del edificio y permite la entrada el día y la hora señalados.

Aquí intervienen también los ascensores, otra ventaja de tener todos los sistemas centralizados y conectados entre sí gracias a la convergencia: los dispositivos de control de ascensores permiten delimitar el acceso a un piso o una planta determinada. Es decir, si la visita ha de ir a la octava planta, solo podrá bajarse allí, y no le será posible el acceso a cualquier otra zona del edificio. Esta función, por supuesto, se puede aplicar para cualquier trabajador —por ejemplo, que no pueda acceder a la planta de los directivos— o al personal de limpieza, para que solo entre en las zonas que se le han asignado dentro del horario establecido.

Dentro de las distintas soluciones que las empresas como Hikvision proporcionan para el control de accesos, la Inteligencia Artificial (IA) está revolucionando el mercado. Por un lado, proporciona un plus de seguridad: por ejemplo, es capaz de detectar un aumento de temperatura que avisa de si se ha producido o está a punto de producirse un incendio. Pero, además, ofrece información y analítica de datos sobre comportamiento de empleados que las empresas pueden aprovechar para mejorar su eficiencia.

La IA permite registrar la hora de llegada y de salida de un empleado, hacer un cálculo de las horas trabajadas cada jornada y se puede integrar a su vez con el sistema de gestión de nóminas para que quede constancia de las horas de asistencia del empleado e, incluso, se puede integrar con el sistema de jobcosting para el control de las tareas asignadas. Hikvision permite integrar todos estos sistemas en un entorno web sencillo y fiable que hace que las empresas puedan disponer de toda la información en tiempo real tanto de la seguridad de sus instalaciones como del personal, lo que al final se traduce en un importante ahorro de tiempo y de dinero, al tenerlo todo integrado en una misma aplicación.

En definitiva, la evolución del control de accesos pasa por la digitalización, la profesionalización y la automatización de estos, por aprovechar la información que proporciona la Inteligencia Artificial y por la convergencia de todos los dispositivos. Aunque se ha avanzado mucho estos últimos años, las nuevas amenazas y desafíos a los que se enfrenta la industria de la seguridad obliga a la innovación continua y en Hikvision no dejamos de trabajar para ofrecer a nuestros clientes los productos y sistemas más avanzados que se pueden encontrar.