Siemens anima al sector de la alimentación a apostar por la digitalización para aumentar su competitividad

Siemens alienta al sector de la alimentación a subirse al tren de la digitalización y la Industria 4.0 para ser más competitivo. Para ello, la compañía reunió a más de 80 fabricantes y Partners de la Industria de Alimentación y Bebidas en unas jornadas sobre la Aplicación de la Industria 4.0 en el sector. Durante estas jornadas, Pascual Dedios-Pleite, director general de Siemens Digital Factory para España y Portugal, mostró a los asistentes cómo la aplicación de la digitalización a los procesos de fabricación puede aumentar hasta un 20 por ciento su productividad. Una apuesta que, según sus palabras, será “la clave para el desarrollo de una de las industrias más importantes de nuestro país”.

No en vano, según datos del Ministerio de Agricultura Alimentación y Medioambiente, la industria de alimentación y bebidas es el primer sector industrial en facturación y un importante generador de empleo en España. En los últimos años, el volumen que factura el sector supera los 90 mil millones de euros, lo que supone el 20,5% del total de las ventas netas de la industria nacional. Asimismo, aporta el 16,8% del Valor Añadido Bruto de la industria. Representa el 2,4% del PIB de España en VAB.

Para Dedios-Pleite, la transformación digital es fundamental para el sector de la Alimentación: “Sin la mejor tecnología, el sector alimentario no podrá afrontar los nuevos desafíos globales a los que nos enfrentaremos en el futuro. Porque la digitalización crecerá entre un 7% y un 9% y quien se muestre ajeno a ello perderá el tren”, afirmó.

Uno de los objetivos de Siemens es que las empresas españolas inicien el camino hacia la IV revolución industrial. Para conseguirlo, es fundamental integrar las tecnologías de la información y usar nuevos materiales en los procesos productivos de forma que la tecnología punta contribuya a fortalecer el sector.

Siemens ha desarrollado una serie de soluciones para acompañar a las empresas a dar el paso hacia la digitalización y poder hacer frente a nuevos retos como ciclos de desarrollo más cortos, complejidad de productos y procesos de producción, mayor coste de la energía y requisitos medioambientales más estrictos, ofrecer servicio durante toda la vida útil de productos, mayor eficacia en el uso de la energía o personalización de la producción en masa, entre otros.