Encuentro empresarial de países del sur de Europa sobre la innovación como vía para mejorar la competitividad ante la crisis
Respondiendo a la invitación del Rey, los Presidentes de la República de Italia, Giorgio Napolitano, y de la República de Portugal, Aníbal Cavaco Silva, han presidido hoy en el Palacio de El Pardo en Madrid, una cumbre para tratar sobre la innovación como vía para mejorar la competitividad de sus economías organizada por Cotec Europa, una iniciativa formada por las instituciones Cotec de España, Italia y Portugal, de las que los tres Jefes de Estado son Presidentes de Honor y principales impulsores.
En este V Encuentro Cotec Europa han participado también la Vicepresidenta Segunda del Gobierno y Ministra de Economía, Elena Salgado, la Ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, los Ministros italianos de Innovación, Renato Brunetta, y de Asuntos Exteriores, Franco Frattini, y los Presidentes de Cotec España, José Angel Sánchez Asiaín, y de Cotec Portugal, Carlos Moreira Da Silva, así como el Vicepresidente de Cotec Italia, Pier Francesco Guarguaglini, además de numerosas personalidades y más de dos centenares de empresarios pertenecientes a los Patronatos de las instituciones Cotec de los tres países.
Cotec Europa insiste en que la innovación es la base para un nuevo orden económico
Durante el encuentro, todos los participantes coincidieron en destacar el importante papel que debe jugar la innovación en una situación de crisis económica de gran magnitud como la actual, que está obligando al mundo a cuestionar muchos de los planteamientos que durante largo tiempo fueron considerados válidos y a plantear la necesidad de un nuevo orden económico basado en el aprovechamiento del conocimiento para lograr que sus economías sean verdaderamente competitivas.
Un planteamiento que desde su constitución ha sido siembre la base de la doctrina del proyecto Cotec Europa, un marco desde el que los tres Cotec han insistido reiteradamente ante la Comisión Europea y ante las administraciones nacionales de sus países sobre la necesidad de que sus economías se basen mucho más en la tecnología, y especialmente en la tecnología generada por el propio sistema de innovación, que es la más efectiva, para poder ser más competitivas.
La falta de competitividad es el principal problema que comparten las economías del Sur de Europa. El caso de España es una clara muestra de esta situación porque la actual crisis ha puesto en evidencia que el sistema español de innovación no está suficientemente consolidado como para ser el motor de la productividad de la economía española, a pesar de que en los últimos diez años el panorama español ha mejorado considerablemente. En el año 2007, el gasto total español en I+D alcanzó los 13.342 millones de euros, el 1,27% del PIB, el número de investigadores en equivalencia a jornada completa (EJC) había llegado a los 122.642, si bien sólo una tercera parte trabajaban en la empresa, y la calidad de las publicaciones científicas españolas ya era reconocida internacionalmente.
La competitividad constituye hoy el principal problema económico español porque las empresas españolas, al no ser suficientemente competitivas, se están encontrando cada día más desplazadas de los mercados mundiales y también de sus propios mercados, el europeo y el español.
Las consecuencias de este fenómeno son ya muy evidentes. La deuda externa en España ha crecido hasta llegar a 1,6 veces el PIB a finales de 2008, cifra que se debe al menos en un 40% a la falta de competitividad de la economía española, que es la responsable de que desde hace varios años la balanza de pagos presente un déficit cercano al 10% del PIB.
El problema de la baja productividad española tiene varias causas, una de las más conocidas es que nuestra estructura productiva está basada en las pequeñas y medianas empresas, que se caracterizan por su escasa integración en los sistemas de innovación. En España, el número total de empresas, sin contar los sectores de agricultura y pesca, excede ligeramente los tres millones, de las cuales sólo pueden considerarse grandes unas 4.000, es decir, el 0,13%, mientras que la plantilla del 94% del total de empresas está formada por menos de 10 empleados.
Un problema que se agrava, por el hecho de que en España las pymes dan ocupación al 82% de los trabajadores, un porcentaje superior al de la media europea, que se sitúa en el 70%, y muy superior al 50% de Estados Unidos, siendo esta una de las principales razones de la mayor incidencia de la crisis en el crecimiento del paro en nuestro país.
