Espectáculo gutural
El peligro está en todas partes. Uno piensa que un ordenador está preparado para no explotar, que incluso si explota no se quema con facilidad, por aquello de los plásticos con retardantes de llama, que serán malos para reciclar, pero que te permiten atender a una conferencia con una cierta tranquilidad. ¡Qué va! El espectáculo está en todas partes y siempre nos da qué pensar. ¿Que habría ocurrido si el ordenador hubiese estado en el regazo de un ejecutivo en un aeropuerto? Nervios iniciales acompañados de espectáculo gutural, carreras, gritos... por no hablar del maltrecho estado de las extremidades inferiores, de todas las extremidades inferiores, del pobre ingenuo que se creía poseedor de un ordenador ignífugo.
Desde entonces, desde que la noticia se propagó como el fuego por internet, en esta revista no nos cansamos de pedir prudencia a los plastiqueros todos. Aprovechemos nuestra situación de privilegio para llevar siempre con nosotros un pequeño salero, con un poco de retardante, y aderecemos nuestros “gadgets” más queridos con ese polvito. Sin complejos. El ordenador, el cepillo de dientes eléctrico, la PDA, el mp3, la cámara digital... todos estos frutos del consumismo alocado pueden explotar en nuestras manos, pero un salerito con retardante, con un poco de gracia, nos salva el momento.