“Estamos asistiendo a una concentración de fabricantes de sillas infantiles de seguridad”
La silla perfecta no existe. Cada familia debe elegir la silla que mejor se adapta a su estilo de vida, a su automóvil y a su hijo. Por ello, es indispensable hoy en día tener una gama suficientemente amplia como para cumplir las necesidades de cada una de las familias. Debemos tener en cuenta que ya sólo pueden homologarse los nuevos Sistemas de Retención Infantil bajo la exigente normativa R129, más conocida como i-Size. Ello implica disponer de grandes medios económicos y de un gran conocimiento para poder desarrollar los modelos de silla que cada una de las familias necesita.
Las inversiones para desarrollar sillas i-Size son monstruosas: sólo un dummy de la serie Q equipado cuesta 150.000€ (y se necesitan 6 diferentes para poder desarrollar una gama completa de sillas), los moldes de inyección de plástico de cada modelo de silla pueden costar más de 1.000.000€ y hay que desarrollar un buen número de prototipos y pasar innumerables pruebas de impacto para obtener la homologación. No todos los fabricantes cuentan con los medios y la tecnología necesarios para desarrollar sillas i-Size, y por ello estamos asistiendo a una concentración de fabricantes de sillas infantiles de seguridad, movimiento que va a acentuarse cuando se prohíba la venta de sillas con la normativa R44.
Una silla para cada familia, vehículo y niño
Esta es la forma que los fabricantes tienen de facilitar la movilidad de todas las familias. Pero ¿son las familias conscientes de todos los modelos existentes? En la mayor parte de los casos no lo son. Muchas decisiones se toman en base a la silla que algún familiar o amigo tiene, y ello puede llevar a errores en la selección de la silla que las familias necesitan. Y no porque la silla elegida sea insegura en sí misma, sino porque si la silla elegida no es la más adecuada para el estilo de vida de la familia, su instalación no va a ser cómoda y la experiencia nos demuestra que en este caso la instalación se va a hacer de forma incorrecta y los niños van a viajar desprotegidos.
Así pues, las familias deberían poder encontrar en un punto de venta especializado todos los sistemas posibles de sillas infantiles y el asesoramiento necesario para hacer la mejor compra para su caso concreto. Sin una actualización constante los detallistas corren el riesgo de quedarse fuera del mercado.
Queda trabajo por hacer, pero en conjunto avanzamos adecuadamente: los fabricantes deben desarrollar productos con la máxima seguridad y toda la variedad posible para adecuarse a las necesidades de las familias. Los detallistas deben disponer en sus tiendas del máximo número posible de sistemas de retención infantil y recomendar el que mejor se adapta al estilo de vida del cliente. Y las familias deben elegir la silla que mejor se adapta a sus necesidades, instalarla correctamente… y descartar la compra de sillas de segunda mano, que a todas luces suponen un riesgo enorme para cualquier bebé o niño.