¡Que levante la mano el que no tenga un amigo homosexual!
7 de abril de 2009
Lo del amigo en paro empieza a estar tan generalizado como lo del amigo homosexual. ¡Que levante la mano el que no tenga un amigo gay! Buff, muy pocos. Ahora, ¡que levante la mano el que no tenga un amigo gay y además, no tenga un amigo en paro! Nada, no se ve ni una mano entre el público. Visto lo visto, si eres homosexual y estás en paro, tu lista de amistades es interminable.
Como nos hemos cambiado de deporte nacional y ahora a lo que todos jugamos es a predecir el futuro, las especulaciones sobre hasta dónde llegará la cifra de parados son infinitas. Total, es gratis: cinco millones, cuatro y medio, cinco y medio... el caso es hablar, o escribir. Con estas cifras, de verdad, el que no tenga un amigo en paro será un tipo raro. Lo que de verdad necesitamos es un tío en América que salga del armario, pero que salga con unas cuantas bolsas de esas negras de plástico, llenas de billetes. Ahhh, el tío ese perdido que todos deseamos, ¿dónde estará? Hubo una época en la que mucha gente soñaba con ese tío desconocido que se fue a hacer las Américas, soltero, sin nadie a quien dejar sus riquezas más que su familia original, la de aquí. Ahora soñamos con el tío de América y le ponemos cara y ojos, hasta nombre. Se llama Obama, y le imaginamos abriendo el armario desde dentro, de una patada, sonriente, con las manos extendidas y sendas bolsas negras rebosando billetes y, sobre todo, con la idea, la gran idea para salir de ésta. Nuestro amigo negro.
¡Que levante la mano el que no quiera un amigo homosexual, un amigo en paro o un amigo negro!