Curtidos Galaicos, S.L. lleva 70 años fabricando exclusivamente calzado de seguridad cosido destinado a profesionales de los sectores de mayor riesgo

A menudo, en la vida cotidiana, se utiliza algún elemento de seguridad; unas veces porque son obligatorios como el cinturón o sillita para bebés en el coche, casco en la moto, etc.; en otras, por simple sentido común, se debe hacer. Solo se tiene que pensar en cuántas amenazas hay en las cocinas y ni mencionar cuando se realiza alguna chapuza en casa. Si, además, se practica algún deporte, la lista se hace interminable. La mayoría estamos concienciados y forma parte de nuestros hábitos de manera natural. Cuando se trata de los equipos de protección individual (EPI) que se han de utilizar obligatoriamente en muchas actividades profesionales, quien no es del sector puede que no entienda cuál es su utilidad o ésta le pase desapercibida. Hay una excepción: los bomberos. Efectivamente, ¿alguien se imagina a un bombero sin su equipación?

Son tantos y tan altos los riesgos a los que se puede enfrentar un bombero que necesita, prácticamente, casi todos los requerimientos de los EPI, además de una forma física como la de los mejores deportistas.

En el caso del calzado de intervención con certificado UE 15090, los esfuerzos de los departamentos de I+D+I de los fabricantes se han centrado en conseguir que un solo modelo de bota pueda reunir todas las prestaciones que exigen las distintas situaciones.

Básicamente, existen dos formas de construcción de estas botas: inyectadas y cosidas. En ambos casos la denominación se refiere a la forma de unión del piso.

Como es lógico, cada fabricante defiende la idoneidad de su estilo de producción. Desde luego, el modelo dominante es el inyectado. Es lógico, ya que esta forma de fabricación, a base de moldes y totalmente automatizado que permite conseguir grandes lotes sin apenas utilizar personal, rebajando ostensiblemente los costes, máxime cuando, desde hace unos años con la globalización, se puede deslocalizar la producción.

Sin embargo, el calzado cosido es muy apreciado en todo el mundo y, en Europa, hay un puñado de fabricantes muy valorados, sobre todo en calzado de vestir de caballero. Ni que decir tiene que, entre los más prestigiosos, se encuentran varios españoles.

Lamentablemente, si se habla de seguridad, son muy escasos los fabricantes de calzado cosido. Algunos en el norte de Europa, especializados sobre todo en deportes de invierno y poco más, pero, sorprendentemente, queda al menos uno en España que lleva más de 70 años –tres generaciones— fabricando exclusivamente calzado de seguridad cosido. Se trata de Curtidos Galaicos, S.L., de Monforte de Lemos (Lugo), cuyo reconocimiento en los sectores de más riesgo, donde se necesita la mayor protección, le ha llevado a tener contratos en todo el mundo, sobre todo en los sectores de bombero forestal, siderúrgico o frío.

“Somos una empresa familiar que lleva 70 años fabricando exclusivamente calzado de seguridad cosido para aquellos sectores en donde los profesionales soportan el máximo riesgo que es donde podemos ofrecer nuestra experiencia y calidad diferenciadora. Nos hemos ido adaptando para que nuestra fabricación combine la más alta tecnología en maquinaria y materiales con la artesanía más tradicional”, explican desde la empresa lucense .

Aparentemente, hay aspectos que confieren desventajas a este tipo de calzado de seguridad cosido.

Desde el punto de vista del fabricante, una desventaja podría ser que se necesita personal en cada uno de los procesos de producción lo que, inmediatamente, se asocia con el aumento de coste.Esto puede suceder en la fabricación para sectores en que el riesgo es relativamente bajo y permite la producción masiva en cadena, por ejemplo, en algunos oficios de la construcción. En estos oficios, quizá solo sea necesario una puntera para protección de los dedos y, tal vez, plantilla antiperforación. Este tipo de calzado se puede producir en grandes lotes en cualquier localización con un coste bajo, pero sin admitir modificación alguna.

