Entrevista a Daniel Moragues, director general del Impiva

La creación del Impiva forma parte del proceso de configuración institucional de la Comunitat Valenciana que se inició en 1982 con la aprobación del Estatut d'Autonomia. La Comunitat Valenciana asumía competencias en materias como industria o promoción económica y necesitaba dotarse de los medios necesarios para desarrollar y gestionar sus políticas al respecto.

Por otra parte, las pequeñas y medianas empresas eran, y siguen siendo, la base del sistema productivo y por tanto, era lógico que la Generalitat contara con un instrumento específico para poner en marcha actuaciones enfocadas a las pymes en un momento que también era difícil desde el punto de vista de la coyuntura económica.

En este contexto se creó el Impiva y su objetivo, según dice la propia Ley del Impiva, es impulsar y aplicar la política de la Generalitat en relación con la pequeña y mediana empresa industrial, teniendo como objetivo la promoción de la innovación. Este objetivo se concreta por el Gobierno Valenciano y, más específicamente por la Conselleria de Industria, Comercio e Innovación. Así, por ejemplo, en esta legislatura la actuación del Impiva se concentra en tres pilares principales: el apoyo a la I+D+i en las empresas, el desarrollo de las acciones propuestas por los diferentes sectores en sus correspondientes Planes de Competitividad, y el fortalecimiento de la red de Institutos Tecnológicos.

Efectivamente, en el periodo 2003-2008 el Impiva ha apoyado más de 700 proyectos de innovación promovidos por las empresas valencianas del plástico, por el Instituto Tecnológico del Plástico, por el Instituto Tecnológico del Embalaje, Transporte y Logística, o por otras entidades empresariales del sector, especialmente la Asociación Valenciana de Empresarios de Plásticos.

Concretamente en este periodo el Impiva ha apoyado 457 proyectos presentados por las empresas del sector del plástico y, me gustaría destacar, que cerca de un 40 por ciento de ellos han sido proyectos de I+D a los que se han destinado un total de 4,4 millones de euros.

Por otra parte, otros 364 proyectos han sido presentados por los Institutos Tecnológicos, asociaciones empresariales y otros organismos intermedios, y a ellos se han destinado un total de 26,4 millones de euros.

La razón de este apoyo está en el propio sector del plástico. Es un sector importante para nuestra economía puesto que representa el 4,4 por ciento de las empresas y más del 5 por ciento del empleo industrial de la Comunitat Valenciana; y es además un sector en el que la Comunitat Valenciana tiene un peso destacado a nivel nacional, puesto que supone el 21 por ciento de las empresas y el 14 por ciento del empleo del sector en toda España, lo cual significa que la Comunitat Valenciana está relativamente especializada en este sector ya que, como media general, la Comunitat Valenciana representa aproximadamente el 11 por ciento del PIB industrial español.

Además, el sector del plástico es un sector con importantes conexiones con otras actividades destacadas de la industria y la economía valenciana como el juguete, el calzado, el automóvil, la construcción, el sector de fabricación de envases y embalajes, los suministros para la agricultura, o la fabricación de instrumental técnico-médico; por no hablar de su papel en el transporte y la distribución comercial. Por tanto, la innovación en el sector del plástico es, a su vez, fuente de innovación para muchos otros sectores.

Cuando hablamos de 700 proyectos, como decía antes estamos hablando también de proyectos que presentan no solo las empresas sino también los Institutos Tecnológicos del Plástico y de Embalaje, Transporte y Logística, y también de proyectos de asociaciones empresariales, que lógicamente presentan un número importante de proyectos.

En el caso de las empresas, puesto que hablamos de un periodo de seis años, hay empresas con varios proyectos presentados: aquellas empresas que están en una dinámica de innovación en tipos de producto, en diseño, o en desarrollar tecnológicamente procesos de producción más avanzados tienen la posibilidad de acogerse a los programas del Impiva de apoyo a la I+D o al programa Innoempresa, puesto que el apoyo directo del Impiva se concentra en aquellos proyectos que implican un mayor riesgo tecnológico y empresarial. No obstante, en 2008 hemos puesto en marcha también una nueva medida, que es el Cheque Innovación, dirigida específicamente a empresas que hasta ahora no solían recurrir a servicios externos avanzados de apoyo a la innovación.

Creo que no se puede hablar de un perfil único de las empresas de plásticos por la propia heterogeneidad de actividades que antes comentaba y que hace que, a veces, incluso muchas empresas que trabajan con plásticos no se identifiquen como tales sino que se consideren pertenecientes al sector del juguete, del calzado, del automóvil, o de materiales de construcción, por poner algunos ejemplos.

Si algún rasgo en común hubiera que destacar, yo citaría el pequeño tamaño de las empresas. Hablamos, en un 93 por ciento de casos, de pequeñas empresas, es decir empresas de menos de 50 trabajadores. Aparte de esta característica, el hecho de que en la Comunitat Valenciana haya en torno a un millar de empresas de plásticos permite que existan situaciones muy variadas.

Las empresas del sector del plástico, al igual que en casi todos los sectores, se enfrentan a una continua transformación debido a las nuevas y mayores exigencias del mercado. Continuamente se producen avances tecnológicos que abren nuevas posibilidades de innovación y cada vez hay más competidores que aplican estos avances y ofrecen en el mercado soluciones nuevas que, si son mejores o más baratas, les permitirán ganar cuota de mercado.

