¿Podemos respirar en paz?
Otro punto a cuestionarse sería también esas personas que aun estando en un entorno no saludable ni siquiera se plantean estas cuestiones. ¿Acaso no tienen en cuenta la Seguridad y Salud propia o de sus trabajadores? ¿El exceso de confianza es el que lleva a emprender acciones inadecuadas? Habría que analizar tantos aspectos que sería necesario unas cuantas páginas tan solo para concienciar a estas personas de que al menos se hagan a sí mismos las cuestiones anteriormente reflejadas y no continúen con: “No hay mucho polvo aquí, siempre ha habido polvo y nadie se ha puesto enfermo, antes sí que teníamos polvo. Esto de ahora no es nada…, etc.”
Si nos encontramos entre el primer grupo de personas, quiere decir que estamos ante un proceso de trabajo que no nos transmite seguridad, bien por un desconocimiento o por desinformación. Es a partir de este punto donde nos podríamos plantear muchas cuestiones anteriores sobre planificación, estudios, mediciones, VLA, -ED, -EC… Respiramos una cantidad de 5 a 6 litros de aire por minuto, lo que viene siendo durante una jornada laboral de 2.600 l de media por lo que, dependiendo de cantidades y peligrosidad del mismo, debemos tener en cuenta que podemos estar ingiriendo una gran cantidad y tener como resultado desde una desde un accidente puntual a una enfermedad profesional o incluso la muerte. Con ello, y de una forma relativamente sintetizada, vamos a intentar de orientar para realizar una primera identificación de protección.
No obstante, hay más parámetros en los que nos tenemos que fijar para poder realizar una correcta selección; factores ergonómicos, composición material de los elementos de protección (posibles reacciones alérgicas), concentración de contaminante, factor de exposición, compatibilidad con otros EPI o mantenimiento del EPI, entre otros.
Además de esta selección en cuanto a la forma de nuestra protección, debemos de poder seleccionar el filtro adecuado al contaminante expuesto (hablamos de semimáscaras y máscaras), así como del grado de eficacia. Siendo parámetros necesarios naturaleza, composición y concentración, esencialmente.
Es este apartado el más importante, por la dificultad de interpretación de los empresarios de la tabla donde se identifica mediante colores los filtros en función del uso-protección contra los compuestos de los que nos queremos proteger; siendo este punto donde los técnicos de prevención del Servicio de Prevencion deben de realizar una clara y correcta selección.
Casi podemos decir…. ¡¡¡Podemos respirar en paz!!!