El escaldado y la Monilinia centran la XIV Jornada Técnica de Poscosecha
El pasado 13 de mayo más de 150 técnicos de las principales centrales hortofrutícolas catalanas y aragonesas se reunieron en las instalaciones del FruitCentre del Irta para conocer, en la cita anual del sector, los últimos avances en investigación, productos y equipos desarrollados para ofrecer soluciones a los actuales requerimientos de la poscosecha en fruta dulce. La XIV Jornada Técnica de Poscosecha trató en esta ocasión tres temas de vital importancia para el sector: la eficiencia energética de las instalaciones, el escaldado en manzana y pera, y la Monilinia spp. en fruta de hueso.
La jornada, inaugurada por el director general del Irta, Josep Mª Monfort, comenzó con una ponencia que pretendía exponer los principales problemas identificados en la calidad de la fruta fresca. Según los datos aportados por Montse Seto, inspectora del Servicio Territorial del DAAM en Lleida, la principal incidencia (50%) sigue siendo la documentación comercial que acompaña a la mercancía, ya que se suele obviar o se realiza una mención incorrecta del país de origen, de la categoría de la fruta, del color de la pulpa, el destino industrial en fruta para transformación, etc. Otro defecto importante (23,6% en la pasada campaña) consistió en errores en el etiquetaje. Aquí los más comunes suelen ser no indicar el nombre y dirección del envasador o expedidor, no indicar la variedad o sinómimo en peras y manzanas, no etiquetar ambos lados del palé, o indicar el calibre sin respetar los criterios de homogeneidad, entre otros. También se hizo hizo referencia al 'etiquetaje engañoso', aumentando los casos en los que la indicación facultativa no corresponde con el origen real de la fruta, el calibre no es el correcto, o se realizan menciones contrarias a las prácticas informativas leales. Por su parte, Gemma Prats, también inspectora del DAAM, hizo un repaso de los diferentes reglamentos que entran en juego a la hora de garantizar la calidad comercial en fruta fresca.
Estanislau Fons, profesor de la Universitat de Lleida y pertenenciente al Programa de Poscosecha del Irta, centró su ponencia en un factor vital para las centrales hortofrutícolas: la eficiencia energética. Resulta fundamental un ahorro energético basado minimizar entradas de calor (evitando aislamientos en mal estado), optimizando el funcionamiento de los equipos frigoríficos, y aprovechando la energía residual. A ello se le debería sumar, según Fons, un ahorro económico, con una optimización de la tarifa eléctrica.
Análisis de campaña con especial interés en el escaldado
Elena Costa, del Programa de Poscosecha del Irta, entró en materia evaluando como es habitual en esta Jornada las principales incidencias en la campaña anterior. En fruta de hueso el principal problema estuvo en el adelanto de fechas de la cosecha (entre 7 y 10 días), que provocó un solapamiento con las zonas más tempranas. Eso significó, además del problema del veto ruso, unas semanas con mucha oferta y poca demanda, en una campaña donde la concentración de azúcares media algo fue inferior a la de años anteriores.
Costa mostró como los momentos con más riesgo potencial de afectación de Monilinia spp se situaron en los dos extremos de la campañas (semanas 23-24 y 35-39). Actualmente Scholar, que también cuenta con autorización excepcional para este año, es el producto más adecuado para su aplicación poscosecha, a pesar de las dificultades de aplicación por su viscosidad. Según Elena Costa se ha de tener muy en cuenta la correcta aplicación, revisando el diseño del equipo (número de boquillas, posición, caudal, etc.) y el diseño de la máquina (uso de cloro en balsa de volcado, tipos de rodillos, etc.). También incidió en la importancia de controlar el frío a la salida del producto, ya que perjudica especialmente a los pedidos de media distancia, y en elegir bien las variedades que se envían por contenedor.
En pera la atención recayó claramente sobre la situación de los antiescaldantes. Elena Costa presentó aquí cinco posibilidades, en las que incluyó la de no tratar en el caso de que se venda la fruta inmediantamente (pocos casos). Referiéndose a la etoxiquina, para la que se ha vuelto a pedir la autorización excepcional, sigue siendo recomendable para conservaciones muy largas cuya comercialización se realice a partir de abril, cuando los LMR bajan drásticamente. En cuanto al uso de 1-MCP, cuyo uso ha aumentado claramente, Costa se refirió a los problemas de bloqueo de la fruta que impide el desarrollo de la fruta, aunque considera muy positiva el efecto en variedades de verano y que la aparición de escaldado ha sido casi inexistente o su manifestación mucho más lenta. Finalmente, se analizaron las otras dos posibilidades: las atmósferas dinámicas (con una inversión inicial alta y con pocas experiencias en pera) y el uso de recubrimientos, que han demostrado una eficacia media en escaldado y donde han aparecido problemas en hongos típicos de la poscosecha.