Al mismo tiempo, han entrado con fuerza en el mercado mundial países como China que hasta hace poco tiempo no estaban presentes en él. Estos países tienen la capacidad de producir a coste muy bajo los mismos productos que ya existían antes en el mercado y por tanto desplazan a las empresas que los fabricaban, salvo que opten por la deslocalización hacia estos países para poder beneficiarse de las mismas ventajas. En cualquier caso, el efecto es que la fabricación de productos de bajo valor añadido en países que tienen alto costes de producción (por salarios, por protección social, por normas de calidad ambiental, etc.) resulta inviable, y sólo aquellos productos en los que se puede aplicar un precio que compense los mayores costes y no sean fácilmente replicables a corto plazo son susceptibles de mantener su fabricación en los países avanzados.

Autor foto: Emma Baxter.

En lo que respecta a los programas dirigidos a empresas, el apoyo del Impiva se centra en las actividades de investigación y desarrollo tecnológico y en el Cheque Innovación que ya he mencionado. Por otra parte, en organismos intermedios, las empresas pueden participar de forma agrupada en acciones como la prospectiva de oportunidades de innovación, el diseño de nuevos productos y la obtención de certificaciones de calidad o medio ambiente, la creación de plataformas comerciales y servicios on-line, la creación de redes de cooperación, actividades de formación, participación en acciones de desarrollo de mercados, etc. En todos estos casos, el organismo intermedio que coordina el proyecto puede tener cubierta hasta la totalidad de los costes y, en algunas acciones, las empresas también pueden recibir apoyo parcial.

Por tanto, todas las etapas que van desde la búsqueda de una oportunidad de mercado hasta que el producto está listo para pasar a manos del consumidor son atendidas de alguna manera por los programas del Impiva. Simplificando, podríamos decir que los programas de I+D y de apoyo al Diseño cubren fundamentalmente los aspectos de innovación en producto y procesos, y las acciones coordinadas por organismos intermedios cubren los aspectos de innovación organizativa y de generación de conocimiento que pueda ser transferido a todo el sector.

La formación es fundamental porque los recursos humanos promueven, dirigen y llevan a la práctica la innovación. Por ello, el Instituto tecnológico del plástico (Aimplas) ofrece formación para los profesionales de las empresas del sector del plástico ya sean técnicos y profesionales en activo, o jóvenes que puedan incorporarse al sector en un futuro.

El pasado año 77 alumnos siguieron cursos de especialización de postgrado de duración superior a 200 horas en el Instituto Tecnológico del Plástico y más de 500 alumnos participaron en cursos de reciclaje de más de diez horas.

Autor foto: Rodolfo Clix

El papel de la Administración es facilitar que las iniciativas del propio sector se lleven a cabo. Por eso, porque vemos que el sector del plástico apuesta por el futuro y trabaja para hacerlo realidad, la Conselleria de Industria, Comercio e Innovación y el Impiva también apuestan por él y trabajamos junto a él. En total en el periodo 2003-2008 el sector ha sido capaz de proponer, como decíamos antes, más de 700 proyectos de innovación que el Impiva ha apoyado con más de 30 millones de euros. Creo que es un buen indicador de que se está invirtiendo, y se está invirtiendo bien, pero evidentemente hay que seguir trabajando e invirtiendo.

La solución a la compatibilidad entre el desarrollo de la industria del plástico y la calidad ambiental implica aspectos tecnológicos, económicos, sociales y de cultura de todos como consumidores y como ciudadanos. Por eso yo hablaría de dos vías: por un lado mejorar el conocimiento y la tecnología para disponer de mejores opciones de producción y reciclaje de plásticos, y, por otro, responsabilidad social de empresas y consumidores para adoptar aquellas prácticas que son necesarias para que la tecnología pueda dar todos sus frutos.

Pero creo que son dos vías que se complementan perfectamente: un comportamiento socialmente responsable de los ciudadanos como consumidores pueden contribuir poderosamente a que las empresas sean también socialmente responsables -concepto que incluye la responsabilidad ambiental- y traten de adecuar sus productos y sus procesos para reducir el efecto ambiental. Y esto a su vez es un estímulo indudable para incentivar la investigación y el desarrollo de tecnologías que den respuestas más adecuadas a los problemas ambientales.

El Impiva ha dado soporte también a proyectos de innovación organizativa como los 58 proyectos solicitados a través del programa Innoempresa o a 40 proyectos de contratación de servicios avanzados que han sido apoyados mediante el programa del Cheque Innovación.

Por otra parte, ya he comentado que hemos apoyado proyectos de Aimplas e Itene para mejorar su infraestructura para el realizar I+D, acciones de transferencia de tecnología y fomento de la innovación.

Los planes sectoriales que forman el Plan de Competitividad de la Empresa Valenciana se elaboran y aprueban mediante acuerdo entre la Conselleria de Industria, Comercio e Innovación y las asociaciones sectoriales correspondientes. Por tanto, las asociaciones deciden qué tipo de actuaciones son las verdaderamente relevantes para la competitividad del sector; y también participan en la decisión sobre los proyectos concretos que se aprueban.

En la convocatoria de 2008 los proyectos se inscriben en tres grandes tipos de actuaciones: formación, innovación y desarrollo de mercados. Mediante la línea de formación, se impulsan acciones encaminadas a la cualificación de los recursos humanos consistentes en cursos, talleres, congresos o seminarios. En el ámbito de la innovación, se apoyan acciones de difusión y promoción de la innovación, inversiones y actividades de agrupaciones empresariales, servicios de asesoramiento en materia de innovación y proyectos de innovación en materia de procesos y organización, así como de desarrollo experimental. Y en lo que respecta a la promoción y desarrollo de mercados, se apoya la participación en certámenes, promoción del diseño y la moda, planes de comunicación y, en general, acciones que mejoren la posición de las pyme en los mercados internacionales.