El sector de los refrescos quiere que el 50% de su oferta en 2025 sea bajo o sin calorías
El sector de las bebidas refrescantes quiere que para 2025 al menos el 50% de los refrescos sean bajos o sin calorías, lo que supone un aumento del 26% respecto a las cifras de 2020, cuando representaban el 37% de los refrescos comercializados en España.
Fuentes de la Asociación de Bebidas Refrescantes (Anfabra) han señalado a Efeagro que se trata de una categoría que “sigue ganando cuota de mercado”, con unos consumidores que “demandan cada vez más” este tipo de productos y una industria que “responde” ampliando su portfolio.
La patronal europea del sector, Unesda, tiene entre sus objetivos ayudar a controlar la ingesta de azúcares añadidos procedentes de las bebidas no alcohólicas y que la “opción más saludable sea la más fácil para los consumidores”.
El compromiso comunitario es reducir el contenido de azúcar en un 33% para 2025 y, según datos de Anfabra, en España ya se ha alcanzado entre 2010 y 2020 un recorte del 38%. De acuerdo a sus datos, y citando un estudio de la revista Nutrients, en España su consumo está muy relacionado con el ocio y los establecimientos de hostelería, y “sólo aportan el 2,1% de las calorías que ingirieron los españoles”.
En este sentido, las mismas fuentes han recordado que, aunque la legislación europea impide desde 2006 la publicidad de estos productos a los menores de 12 años, en España las empresas del sector han ampliado hasta los 13 años dicha medida, como “uno de sus compromisos voluntarios con los que se anticipan o van más allá de la legislación en vigor”.
Con cifras previas a la pandemia, las empresas de bebidas refrescantes invirtieron en innovación de sus productos en torno a los 350 millones de euros, con un número de lanzamientos que podía alcanzar los 200 por año.
Desde las empresas han insistido en que apuestan por la promoción de los hábitos saludables, unidos sus “compromisos voluntarios”, más que por restricciones o medidas físcales que, en su opinión, “no sirven para cambiar hábitos de consumo”. Por este motivo, han remarcado que si se establecen impuestos sobre las bebidas refrescantes son “injustos y discriminatorios y no son eficaces para resolver un problema de salud”.