El protagonismo del escaldado aumentó con las posteriores intervenciones de los Dres. Christian Larrigaudière y Jordi Giné. El primero hizo una comparación entre el modelo en manzana y su extrapolación en pera. En manzana se identifican como factores fundamentales:
- la variedad: desde una Granny muy sensible a Golden con una sensibilidad baja
- climático: las horas de calor resultan determinantes, por ello son más sensibles los frutos del sur que lo del norte de Europa
- la fecha de recolección: los frutos más inmaduros son más sensibles
- bioquímicos: la reducción de los niveles en cámara o el bloqueo de la acción permite reducir el escaldado en manzano; los tratamientos que bajen los niveles de α-farneseno (como 1-MCP o ceras) reducen el escaldado
Larrigaudière presentó posteriormente la aplicación de ese modelo a la pera. En ella, tal y como en manzana, la variedad también resulta fundamental, como en el caso de Blanquilla o en las denominadas peras de invierno (Flor Invierno o Beurre Anjou) que adquieren su capacidad de maduración después de una estancia en frío. Mientras que también influye la climatología, en pera no se ha establecido una relación entre la fecha de recolección (maduración) y el escaldado, al igual que tampoco una relación entre etileno y los niveles de α-farneseno. En cuanto a los sistemas de control con 1-MCP, según el investigador del Irta, el tratamiento no da siempre los resultados esperados y la efectividad puede depender del año o del estado de madurez de los frutos. Para Larrigaudière los retos están en encontrar alternativas de control parcial a corto plazo (sistemas combinados), entender mejor las bases bioquímicas del escaldado en pera, y proponer sistemas de control optimizados.
Las nuevas alternativas y tendencias para el control del escaldado fueron analizadas posteriormente por Jordi Giné, integrante también del Subprograma de Fisiología y Tecnología Poscosecha del Irta. La incidencia de este problema sigue siendo alto, como en el caso de Granny Smith esta año. Tras repasar el pasado y el presente del escaldado, Giné hizo especial hincapié en nuevas tecnologías como el ACR (Advanced control of respiration), con 24 cámaras instaladas recientemente para manzana en la comarca gerundense de L'Empordà, y en los marcadores bioquímicos para predecir el escaldado, utilizando la dinámica de acumulación de los CTols durante los dos primeros meses de conservación. Para Giné la investigación se dirige hacia un incremento en el número de productos antiescaldantes poscosecha; la implementación y optimización de las atmósferas con estrés de oxígeno (DCA, ACR, etc.); nuevos sistemas/productos inhibidores de la maduración; la disponibilidad de biomarcadores para la detección de lotes sensibles; y el aumento de tratamientos precosecha con efecto antiescaldante.
La estrategia Fruit.Net para el control de Monilinia spp. puso el punto y final
Josep Usall, responsable del Programa de Poscosecha del Irta, fue el encargado de cerrar la Jornada explicando como la estrategia Fruit.Net está siendo clave para el control de Monilinia spp. en pre- y poscosecha. Actualmente el comité técnico de Fruit.Net (dirigido por el DAAM de la Generalitat, Irta y Afrucat) está compuesto por 25 empresas y contempla tres pilares básicos: diseño de un plan de investigación aplicada para el desarrollo de nuevas estrategias de control; la validación y aplicación comercial de las estrategias; y la transferencia de los resultados a los productores.
Según Usall, en Precosecha la principal fuente de inóculo de Monilinia spp. son frutos podridos y restos de poda, por lo que en nuestras condiciones de cultivo resulta fundamental retirarlos. El programa de tratamiento más efectivo fue la estrategia de aplicar dos tratamientos 28 y 14 días antes de la cosecha con ciproconazol y tebuconazol, ya que redujeron la podredumbre en un 73%. Su aplicación 7 y 3 días antes de la cosecha no redujo en cambio la efectividad de la estrategia.
En 2014 ha quedado también validado el modelo epidemiológico desarrollado para Monilinia spp., tras su tercera validación en la pasada campaña. Este modelo predictivo desarrollado por el Irta, y para el cual el productor necesita una estación meteorológica en su propia finca, indica el riesgo de afectación en función de la susceptibilidad del fruto, el inóculo en la parcela, la pluviometría, la humectación y la temperatura.
Finalmente, en Poscosecha Josep Usall sigue considerando el problema grave, ya que puede afectar según el año climatológico a un 80% de la producción. Se han realizado pruebas en centrales hortofrutícolas y se ha determinado que en el Hidrocooling y el volcado son los procesos donde existe una mayor incidencia de inoculación.
Para este 2015 las estrategia Fruit.Net es en precosecha la rotación de productos con una reducción drástica de los triazoles, y en poscosecha la utilización de Fludioxonil cuando sea necesario.
La Jornada finalizó por la tarde en el Fruitcentre con cuatro exposiciones técnicas simultáneas en las que técnicos del Irta expusieron un estudio sobre la conservación de caquis en atmósfera controlada, y dos más sobre la conservación en atmósfera dinámica, uno mediante la utilización de sensores de fluorescencia y otro mediante la utilización del coeficiente respiratorio.