Esto hay que explicarlo con cuidado para que nadie se ofenda. Sabemos de sobra lo que es un falso flaco, que no debe confundirse con un falso gordo ya que este último es justo lo contrario. El falso flaco va por la vida engañando con su apariencia. Es falso flaco porque tras su menuda apariencia, su cara escasa y su atuendo sobredimensionado se esconde una persona oronda, generosa en carnes, distante en las distancias cortas y poco amiga de las palmadas, porque se vería descubierta toda su farsa. Es una condición, la del falso flaco, que no tiene nada que ver con la del gordo evidente, un tipo feliz, sonriente, con todas las cartas sobre la mesa. El gordo evidente es así, es gordo o grueso si lo prefieren, de acuerdo, es más correcto y no está bien hablar con tamaña crudeza de las personas de esta condición. Claro que le llamamos como le llamemos, seguirá siendo el gordo evidente. Pero no es a esto a lo que íbamos sino a la falsedad de un falso flaco cuya falsedad no es del todo reprochable. Las hay mayores. Últimamente hemos sido informados de esa intervención sorprendente en la cual han dotado de cara a una pobre chica que no la tenía. Pero la ciencia médica va más allá y ahora ha dotado a un enfermo de algo muchos más sorprendente. Costillas de huesos reciclados y diafragma de goretex. Los huesos reciclados imaginen ustedes de dónde los han sacado... aunque mejor no pensarlo. Claro que, el diafragma de goretex, ¿era realmente necesario? El paciente, como es lógico, ha visto la luz, porque prácticamente no tenía tórax y ahora está con uno nuevo. Pero, con lo que sabemos ya de plásticos, ¿de verdad tenemos que reciclar huesos? Pónganme, oiga, un material técnico de esos caros y de última generación, que tienen la ventaja además de que, una vez hecha una costilla, el molde da para muchas más. Ya no necesitamos ni las costillas de las mujeres para existir, ahora tiramos de hueso reciclado. Aunque insisto, el hueso inyectado hubiese quedado más apañado.
Las personas no somos lo que éramos. No engendramos con alegría, como antes, sabemos que nada es para siempre, ni nuestro cuerpo, y esto afecta a la hora de afrontar la vida. Si los que tienen mucha cara donaran parte, el asunto cara estaría parcialmente solucionado para los que la necesitaran, pero saber que podemos tener también un tórax nuevo y un diafragma de goretex te da otro empaque ante la vida. Si te llega el día en el cual, ante la disyuntiva de cortarte las venas o dejártelas largas, te decantas por la primera opción, no hay problema, porque sabemos que alguien usará caucho recauchutado para que nuestra sangre fluya por donde deba y no manche. Las dudas son infinitas, pero hay una que deberíamos ir madurando, con el fin de que no se nos presente el problema de golpe. Un ser humano, ¿cuándo es falso? Porque el falso flaco, eso está claro, se queda en una falsedad nimia al lado del hombre biónico.