La empresa vuelve sus ojos hacia el Comercio Justo
22 de mayo de 2012
“En el mundo hay 1.000 millones de personas que pasan hambre. De éstos, el 80% están en el campo, curiosamente de dónde proceden buena parte de los alimentos que nosotros consumimos. El sello de Comercio Justo trata de mejorar la situación de estos productores, especialmente la de todos aquellos que viven en países del sur. Lugares donde se cultiva café, cacao, fruta, azúcar y algodón con el que se confeccionan nuestras prendas”. Pablo Cabrera, director de Fairtrade España, explicaba así en qué consiste el sello de Comercio Justo y cuál es el objetivo de la organización, durante la mesa redonda ‘Comercio Justo como instrumento de RSC’, que tuvo lugar el 28 de marzo en el espacio Food Market & Trends, en Alimentaria.
El 41% de los entrevistados por la empresa Promoscan, cuyo estudio se efectúa cada dos años en 23 países europeos, le pide a las empresas que tengan en cuenta las condiciones de trabajo de aquellos productos y/o materias primas que compran y si se violan o no los derechos humanos. A través del comercio justo, los trabajadores obtienen unos precios estables, nunca por debajo de unos mínimos establecidos, que les permiten “un desarrollo sostenible y a largo plazo”, según el director de Fairtrade.
A la pregunta de si las compañías pueden generar pobreza en su forma de hacer negocio, el 85% de los encuestados respondía que sí. Además, el 39% de los entrevistados estaba seguro de que los hábitos de compra pueden marcar la diferencia para los agricultores en los países de origen. Y el 59% opinaba que el sello de Comercio Justo les facilitaba la elección en el proceso de compra, ya que les permitía reconocer un producto que encajaba con sus motivaciones medioambientales y sociales. “La última tendencia deja claro que los consumidores desean productos respetuosos, ya no solo con el medio ambiente y provistos de certificación ecológica. El Comercio Justo aporta el respeto a los trabajadores y trabajadoras del sur”, argumentaba Cabrera, director de Fairtrade España. “Hemos comprobado -resaltó- que cuando las empresas implantan estrategias de Comercio Justo consiguen una mayor implicación de su personal. Además, el consumidor tiene una percepción de empresa coherente, lo que favorece el consumo del producto”. A pesar del contexto de crisis actual, la iniciativa de Comercio Justo ha crecido en todos y cada uno de los países donde se ha implantado, en los últimos seis años, según el portavoz de Fairtrade España.
La apuesta de Ben & Jerry's y Alliance Vending por el Comercio Justo
“Hemos conseguido notoriedad, por la asociación de Fairtrade con nuestra marca; penetración en el mercado y lealtad por parte de nuestros consumidores”. Así resumía Teresa Puzo Bayod, responsable de Ben & Jerry's España, presente en nuestro país desde hace 10 años a través del Grupo Unilever, los beneficios que la firma ha obtenido a raíz de la incorporación del sello Comercio Justo a sus productos. “Este compromiso consiste en certificar con este sello todos aquellos ingredientes que sean susceptibles de Comercio Justo. En este momento, esto implica 121 tropezones y salsas que contienen 11 ingredientes diferentes como la vainilla, el cacao o los frutos secos. Básicamente, apoyamos cinco cooperativas diferentes que ocupan a 27.000 agricultores negros. Por ejemplo, respaldamos a 9.000 productores de cacao en la República Dominicana y 1.700 de vainilla en la Por ejemplo, respaldamos a 9.000 productores de cacao en la República Dominicana y 1.700 de vainilla en la India”. Además, y en opinión de la responsable de Ben & Jerry’s España, el Fairtrade constituye una buena oportunidad para construir un diálogo entre este fabricante de helados, de calidad súper premium, y sus fans: jóvenes con estudios de alto y medio nivel adquisitivo.
Aun así, el camino de implantación del Comercio Justo en Ben & Jerry’s no ha sido fácil. Aunque el Fairtrade mueve 14.000 millones de ventas y crece a un ritmo del 85% desde el año 2008, en España todavía es un movimiento poco conocido. Por otro lado, al tratarse de helados súper premium el aprovisionamiento de materias primas requiere de mucha calidad. Por ello, a veces les resulta difícil y costoso, según la ponente, conseguir nuevas producciones.
Las ventajas superan los inconvenientes. “El Comercio Justo nos ofrece una seguridad de marca. Ingredientes como el cacao aparecen bajo sospecha de ser elaborados por mano de obra infantil, cosa que con este sello no sucede. Además, nos facilita seguridad en la cadena de producción, ya sea en cuanto a volumen y precios estables de las producciones”.
Por su parte, José María Arquerons, consejero delegado de Alliance Vending, eligió Alimentaria para dar a conocer la estrategia de la empresa en Comercio Justo: “En el plazo de tres años, las 9.000 máquinas de vending que manejamos dispondrán de café de Comercio Justo. Esto es una primicia, ya que se trata de la primera estrategia que emprendemos con el propósito de convencer a nuestros clientes de que el producto bajo el sello Comercio Justo es de mejor calidad”.
Desde Alliance Vending, segunda empresa en importancia dentro de este sector tan atomizado, aprovecharán este cambio para incrementar la calidad. Así, ofrecerán dos clases de café, el primero de tipo gourmet y 100% arábico; el segundo de calidad superior a la que ofertan en la actualidad, aunque algo por debajo del primero. “Esta transición la llevaremos a cabo en tres años. Somos una empresa familiar y queremos explicar a nuestros clientes el porqué de este proceso”. Hoy en día la empresa gestiona 9.000 máquinas o “tiendas”, como les gusta definirlas, que se dirigen a varios colectivos: hospitalario, universitario y deportivo. En su opinión, el sello Comercio Justo motiva a su personal, porque cohesiona valores, ayuda a los productores, beneficia al consumidor final y aporta valor añadido a los establecimientos donde emplazan sus máquinas.