Calidad alimentaria, ¿cómo la percibe el consumidor?
El pasado jueves 12 de noviembre se celebró el Día Mundial de la Calidad. Este día, promulgado por la ONU con el objetivo de aumentar la conciencia social sobre la importancia de la calidad para asegurar la prosperidad de las naciones, da lugar a una gran diversidad de actos y artículos relacionados con la materia. Cada vez más, se percibe la calidad desde un planteamiento integral. Según la AEC (Asociación Española para la Calidad), la calidad que viene es: “innovadora, integradora, inteligente, ágil y transversal”.
La palabra ‘calidad’ deriva etimológicamente del latín ‘qualitas’ que significaba “atributo, propiedad o naturaleza básica de un objeto” por tanto parece lógico suponer que la calidad limentaria está íntimamente ligada a las cualidades intrínsecas de un alimento, a partir de las cuales podemos juzgar su valor.
Calidad alimentaria es el “conjunto de propiedades y características de un producto alimenticio o alimento relativas a las materias primas o ingredientes utilizados en su elaboración, a su naturaleza, composición, pureza, identificación, origen, y trazabilidad, así como a los procesos de elaboración, almacenamiento, envasado y comercialización utilizados y a la presentación del producto final, incluyendo su contenido efectivo y la información al consumidor final especialmente el etiquetado”. Esta es la definición de calidad alimentaria que nos ofrece la Ley 28/2015, de 30 de julio, para la defensa de la calidad alimentaria.
¿Coincide el concepto de calidad objetiva con los criterios de calidad de los alimentos percibida por el consumidor? ¿Qué necesita un producto alimentario para ser considerado por el consumidor como un producto de alta calidad? y, además, ¿son únicamente las cualidades intrínsecas de un alimento las que condicionan la calidad percibida o intervienen otras variables?. ¿Hasta qué punto condiciona el nivel de calidad percibida en un producto de alimentación la toma de decisiones de compra?.
El consumidor y la calidad percibida de los alimentos
Según los resultado de la encuesta ‘Global Consumer Food Safety and Quality’ realizada a consumidores de nueve países (Brasil, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Suecia, Estados Unidos, Reino Unido y España) por Trace One, parece ser que la mayoría de los consumidores no confían en la seguridad y calidad de los alimentos que consumen. De hecho, sólo el 10% de los encuestados dijo confiar plenamente en la calidad de los productos adquiridos.
El motivo por el que casi el 75% de los consumidores encuestados justificaron la compra de productos era debido a los precios bajos. Por el contrario, sólo un escaso 16% de los encuestados adquirían el producto por considerar que poseía una mejor calidad percibida.
Ante la pregunta de Trace One ¿Cómo podrían las marcas mejorar la confianza y percepción de la calidad? El 91% de los encuestados admitieron que para ellos es importante saber de dónde vienen sus alimentos (trazabilidad) y el 62% dijo no tener suficiente información acerca de qué contiene su comida y de dónde viene. En esta interesante infografía pueden ver los principales resultados de esta encuesta.
Por otro lado, la revista Food Navigator destaca que los productos percibidos como de alta calidad, lo son en tanto en cuanto su marca es comercializada acompañada por una correcta promoción.
Consumidor: valor de la innovación alimentaria y calidad percibida
Una tercera encuesta a nivel mundial, es la que resume la revista IFT. Según esta encuesta, el 60% de los consumidores encuestados prevé que en los próximos 10 años podremos disfrutar de una mayor variedad de alimentos producto de la innovación, pero que estos serán de una menor calidad. El problema está en que los consumidores encuestados no confían en que las cualidades que valoran en los productos alimenticios, (alimentos frescos, naturales y sanos) vayan a estar presente en las innovaciones alimentarias que están por venir. La misma encuesta pone foco en los productos frescos, identificando “lo freso como lo mejor”.
La calidad alimentaria percibida por el consumidor español
Euromonitor internacional en su informe sobre el consumo de frescos en España, destaca la aparición de un nuevo tipo de minorista. Se trata de tiendas gourmet o de calidad gourmet. En nuestro país han aparecido pequeñas tiendas especializadas de alimentos frescos en las que se potencia el servicio a domicilio de productos de alta calidad, así como la venta de alimentos frescos que provienen directamente de granjas y productores. Gracias a la recuperación económica, se espera también que en nuestro país aumente el consumo de productos frescos y snacks saludables.
En definitiva, el término calidad escora cada vez más al ámbito de la seguridad alimentaria, de la alimentación saludable y de la información transparente, los tres grandes vectores que mueven hoy la industria alimentaria.