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Editorial

Pocas luces excitonas

Ibon Linacisoro, Director15/05/2007
La gente con pocas luces se ha hecho dueña del mundo, no hay más que mirar alrededor. Pero en la industria de los plásticos, excusen la falta de modestia, tenemos más luces de lo habitual, aunque excitamos lo justo. Lo bueno que tienen los plásticos es que dejan mucho espacio para la creatividad. Como se pueden moldear tan fácilmente, la imaginación y el arrojo son algunos factores de éxito para las empresas que se dedican a la transformación de plásticos. Más ahora que, con la moda de la competencia asiática, las cosas normales las hace cualquiera. Hay que dedicarse a cosas raras, o por lo menos a cosas complicadas. Lo contrario significa entrar en una guerra de precios cuyo fin no sabemos donde está. Hay que tener muchas luces para sobrevivir con éxito. Y meditando sobre ello estábamos, con la mirada perdida, cuando supimos de un proyecto de investigación internacional, financiado en parte por la Unión Europea, que ha localizado un invento interesante: pantallas electrónicas que podrían revolucionar la iluminación. Una delgada película de plástico, que conduce la electricidad y genera energía solar, podría constituir la base de una revolución en el modo en que se iluminan nuestros hogares y se diseña la ropa. Los investigadores estudian formas de producir OLED en masa («diodos orgánicos emisores de luz» que ya se utilizan como pantalla de algunos teléfonos móviles y reproductores de MP3), dispositivos que podrían tener repercusiones tecnológicas muy profundas, pues entre otras cosas podrían hacer posibles aparatos de iluminación más eficientes. Como estos dispositivos son delgados y flexibles, se podría incorporar iluminación y pantallas electrónicas a cualquier material, de tal forma que la ropa y los embalajes podrían mostrar información electrónica. ¿Prendas de ropa cuyo color cambia con tan sólo pulsar un botón? ¿Latas de cerveza que informen de los últimos resultados futbolísticos? Esto de los polímeros no tiene fin. Y es fácil de entender: el polímero en cuestión está hecho a partir de cadenas de moléculas y se llama orgánico por su contenido en carbono. Los electrones y huecos inyectados en la película de polímeros forman estados ligados llamados excitones que se rompen al someterlos a corriente eléctrica, proceso durante el que emiten luz. Más claro, el agua. Los OLED aprovechan el descubrimiento de que algunos polímeros tienen la insólita propiedad de transformar la electricidad en luz o viceversa, según se diseñe el dispositivo. Lo que de verdad nos interesa hoy no son los excitones, que también, ni tampoco que cualquiera se pueda convertir ya en persona anuncio excitona, con camisetas, chaquetas o pantalones que plasmen mensajes vetetuasaberdequé, sino que en el origen de todo esto, alguien con muchas luces ha decidido que eso es posible.

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