Fisher-Price pone en valor el poder del juego para conectar con el mundo que nos rodea
Partiendo de los aprendizajes del Laboratorio de Juego, Fisher-Price atiende las inquietudes de las familias, que se han visto afectadas por la pandemia, a través de María Fernández-Rubíes y Álvaro Bilbao.
Un artículo publicado por UNICEF en el que se recogen las reflexiones de la doctora Nancy Close, PhD, Assistant Professor en The Child Study Center en Yale School of Medicine y Associate Director de Yale Program in Early Childhood Education, ha puesto de manifiesto que, desde el comienzo de la pandemia los efectos adversos han repercutido en el desarrollo de los niños pequeños. En esta línea, una nueva investigación encargada por Fisher-Price ha demostrado que, dos años después, los cuidadores siguen muy preocupados por el impacto que el brote puede tener en el logro de hitos importantes por parte de sus pequeños, y muchos dicen que todavía tienen que “ponerse al día”. Por ello, la marca juguetera de Mattel ha decidido enseñar al público su Laboratorio de Juego y cómo se desarrollan sus juguetes, con el fin de aliviar el impacto negativo en el aprendizaje y desarrollo de los más pequeños, tras los efectos adversos de la pandemia. Fisher-Price, en su compromiso por acompañar a los pequeños y sus familias en cada etapa de su desarrollo, cuenta desde hace 60 años con el Laboratorio de juego, un centro de investigación, diseño y prueba de juguetes moderno, en el que los expertos y los niños ayudan a crear los mejores juguetes que les apoyen en su desarrollo.
En la búsqueda de soluciones centradas en la educación y el apoyo al desarrollo de la infancia, Fisher-Price se ha aliado con embajadores locales para ofrecer una visión local y conseguir una mejor comprensión sobre cómo esta situación afecta a los padres y niños españoles. Todo esto, prestando especial atención a la forma en que los cuidadores pueden incorporar técnicas y prácticas sencillas en el entorno doméstico para ayudar a los niños a alcanzar los hitos clave que se han visto afectados durante la pandemia. Cada año, el Laboratorio de Juego cuenta con una acogida de unos 2.500 niños y 1.850 padres para que participen en los diversos métodos de investigación. Cada año se prueban unas 450 “ideas de juguetes”. Se trata de prototipos que se siguen repitiendo sobre la base de los comentarios de los niños a través de la observación del juego y la investigación. Sólo la mitad de estas “ideas de juguetes” llegan a la estantería, porque si los niños dicen que no les gusta un juguete, son escuchados.
Céline Ricaud, Head of Marketing de Mattel para España y Portugal ha comentado que “como elemento básico dentro de Fisher-Price durante 60 años, el Laboratorio de Juego tiene la experiencia única en desarrollo de la primera infancia para apoyar a las familias y a los niños pequeños durante la pandemia. Fisher-Price busca ayudar a los padres y a las familias a prosperar y a tener el mejor comienzo en la vida, y esto es especialmente importante para nosotros, sabiendo el importante papel que desempeña el juego en sus primeros años de vida”.