Otro problema importante de la economía española es que el peso de los sectores de alta tecnología (farmacia, electrónica, instrumentos, aeroespacial…), es inferior al 1% del PIB, tres veces menos que en los países competitivos, y el de los sectores manufactureros de tecnología media-alta (Química, automoción, maquinaria…) sólo supone un 4% del PIB, la mitad de lo habitual en los países más avanzados.
Durante su intervención, el Presidente de Cotec España, José Angel Sánchez Asiaín, se centró en este problema de falta de competitividad y se refirió a las medidas y acciones que desde Cotec Europa se están proponiendo para tratar de resolver esta situación. Una situación indicó que tiene sus raíces en deficiencias estructurales, porque están en nuestro sistema educativo, en nuestras instituciones científicas, y sobre todo en nuestra cultura empresarial. Por lo tanto, nuestro principal empeño debe ser la educación. Con la educación primaria, para inculcar a los futuros ciudadanos los valores y hábitos que hacen innovadora a una sociedad. Con la formación profesional, para formar a los profesionales que la empresa necesita para sus procesos innovadores. Y con la formación superior, de la que depende nuestra capacidad de generar conocimiento y de tomar decisiones empresariales y públicas que favorezcan el mejor aprovechamiento de la ciencia y la tecnología, para lograr una cultura empresarial orientada a la innovación. Las tres son piezas fundamentales de nuestro futuro. Pero su solución debe inscribirse en el medio o largo plazo.
Pero entretanto estamos obligados a tomar otras medidas con efectos más inmediatos. Y que no son difíciles de implementar. Tendremos que mejorar la calidad de nuestras instituciones científicas, muy especialmente en lo que se refiere a su capacidad para transferir tecnología. Y éste es un campo en el que debemos aprovechar la sinergia de Cotec Europa. Incentivando la cooperación entre grupos de investigación de distintos países y de distintas áreas de conocimiento. Esta mañana hemos visto que es posible proponer el desarrollo de proyectos conjuntos sobre cuestiones de interés compartidas, donde podemos involucrar a los mejores grupos de investigación y empresas de nuestros respectivos países.
Tendremos, también, –añadió– que abordar otro problema, que incide de manera clara en nuestra poca capacidad de inversión en I+D, que es el pequeño tamaño de nuestras empresas. Deberíamos ser capaces de desarrollar programas de incentivos con el fin de impulsar la cooperación entre empresas, incluso la fusión de las mismas o, por lo menos, procesos de trabajo conjunto entre redes de empresas, que actúen en un sector, en sectores sinérgicos o en distintos niveles del proceso productivo. Para lograrlo, se podría recurrir, desde apoyos fiscales hasta el mantenimiento por un cierto tiempo de las ventajas propias de las pymes a las empresas que dejaran de serlo gracias a las fusiones. Una cuestión ésta que podría ser objetivo de Cotec Europa, porque es un problema que compartimos y que precisará de cambios de la normativa europea.
Constituye también problema urgente la financiación de las empresas innovadoras, ahora agravado por la crisis. Porque no sólo necesitan financiación para crecer, sino también para retener en nómina un personal muy cualificado, que es la clave de su supervivencia y de su garantía de futuro. Por esto deberíamos hacer posible compartir el riesgo inherente a la innovación entre un número suficiente de agentes, creando nuevos mecanismos de financiación, seguramente de dimensión europea. Y sobre esto tiene mucho que decir Cotec Europa.
Queda también –concluyó– recurrir a la demanda, como estímulo de la actividad innovadora. En este aspecto tienen mucha importancia los llamados mercados tractores de tecnología, a menudo condicionados por la regulación, y hoy fuertemente basados en la demanda del sector público, aunque las grandes empresas constituyen una importante parte de estos mercados. Este es sin duda un campo para Cotec Europa.
Durante el Encuentro se presentaron tres iniciativas en las que trabaja Cotec Europa
Gran parte de los trabajos más recientes de Cotec Europa se han centrado en la mejora de los sistemas de innovación de sus países, y tres de estas iniciativas fueron presentadas con motivo de la celebración del V Encuentro por su interés europeo y porque se refieren a cuestiones importantes para los tres países, que pueden tener consecuencias para sus economías, especialmente en estos momentos de crisis.