"Toda nuestra producción se realiza íntegramente en nuestra factoría de Monforte de Lemos lo que nos permite tener un control absoluto de la calidad y total flexibilidad. Cada proceso está supervisado por personal cualificado controlando que la pieza que recibe está en perfectas condiciones y, a la vez, que sale perfecta para el siguiente proceso. Es decir, independientemente del control de calidad final, cada uno de los procesos es un control de calidad en sí”, afirman desde Curgal. “Por otra parte, —añaden— con este sistema de fabricación no necesitamos cantidades mínimas de producción. Podemos fabricar cualquier cantidad de un modelo y, además, admitir cualquier modificación que nuestro cliente crea necesaria para que se ajuste a cada uno de sus usuarios. Es decir, total personificación. Para nosotros, esta es nuestra forma normal de producir por lo que no nos supone aumento de coste alguno. Cuando se necesita un producto de la máxima calidad, con requerimientos diferenciadores, nuestros precios son los más competitivos”.

Con respecto al calzado de bombero, es muy importante destacar algunos aspectos:

• Aislamiento al calor HI3

La Norma EN 15090 sobre el ensayo de este requerimiento dice así: “Enterrada la bota en un baño de arena de 5 cm de altura, a 250°C, durante 10 minutos, con una temperatura ambiente de 23-24°C, supera el ensayo aquel calzado cuya temperatura interna sea inferior a 42°C”. En el caso de este ensayo, el resultado del calzado Curgal es de 23,1 °C; no hay ningún incremento de temperatura. Esto solo se puede conseguir con el calzado cosido. La explicación es relativamente sencilla. El grupo de entresuelas para el aislamiento al calor que combina materiales de última generación con el corcho que, hasta ahora, es el mejor aislante que se conoce, va incorporado en el interior de la bota y se cose conjuntamente con el piso por el exterior, cubriendo así la totalidad de la planta del pie. En otros sistemas esto es imposible de conseguir ya que necesitan alrededor de toda la planta del pie un espacio para unir por calor el piso. Todo ese espacio queda sin aislamiento al calor.

• Desmembramiento del piso por altas temperaturas

Los profesionales de Curgal dan a este aspecto una importancia máxima.”Nuestro piso, además de los sistemas de unión más avanzados del mercado, se cosen con hilos especiales que, en caso de producirse altísimas temperaturas impiden que nuestras botas, en ningún caso, puedan desmembrarse”, señalan.

• Protección a la motosierra:

Con la creciente tendencia de urbanizar en las afueras de las grandes ciudades, cerca de zonas boscosas, cada vez la línea que separa al bombero estructural del forestal es más difusa. La necesidad de utilizar motosierras en las intervenciones es cada vez mayor y esto obligaba, hasta ahora, a equiparse con dos tipos de calzado. Se sabe que, además de molesto, no siempre es posible

Por eso, Curgal ofrece en su bota de bombero la posibilidad de incorporar la protección a la motosierra con fibras de poliamida de alta tenacidad de ultima generación, totalmente eficaces y ligeras que permiten que se usen sin percibir prácticamente alguna variación en cuanto a ligereza, flexibilidad y comodidad.

En resumen, en casi todos los componentes de construcción de este tipo de calzado se ha avanzado con la incorporación de nuevos materiales, pero hay algunos que no se han podido mejorar, por ejemplo la piel flor para el exterior extrahidrofugada y antillama o el corcho como aislante.

De cualquier forma, hay dos aspectos cruciales en una bota para bombero: el aislamiento al calor dentro de la bota (HI3) y asegurar la imposibilidad de desmembramiento del piso.

Se ha avanzado mucho en los tipos de construcción del calzado deportivo y de vestir con el auge de las zapatillas. Pegados e inyectados consiguen buen comportamiento para este tipo de actividades.

Pero, al igual que pasa con los nuevos materiales que como mejor funcionan es al fusionarlos con los tradicionales, hay fabricantes que combinan la más alta tecnología con la artesanía tradicional consiguiendo resultados sorprendentes. Cuando el piso, además de pegado es cosido, se consigue que el calor no pueda en ningún caso desmembrar la bota.

Además este sistema permite introducir un grupo de entresuelas para el aislamiento al calor que incluye la de corcho y que se cosen por la parte exterior, de tal forma que protege la totalidad de la superficie de la plantilla, consiguiendo un resultado en el ensayo HI3 verdaderamente sorprendente.