Las ventas de Vidrala en los seis primeros meses de 2020 registran una caída orgánica del 6,5%
Las medidas para contener la pandemia y sus consecuencias sobre las actividades económicas y los hábitos sociales están afectando a la economía y a la demanda de envases. Como esperado, los volúmenes de venta se vieron negativamente afectados durante el segundo trimestre del año. Sin embargo, a medida que la situación de confinamiento se fue levantando, las actividades empresariales empezaron a reabrirse y las economías comenzaron a recuperar un nivel mínimo de normalidad. Así, las condiciones de demanda han ido mejorando de forma gradual desde los mínimos observados al comienzo del segundo trimestre.
De este modo, la cifra de ventas registrada por Vidrala durante los seis primeros meses de 2020 ascendió a 474,4 millones de euros, lo que supone una caída sobre lo reportado el año anterior de un 6,5%. El resultado operativo bruto –EBITDA– acumulado durante los seis primeros meses de 2020 ascendió a 122,4 millones de euros, una caída en términos reportados del 6,7% sobre el año anterior. A divisa constante, el EBITDA registró una caída del 6,6%.
El resultado neto atribuible al semestre ascendió a 62,2 millones de euros, lo que equivale a un beneficio por acción de 2,30 € y refleja una caída de un 7,2% sobre el año anterior. A nivel de balance, la deuda a 30 de junio de 2020 se sitúa en 294,5 millones de euros, con una ratio de apalancamiento equivalente a 1,1 veces el EBITDA acumulado en los últimos doce meses.
Con todo esto, la incertidumbre sigue siendo alta y el entorno de mercado permanece lejos de lo normal. Ante este contexto, Vidrala gestionará el negocio en función de la evolución de la pandemia, enfocándose firmemente en asegurar el suministro y el servicio al cliente. Al mismo tiempo, mantendremos la disciplina de alinear progresivamente nuestra capacidad productiva con el objetivo de proteger el negocio.
“Los beneficios de nuestro ambicioso plan inversor y los planes de acción operativos en curso deberían contribuir a mejorar nuestra competitividad, reforzar nuestro posicionamiento comercial y, en cierto grado, mitigar el impacto en nuestros márgenes”, señalan desde la empresa. Como resultado de lo anterior, y ante la situación particularmente cambiante, Vidrala espera que los volúmenes de venta disminuyan entre el 5% y 10% para el conjunto del año 2020 y que los márgenes operativos –EBITDA sobre las ventas– se consoliden por encima del 25%.
“En cualquier caso, las directrices de largo plazo se mantendrán intactas, firmemente enfocadas hacia nuestras tres prioridades: el cliente, la competitividad y el capital. Mantendremos una estricta disciplina financiera, una sólida posición financiera y un enfoque en la rentabilidad a largo plazo”, concluyen.