Tras la impresión, la legibilidad de las etiquetas se revisa a menudo mediante escáneres

Ya sea que se trate de información para las etapas de la producción y la logística, para los operadores de las cajas o para los clientes finales, el etiquetado convierte el envase y el embalaje en un medio de comunicación y de datos. Detrás del etiquetado hay sistemas ultramodernos que tienen que cumplir con normas de rendimiento cada vez más altas, gestionando y aplicando todo tipo de datos. Entre las soluciones utilizadas se encuentran los dispensadores de etiquetas y los dispensadores de impresión, además de las impresoras de inyección de tinta y láser.

Los datos y la información que se imprimen se almacenan y gestionan mediante interfaces de software. La información requerida por la ley, como los números de lote, la información sobre el fabricante, el contenido y la información sobre los peligros, debe compartir el espacio limitado disponible con el contenido de comercialización y los códigos para la logística. Al mismo tiempo, la digitalización garantiza que incluso los códigos pequeños puedan almacenar un gran volumen de información. Como interfaz entre el producto y el mundo de la tecnología de la información, el etiquetado permite así satisfacer las crecientes demandas de interconexión de procesos y la integración del envase y embalaje en todo tipo de flujos de trabajo. La información se aplica en forma de texto claro, códigos de barras y, cada vez más, también en forma de códigos QR, que ofrecen nuevas oportunidades de comunicación con los consumidores y también sirven como una importante herramienta de comercialización. A su vez, los números de lote garantizan que los productos que plantean un posible riesgo para los consumidores puedan ser retirados rápidamente.

Habida cuenta de las estrictas exigencias en materia de etiquetado, estos objetivos no son tan fáciles de aplicar; después de todo, deben garantizar un alto nivel de seguridad del proceso y una manipulación sin complicaciones. Por lo tanto, en el caso de los alimentos, el etiquetado al final de la fabricación se realiza en condiciones difíciles: superficies frías y húmedas, a veces ya congeladas, a veces llenas de producto caliente y luego enfriadas, lo que significa que las superficies pueden ser grasientas, húmedas o desiguales según el producto. Para superar estos retos, los proveedores han desarrollado adhesivos sensibles a la presión que proporcionan una migración mínima, es decir, que las etiquetas se adhieren inmediatamente a las diversas superficies, lo que facilita una rápida velocidad de etiquetado en las líneas de envasado. Al mismo tiempo, los adhesivos deben ser seguros para su uso con productos alimenticios, y en el caso de las etiquetas de sellado deben ser fáciles de abrir y volver a sellar.

Las etiquetas y las tintas de impresión no deben ser pasadas por alto en cuanto al proceso de reciclaje. En última instancia, no deben causar problemas en las instalaciones de reciclaje por ser difíciles de quitar o impedir que los escáneres reconozcan el material de embalaje real. Por lo tanto, lo ideal sería que estuvieran hechas del mismo material que el embalaje del producto, lo que es particularmente importante cuando las etiquetas se encogen alrededor del embalaje en forma de mangas. Con innovaciones como las etiquetas de papel de piedra, papel de hierba, película compostable y etiquetas totalmente reciclables, los expositores de la feria Fachpack demostraron en su última edición una serie de métodos para integrar las etiquetas en una estrategia de envase sostenible.

Ahora también hay códigos Digimarc invisibles que sólo están destinados a máquinas específicas. Esta solución fue desarrollada para la empresa de supermercados Netto-Marken-Discount, y ganó el Premio Alemán de Embalaje de Oro en 2020. A diferencia de los códigos de barras convencionales, estos códigos están integrados en el diseño del envase, lo que significa que los productos pueden ser escaneados desde todos los lados. Como resultado, los procesos son mucho más rápidos y sencillos a lo largo de toda la cadena de valor, desde la producción de los envases, la logística y el almacenamiento hasta el punto de venta y el proceso de compra y, por último, el reciclaje de los envases. Por ejemplo, el código puede contener información precisa sobre el material de embalaje utilizado, lo que hace que el proceso de detección y clasificación en la instalación de reciclado sea más eficiente.

De esta manera, los sistemas de etiquetado del futuro contribuirán de manera significativa a la sostenibilidad del embalaje y el resultado, gracias a su versatilidad, será un embalaje verdaderamente inteligente.