La doble mentira del pene falso
Ibon Linacisoro, Director01/12/2004
Primera mentira - Mr. X se sintió decepcionado. Leía en la prensa cómo dos atletas olímpicos le habían engañado. Tenía una gran experiencia en la observancia de la micción de deportistas que volcaban en un botecito de plástico su culpabilidad o inocencia y contaba en su memoria con un buen archivo de los más diversos penes.
Y estos dos atletas ocupaban una buena posición en este particular ranking. Pero era mentira. Los dos tramposos habían recurrido a un artilugio extraño que incluía un pene falso de plástico para engañar a Mr. X y desde luego lo habían conseguido. Ese tamaño, esa textura, se debían al material plástico del falso pene y con la mentira se esfumó también la ilusión del pene perfecto.
Segunda mentira - Con Mr. X todo el aparato antidopaje cayó inicialmente en el engaño. Los plásticos tuvieron en ello una buena parte de responsabilidad. El ya citado pene, la cánula que transporta la orina desde una vejiga falsa, también de plástico, y el blíster en el cual imaginamos se comercializa todo ello, colocan a los plásticos en una situación difícil y no nos referimos a lo embarazoso de su posición física en el cuerpo del atleta, en este caso insólita.
Sirva todo ello para que la industria de los plásticos saque pecho y defienda sus oportunidades. En un principio los plásticos eran un material que sustituía a otros. Ahora ya no. Hoy en día los plásticos son un material a partir del cual se piensan una enorme diversidad de productos, muchos de ellos dependientes totalmente de estos materiales. En el caso conocido como “la doble mentira del pene falso” los plásticos nos han sorprendido por su capacidad de adquirir formas y texturas tan reales que pueden incluso convencer a un experto en ese tipo de órganos como lo era Mr. X. A esto se añade el precio, claro. Cabe suponer que semejante artilugio tiene un precio al alcance de muchos bolsillos, porque ni los materiales ni la tecnología que se requiere parecen complejos. Aquí los plásticos son también únicos. ¿O alguien se imagina esta misma noticia pero con un pene de madera?