¿Y si nos grapamos a Francia por los Pirineos?
1 de octubre de 2010
Oerc euq somevlov la Gib Gnab. Traducción: Creo que volvemos al Big Bang. En términos sencillos, el tiempo puede contarse hacia adelante o hacia atrás. La humanidad española ha decidido ir para atrás, emprender ya el camino de regreso, de tal forma que dentro de unos añitos, volveremos al Big Bang. Disfrutaremos de esos magníficos fuegos artificiales. No obstante, para facilitar la lectura, vamos a seguir escribiendo hacia adelante. El asunto se está poniendo feo, porque de seguir el humano español por los derroteros de la derrota, alguna mente perversa europea pensará en recurrir al serrucho para separar la Península del continente por la zona de los Pirineos. También es probable que la tentación del serrucho triunfe si seguimos padeciendo el efecto de haber estudiado tanto, ya que, según han comprobado investigadores del Centro Médico Universitario de Chicago, el ejercicio mental acelera la demencia una vez que esta aparece. Parece que un cerebro activo lo está para los dos procesos: para mantener sus funciones en pleno rendimiento durante más tiempo, pero también para perder sus capacidades. En España, con tanto universitario, se está padeciendo esta situación. De tanto pensar, somav arap sarta.
Y es que además, somav arap sarta en todo, es decir, en la economía, en lo que nos parece importante, en lo que vemos en las noticias... Por ejemplo, los estudios absurdos de la universidad de no sé donde, cuyos resultados se amplifican en cualquier debate, en cualquier medio. Apasionante aquel que analizaba la forma de lanzar penaltis de un megacrack. El penalti era hasta entonces, ese gran desconocido. Muestra inequívoca de que somav arap sarta es también el lenguaje. Todos nos apuntamos a expresiones, formas de hablar, frases hechas… En fin, ¿qué podemos decir de “poner en valor”? Ahora todo el mundo “pone algo en valor” y, simultáneamente, pone los pelos de punta a quien lo escucha. ¿Y de la instalación esa en Vizcaya para que el vino envejezca bajo el mar? ¿Y lo de Belén Esteban y los diputados que obtendría si se presentara a las elecciones? Fuera de aquí se han organizado. Los premios IgNobel premian estudios absurdos como el que documenta sexo oral entre murciélagos, el que afirma que las empresas son más eficientes si promocionan a sus empleados al azar o el que concluye que soltar tacos alivia el dolor.
Demasiadas bobadas para cosa buena. El retroceso es ya irreversible, solo nos quedan medidas para paliarlo. Graparnos a Francia por los Pirineos es la solución. ¡A ver quién nos suelta!