Entrevista a Olga Martín, investigadora de la Universitat de Lleida
La catedrática de Tecnología de Alimentos y jefa del Grupo de Investigación de Nuevas Tecnologías para el Procesamiento de Alimentos de la UdL, Olga Martín Belloso, se convertirá en la primera mujer española en formar parte de la International Academy of Food Science and Technology (IAFoST). Sus investigaciones se centran en el desarrollo de nuevos productos seguros y saludables mediante la aplicación de nuevas tecnologías. Investigaciones innovadoras que la posicionan como una científica reconocida a nivel mundial.
¿A qué se dedica la International Union of Food Science and Technology?
La Unión Internacional de Ciencia y Tecnología de Alimentos (IUFoST) es una organización científica mundial, sin ánimo de lucro, que tiene como finalidad apoyar programas y proyectos destinados a garantizar el suministro de alimentos en el mundo. En IUFoST están representados los distintos países a través de sus organizaciones nacionales. Cuenta con cuatro grupos regionales EFFoST en Europa, WAAFoST en África, FIFSTA en Asia y ALACCTA en América Latina. Representa a más de 200.000 científicos y tecnólogos de alimentos en todo el mundo.
La misión de IUFoST es promover la cooperación internacional y el intercambio de información para proporcionar educación y formación a los científicos y tecnólogos de alimentos en todo el mundo, además de representar a esta comunidad en los foros que se precise.
Olga Martín, investigadora de la Universitat de Lleida.
¿Qué significa para usted, a nivel personal y profesional, ser la primera española en la Academia Internacional de Ciencia y Tecnología de los Alimentos?
Formar parte de la Academia es un gran honor para cualquier científico, o profesional en general, del ámbito de los alimentos, ya que es un grupo reducido de expertos que ponen en común sus conocimientos y experiencia para aconsejar o dar soluciones científicas. Evidentemente, ser la primera española en formar parte de ese grupo es una alegría por ser un paso más en el reconocimiento de la labor que desarrollamos las mujeres.
Ya forma parte del Instituto de Tecnología de los Alimentos en EE UU. ¿Qué papel desarrolla allí?
Soy socia de IFT desde hace aproximadamente 25 años. El año pasado fui elegida ‘IFT Fellow’, lo que significa hacer un papel similar al que tengo en IAFoST. La única diferencia es que IFT está en EE UU e IAFoST es de orden mundial.
¿Cómo valora la existencia de centros y grupos internacionales en materia de alimentación? ¿Existe una colaboración global o ciertos países llevan las riendas?
En alimentación, como en otras áreas, la colaboración no solo es importante sino que está demostrándose que es vital. No todos podemos ser expertos en todo, pero sí en una parcela del saber. Necesitamos interaccionar para dar respuesta a problemas cada día más complejos. Yo creo que no solo hay colaboración entre países en este ámbito sino mucho interés en que se estrechen los lazos entre grupos diferentes. Lógicamente, los países que invierten más en investigación son los que más probabilidades tienen de llevar las riendas. En España hay muy buenos grupos de investigación en alimentos, pero nos estamos viendo afectados por la reducción tan drástica de financiación pública que se ha producido en los últimos años, lo cual significa que nuestro liderazgo en investigación y la consecuente innovación en el sector se ven afectados.
Martín también es directora de la Escuela de Doctorado de la Universitat de Lleida. Foto: Xavi Mitjana.
¿Qué rol tiene la química en el sector alimentario?
¡Todo es química! Para bien o para mal, las reacciones químicas se producen continuamente tanto en los alimentos como en nuestro cuerpo. Es importante entenderlas para poder controlar los efectos positivos o negativos que puedan tener.
¿Y hacia dónde cree que se dirige la alimentación?
Va en muchas direcciones. Por desgracia, en algunos lugares, con que hubiera disponibilidad de alimentos el objetivo estaría cumplido. En las sociedades más avanzadas, va hacia una alimentación personalizada donde cada cual disponga de los alimentos más adecuados para su salud, pero también para sus gustos personales, es decir, un mercado muy amplio donde elegir.
En este sentido, ¿qué tipo de productos quiere el consumidor?
Aquéllos que sean seguros, atractivos y que contengan los componentes necesarios para cuidar su salud, en teoría, pues después vemos en tiendas y restaurantes que no siempre siguen esos criterios a la hora de comer.
Para terminar, ¿cree que la elaboración masiva de alimentos es perjudicial para el consumidor final?
Desde un punto de vista de seguridad alimentaria son perfectamente adecuados, sobre todo si se consumen con la moderación que se recomienda. El problema de este tipo de alimentos, y de otros también, es que se consuman en exceso, ya que un aporte excesivo de calorías, si no va acompañado de ejercicio físico, es perjudicial para el organismo. Se trata de productos muy asequibles y hay una parte elevada de la población que los consume en grandes cantidades. Es un problema de educación de consumidores.