La ventana de PVC refuerza su protagonismo
Javier Bermejo Amarillo, director general de profine Iberia S.A.U. – Kömmerling - www.kommerling.es
21/02/2022Respecto al primero, desde la aprobación del CTE en 2006 y hasta su última actualización en 2019, se ha observado un cambio de tendencia en los proyectos de arquitectura a favor de la carpintería de PVC, pues por lo general (todavía nos sorprende que no siempre) los técnicos son bien conocedores de que para cumplir con los objetivos del DBHE es necesario prestar atención a las ventanas del proyecto. Se ha situado la carpintería de PVC como un verdadero aliado para alcanzar los objetivos de eficiencia energética, sostenibilidad y confort de un edificio.
Hace diez o doce años eran escasos los proyectos prescritos con carpintería de PVC, sin embargo, hoy en día es muy habitual, especialmente en el ámbito residencial, encontrarse proyectos con dicho material. Para los técnicos de un proyecto, la tendencia hacia la carpintería de PVC no viene solo motivada por las exigencias de las normativas, sino que también toma relevancia la evolución que ha experimentado la ventana a nivel estético. Actualmente, las ventanas de PVC dan respuesta a las necesidades del arquitecto en materia de diseño: amplías gamas de colores, líneas depuradas, aumento de superficie acristalada, etc.
A todo ello se suma el reto de la sostenibilidad, en el que la carpintería de PVC ya demuestra su buen balance medioambiental. Tanto en su modelo de producción, basado en una economía circular con un compromiso generalizado de la industria en el reciclaje de perfiles, como en el ciclo de vida de la propia carpintería, en el que las emisiones de CO2 y el gasto energético son mínimos.
En los últimos años, arquitectos y consumidores han encontrado en las ventanas de PVC un gran aliado para alcanzar los objetivos de eficiencia energética, sostenibilidad y confort de un edifcio. En la imagen, sistema Kömmerling76 AD Xtrem.
Si la carpintería de PVC empieza a encontrar un aliado en el arquitecto, desde luego donde más encuentra a sus partidarios es en el usuario final. Desde hace varios años, este viene siendo el material preferido entre los particulares que deciden cambiar las ventanas de su hogar. Una tendencia que se ha visto incrementada en el último año. Desde que llegó la pandemia y nos obligó a pasar mucho más tiempo en casa, el usuario ha considerado necesario hacer mejoras en el hogar que le permitan disfrutar de una vivienda en mejores condiciones. Esto ha provocado un verdadero boom de las reformas, siendo la carpintería de PVC la opción más favorable para el usuario, ya que por su relación calidad, prestaciones y precio, estas ventanas son las más indicadas.
Precisamente en este escenario causado por el COVID, se habla mucho de que con la llegada de los Fondos de Recuperación, los famosos Next Generation EU (NGEU), las partidas destinadas a la rehabilitación de los edificios supondrán una oportunidad para mejorar su eficiencia energética y, por extensión, el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Lamentablemente, nos tememos que, en esto, España también llega tarde. Llevamos meses escuchando cómo se repartirán, a qué se van a dotar, cómo se van a regular… Ahora empiezan las comunidades autónomas a presentar sus planes, pero todavía son pocas y las que conocemos, cuentan con mecanismos excesivamente burocráticos y lentos. Hay plazos para invertir estas ayudas, y algunas dependen de la disposición de una licencia de obra que, en algunos casos, se van a meses.
Las carpinterías de PVC ofrecen son muy valoradas en la renovación de ventanas por su relación calidad, prestaciones y precio. Foto: Kömmerlilng.
En países como Alemania, Italia y/o Francia, los fondos ya están en marcha y buena parte de ellos han llegado a las empresas y ciudadanos. Esto lo sabemos bien quienes tenemos empresas matrices o filiales ubicadas en estos países, y sabemos cómo están experimentando una aceleración de su actividad vinculada directamente a estos fondos. En España a fecha de hoy, al menos en este sector, nadie puede decir que su actividad se ha visto impulsada por los NGEU, se habla de mucho de ellos, de que ya están en marcha, pero la verdad es que a la economía real todavía no han llegado. En este sentido, apelamos a la responsabilidad de todas nuestras Administraciones para que los NGEU se activen de forma inminente y se aseguren que su burocracia, dificultad en la tramitación y/o lentitud en las resoluciones no sean barreras que desincentiven a la economía real al acceso a las mismas, en caso contrario se estará perdiendo una oportunidad de oro para este país y para la protección del medio ambiente.