Atofina en el PVC
En términos industriales Atofina estaba presente en el mercado ibérico del PVC de usos generales gracias a su fábrica de Miranda de Ebro (Burgos) y en el de pastas de PVC con su unidad de Hernani (Guipúzcoa). Posteriormente se formó una joint venture con Solvay en Martorell (Barcelona) para crear entre ambas sociedades una unidad de gran capacidad de producción, que conllevó el cierre de la planta de Miranda de Ebro.
La fábrica de Martorell cumple con todos los requisitos posibles para este tipo de instalaciones:
PVC de usos generales
Los tubos de PVC son los preferidos en muchos casos gracias a su ligereza (que facilita su transporte e instalación), bajo coste (ningún otro material puede competir con ellos en este aspecto), baja conductividad eléctrica (importante factor de seguridad y que además evita el deterioro por fenómenos electrolíticos), resistencia a la corrosión y elevada inercia química (que permite conducir todo tipo de productos sin deteriorarse), resistencia a la abrasión (que permite transportar líquidos que contienen sólidos abrasivos en suspensión), baja rugosidad (que permite transportar fluidos sin apenas pérdidas de carga debidas a esta característica lográndose un máximo caudal para una sección dada) y flexibilidad (algo sumamente importante por cuanto permite asegurar la estanqueidad de las redes, incluso frente a movimientos del terreno debidos a sobrecargas y asentamientos y admitir curvaturas que permiten adaptarse a zanjas y a terrenos irregulares, evitando las pérdidas que con otro tipo de materiales tienen por ejemplo los sistemas de aguas potables o residuales de las grandes urbes).
Una parte importante del PVC de Atofina se dirige al mercado de las ventanas y mobiliario diverso de PVC, al igual que al sector del embalaje, en donde sus resinas aseguran las estrictas calidades exigidas por los fabricantes de filmes y láminas
En el sector compuestos, esta compañía está presente en los principales transformadores europeos implantados en España con resinas de calidades reconocidas. Estos productos son fundamentales para aplicaciones tales como botellas, frascos de perfumería, juntas de aislamiento, cables eléctricos, juntas para electrodomésticos y para insonorización en automóviles, y un sinfín de aplicaciones más, pudiendo ser transformados por muchos tipos de técnicas tales como extrusión, inyección, calandrado, termoformado, enducción, moldeo rotacional y otras que dan a este tipo de producto una enorme versatilidad y adaptabilidad a todo tipo de necesidades.
Atofina está presente en este terreno gracias a sociedades integradas como Plasgom.
Pastas de PVC
Haciendo un poco de historia, esa fábrica nació en 1949, siendo la primera de España en fabricar PVC. Fue la existencia de una electrolisis y la subsiguiente disponibilidad de cloro las que llevaron a los responsables de entonces a tomar la decisión de fabricar este plástico. En los primeros momentos de puesta en marcha de dicha unidad Hernani producía una tonelada diaria de PVC.
Desde su compra por Atofina en 1990 esta fábrica es parte integrante de la estrategia global del grupo en lo concerniente al PVC Pastas. Hernani tiene en estos momentos una capacidad de 35.000 T/año, y es una de las escasas unidades del mundo que puede fabricar por emulsión y microsuspensión indistintamente. Es una fábrica que produce algunos de los grados más específicos de Atofina. Su producción se vende sobre todo en Europa -del orden del 80%- y el número total de países a los que se mandaron resinas en el 2002 fue de 28.
La fábrica de Hernani cumple la Carta ECVM que limita las emisiones de gases y líquidos, y que limita el contenido en CVM residual del producto acabado a menos de 1 ppm. Ha sido una unidad pionera en el tratamiento de residuos de PVC al haber puesto en marcha una unidad de secado de los mismos que, además, valoriza dichos residuos que pueden ser transformados como PVC “normal” en algunas aplicaciones.
Las inversiones actualmente en curso permitirán fabricar nuevos grados técnicamente avanzados desde el 2004, aumentando la gama de resinas, lo que permitirá adaptarse todavía mejor a las exigencias específicas de sus clientes para todas las aplicaciones del PVC Pastas: suelos vinílicos, mural, símil-cuero, lonas, bandas transportadoras, alimentación, juguetes, masillas, guantes, espuma rígida y otras transformaciones.