El último de Audi y la barraca del tío Ramiro
Tras un año de análisis y trabajo de laboratorio, la estudiante concluyó que estos gusanos poseen cierta enzima capaz de digerir el plástico. A alguno ya le están saliendo símbolos de dólares en los ojos. Sólo de pensar en el dinero que uno puede ganar con una granja de gusanos, receptora de desechos plásticos... Claro que se plantearía el problema de la hez plástica, inofensiva cuando es de un gusano, pero muy preocupante cuando los gusanos conforman tropa.
Pero el caso es que el caso del gusano comeplástico es uno más de tantos en los que para bien de unos, los futuros granjeros con gusanos a su cargo, debe explotarse a otros, los pobres gusanitos. El ser humano siempre quiere lo que tiene otro y no hay cosa que más fastidie, que ver el último modelo de Audi junto a la barraca del tío Ramiro, en las fiestas de su pueblo. “Yo matándome a trabajar y mira éstos, por montar una barraca, mira qué cochecito”. Y así con la barraca del tío Ramiro, con la tienda de chuches de la esquina, con el taller del barrio y con todo aquel negocio, ajeno, por supuesto, que dé cierto bienestar a sus propietarios/trabajadores. Chen quiere un Audi como el del tío Ramiro, lo quiere. Y cuando alguien se lance a sacar punta a la idea, el pobre gusano y los de su especie cambiarán sus manjares por la dieta del plástico. Práctica, pero un tanto insana.